Me he considerado “hardcore fan” de Dragon Ball durante muchos años. He vivido la serie desde sus inicios en televisión (aquellas tardes frente a la TV con un vaso de leche con galletas permanecerán en mi mente para siempre). También soy de esos que desde el día uno renegó de Dragon Ball GT, y de los que la vuelta de Toriyama a la serie con Dragon Ball Super le causó más escepticismo que placer.
Quizá por eso, y porque Broly siempre ha sido mi personaje no-canónico de Dragon Ball preferido, esperaba esta Dragon Ball Super: Broly como agua de mayo, el momento en el que un personaje tan recurrente en las OVAs de Dragon Ball fuese por fin reconocido como parte oficial de la serie, porque, recordemos, las OVAs de esta saga nunca se han considerado canon salvo las tres últimas: La batalla de los dioses, El retorno de Freezer y Broly, la que nos ocupa.
Las mejores OVAs de los 90 por fin son canon de Dragon Ball
Y es que si ya con Dragon Ball Super: La resurrección de Freezer, se hacía oficial todo el arco argumental de la mejor OVA de Dragon Ball hasta la fecha: Dragon Ball: El último combate (Dragon Ball Z: Tatta hitori no saishū, 1990) en la que nos narraban los últimos días de Bardock, el padre de Goku y del planeta Vegeta, de donde son originarios los Sayajins, en esta Dragon Ball Super: Broly no solo se completa lo que vimos en la anterior película, sino que se expande dándole continuidad a los hechos pasados durante la existencia del planeta Vegeta, hablando un poco más del pasado de Bardock (donde también conoceremos a la madre de Goku) e introduciendo a Paragus y a Broly, el sayajin legendario.
De esta manera el arco argumental de Freezer, Namek, y el origen de los Sayajins queda, a mi forma de ver, por fin completo, aunque bien cabrían un buen puñado de historias dentro de estas elipsis temporales.
Una cinta más seria y dramática de lo habitual.
Tanto La batalla de los dioses como La resurrección de Freezer fueron películas eminentemente divertidas donde, a pesar de ver algunos momentos dramáticos, la cosa no se iba demasiado de madre, centrándose sobre todo en las peleas. Sin embargo, DBS: Broly es una cinta mucho más centrada en contarnos una historia, en rellenar huecos y de paso en hablarnos un poco más de esa extraña, pero increíblemente magnética relación que a lo largo de la saga Super se ha ido forjando entre Goku y Vegeta.
Para los que recordéis la OVA original, os puedo adelantar que las directrices de la historia siguen por los cauces de aquella, pero extendiendo, dando contexto y profundizando algo más en los personajes. Amén de que los niveles de poder pegan un gigantesco salto cuantitativo, pues ahora Broly es capaz de plantar cara a los SSGSS con sus azuladas cabelleras y niveles de poder tan absurdos que parece que ya no queden colores para definirlos.
Por lo demás, Dragon Ball Super: Broly es lo que debe de ser un largometraje de Dragon Ball: se narra una historia de fondo, se presenta al malo a batir y llega el momento de las tortas, y es precisamente en las tortas donde DBS: Broly se desmarca.
Y es que alguien del estudio Trigger ha debido de meter mano por aquí, o eso me parece a mí cuando he podido reconocer una animación que recuerda mucho a Kill La Kill o a Gurren Laggan, y eso es una excelente noticia para las cuadriculadas y ya un tanto sobadas peleas de Dragon Ball. Podemos ver cómo Toei Animation se ha esforzado por dotar a los combates de una plasticidad, dinamismo y estilo mucho más contemporáneo, y que se haya fijado en los mejores no es más que la garantía de que los combates en Dragon Ball Super: Broly son tremendamente espectaculares y muy disfrutables, más aún sabiendo el enorme presupuesto con el que cuenta la película, que sin duda echa el resto en estas escenas.
En definitiva, Dragon Ball Super: Broly es una cinta que difícilmente decepcionará a cualquier fan de la saga; tiene todo lo que se espera de una película de Dragon Ball y sabe además cómo contentar al fan clásico y también al moderno. Su calidad técnica es altísima y sus batallas espectaculares; además, cuenta con una trama que es interesante de seguir. Como punto final, para los que os guste ver este tipo de cintas en castellano, el doblaje es bastante respetable en cuanto a calidad (entendamos que jamás estaremos a la altura de los Seiyus japoneses). Desde luego, si tienen que venir más películas de Dragon Ball (que vendrán) y mantienen el nivel de Dragon Ball Super: Broly, aquí tienen un fan dispuesto a tragarse todo lo que le echen. ¡Larga vida a Dragon Ball!
Destaca en:
- La historia aporta al lore general de la saga y es interesante
- La animación, Toei Animation consigue superarse en cada película, aprendiendo de los mejores.
- La química entre Goku-Vegeta-Freezer es muy interesante.
Podría mejorar:
- Al final la estructura de la película es exactamente igual que todas, sin sorpresas.
- Se echa de menos a algún personaje que no aparece.
- No es, ni mucho menos, una película apta para quien esté poco familiarizado con la serie.