Se cumplen 10 años del estreno de Fate/Hero, la adaptación a anime de la novela ligera del mismo nombre publicada en 2006. Un anime que se hizo famoso por su secuela, Fate/stay night (2006) publicada en primer lugar y que creo que ya va siendo que dé a conocer en esta página. Fate/Zero constaba de dos temporadas (13 y 12 capítulos, respectivamente) con un argumento bien sencillo: 7 magos con distintas habilidades son elegidos para luchar entre sí en la Cuarta Guerra del Santo Grial, un arma que concede deseos y que aparece cada 60 años. Para ello invocan héroes del pasado a modo de sirvientes que les ayuden.
La sensación que más acompaña durante el visionado de Fate/Zero es de estar inmersos en el caos. No ese orden caótico en el que quiere imbuirnos el autor para confundirnos respecto a los hechos como si de una novela de misterio se tratase. Aquí se nos presenta una estructura narrativa desordenada y anárquica, haciéndonos dudar constantemente de la coherencia del anime. Lo que en un primer momento me pareció un acierto, que fue el hecho de no tener un protagonista concreto sobre el que inclinarnos, sino tener la posibilidad de elegir a quién de entre los 7 hechiceros y sus motivaciones e historias preferíamos, se torna en problema frente al desequilibrio entre el volumen de cada historia. ¿Cómo empatizar con la historia y motivaciones de Berserker si ignoramos nada de él? ¿Cómo no inclinarnos ante la historia de Kiritsugu, que parece que quiere poner fin a las guerras?
Pero en definitiva es algo que tenemos que ir desgranando nosotros, prestando mucha atención a los diálogos, de los que la serie abunda, y no perdiéndonos en esa pésima estructura narrativa que nos confunde entre personajes, sus motivaciones y sus alianzas. En este sentido, algo ayuda que cada sirviente sea en personalidad y aspecto tan diferentes entre sí. Un diseño estupendo de personajes que mezcla estilos que hemos visto en otros animes, casi a modo de homenaje, peros siempre de una forma carismática y que, pese a su mezcla, nos ofrece un contenido visual atractivo y armónico. Es muy complicado que un personaje no te recuerde a Kenshin Himura (Rurouni Kenshin) y otro a Spike (Cowboy Bebop), por poner sólo dos ejemplos obvios, y que el resultado visual sea tan estupendo.
Sin embargo, cuando una obra es tan irregular como esta, en la que gusta y entretiene, pero no convence en cada uno de los aspectos en los que quiere sostenerse (personajes, diálogos, animación, desenlace, batallas), es necesario acudir a los elementos emocionales que hacen de Fate/Zero una obra tan fascinante o, ¿por qué no? tan sobrevalorada.
La relación entre Maestros y Sirvientes no es como nos la imaginamos. Sí, hay un vínculo de servidumbre a través de unos sellos mágicos, pero no debemos olvidar que esos héroes vuelven a la vida tal y como eran, con sus sueños incumplidos, sus expectativas, su visión de la vida de hace siglos… ¡y su orgullo! la relación que cada uno establece con su maestro es diferente. Amo y esclavo, amigos, compañeros, casi familia, rey y vasallo…todas las formas de interactuar entre ellos que podáis imaginar y que convergen en largas conversaciones que nos ayudan, no sólo a hacer avanzar la trama, sino a comprender mejor cómo son cada uno de ellos. Pensad en una relación estilo pokémon, pero donde los sirvientes tienen tanta independencia o más que cualquier maestro y eso es fantástico porque multiplica las posibilidades y motivaciones para obtener el Grial. De alguna manera, esta es una segunda oportunidad para todos esos héroes muertos y amplifica los debates filosóficos y morales que plantea la serie.
De hecho, estas dudas existenciales son parte de las motivaciones de buena parte de los personajes. Muchos se encuentran perdidos, como Maiya o Kiritsugu, otros persiguen objetivos nobles, como Kariya, otros mantener el honor, claro ejemplo tenemos en Saber o Lancer, pero en definitiva, ya sea el amor, la lealtad, la paz, el poder, la sensación de sentirse vivos o el reconocimiento personal, una de las mejores cosas que nos ofrece Fate/Zero y por la cual se desmarca de los animes mediocres, es por su necesidad de mostrarnos que los seres humanos somos complejos, y que ya sea por estar rotos o por esa búsqueda de nosotros mismos, sentimos la necesidad de luchar por aquello en lo que creemos. Así es como podemos llegar a sacar el tema fundamental de Fate/Zero que es la redención.
Y todo esto de alguna manera es necesario puesto que la Guerra como tal es muy confusa. Nunca se tiene claro ni qué reglas se deben seguir, ni en qué criterios se basan, ni nada parecido. Lo más que puedo decir es que es una especie de battle royale en la que los muggles parece que están a merced de los magos y en la que la magia y sus normas no están definidas ni explicadas. He visto survivals zombie mejor organizados que la que se supone que es la guerra entre magos definitiva y eso, tanto al seguimiento de la trama como a su disfrute, le hacen mucho daño.
Confieso que a día de hoy sólo el conocer la franquicia completa de Fate (no hablo de novelas, manga, películas y juegos, ahora me ciño al anime) ayuda mucho a situar la historia y las normas que rigen el universo de los maestros y sirvientes, pero ahora os recuerdo que estoy analizando Fate/Zero y que adolece de una falta de coherencia narrativa brutal. La disfrutaréis, sin duda, porque por momentos puede ser muy realista, muy cruda, muy impresionable y otros adjetivos que a todos los otakus amantes del género shonen nos gusta leer cuando nos planteamos ver un anime nuevo, pero que no os confunda, cada obra debe verse de forma independiente y tener sentido por ella misma, no podéis juzgarla porque entendéis los hechos por haber visto antes Fate/stay night. Por eso aquí hay capítulos que me parecen de relleno y otros que me faltan, por eso el desenlace me resultó caótico, por eso la animación de Ufotable por momentos tengo que reconocer que es irregular, y por eso, en definitiva, os pido que la veáis poniéndola en su sitio. Y si no queréis, siempre os queda hacer como yo, que amo a Alejandro Magno y el hecho de verle como un personaje principal de Fate/Zero me reavivó un interés adormecido. Eso sí, tomaros la historia de los héroes con pinzas, ¿eh? que luego sacamos conclusiones erróneas.