Hace unos días, iba yo caminando por las calles de Osaka cuando me paré a hacer unas fotos cerca de un Namco Station (unos recreativos/tienda de productos Namco) y ahí me llamó la atención un cartel que, junto con un montón de pantallas estaba haciendo promoción de un anime que no conocía: My Hero Academia (Boku No Hero Academia, 2016). La calidad de la animación y algunas escenas que me recordaron a algunas de mis series favoritas me empujaron a sacar mi agenda y anotarlo en la (enorme) lista de animes para ver cuando llegase de nuevo a España, y como últimamente casi cada cosa de las que pasa por mis manos termina reseñada en esta humilde web, pues aquí tenéis las impresiones de la primera temporada (13 capítulos) de My Hero Academia.
En un mundo en el que el 80% de la gente tiene superpoderes, Mizu Midoriya es un estudiante normal al que le ha tocado vivir sin ellos; sin embargo su persistencia y fuerza de voluntad (y un golpe de suerte) hacen que acabe entrando en la Academia de Héroes, donde entrenan a los mejores para convertirse en salvadores de la humanidad. Ahora Mizu tendrá que valerse de su ingenio y de una capacidad recién adquirida que es incapaz de dominar para poder estar a la altura de sus compañeros.
Con esta premisa arranca My Hero Academia el anime adaptado al manga del mismo nombre de Kōhei Horikoshi y que adapta a la pequeña pantalla nada menos que BONES, responsables de otras grandes obras como Fullmetal Alchemist, Eureka, o Soul Eater.
My Hero Academia es un shonen de peleas de manual, en el que un protagonista que empieza desde lo más bajo tiene que abrirse paso hasta lograr el reconocimiento y la fama, recordando a historias como Naruto, sin ir más lejos. Sin embargo si en algo destaca My Hero Academia es en su sentido del humor y en que su protagonista, el joven Mizu Midoriya, sabe desde el principio que sin el apoyo de sus compañeros es imposible que llegue a lograr nada, puesto que sus capacidades son bastante limitadas, y los combates se basan más en el ingenio y la inventiva de la que tiene que hacer uso para vencer a unos rivales mucho más poderosos que él, que en la propia fuerza bruta.
El diseño de protagonistas y enemigos es de lo más variado y loco que uno se puede imaginar, así encontraremos desde animales antropomorficos hasta horteras empedernidos. Sin embargo todo esto es parte del encanto de la serie, que además cuenta con algunos personajes que irremediablemente nos recordarán a protagonistas de otros famosos animes, ya sea como guiño o simplemente por pura “coincidencia”.
Tanto protagonista como secundarios desbordan carisma, un elenco de personajes a los que rápidamente se les coge cariño, con poderes de lo mas estrambóticos y originales, como tirar rayos por el ombligo, pelo lanzable super pegajoso, o heredar los “fantásticos” poderes de una rana son algunas de las divertidas rarezas con las que nos encontraremos y que terminan de endulzar una mezcla que si bien nunca se sale de lo que podemos esperar de un shonen, sí que le da un toque especial al conjunto por lo que los 13 capítulos de los que está compuesta esta primera temporada pasan en un abrir y cerrar de ojos, entre chistes, momentos épicos y enormes cliffhangers a mitad de episodio que nos dejan con el culo torcido.
La calidad del dibujo y de la animación rallan un nivel bastante alto, perdiendo fuelle no obstante conforme pasan los capítulos pero sin que esto desemboque en escenas demasiado estáticas o en personajes deformes o feos (como pasaba sin ir mas lejos en Dragon Ball Super). Eso sí, a la hora de los combates y de recrear los momentos más álgidos del manga, BONES no escatima en medios con tal de que las escenas transmitan toda la fuerza necesaria, recordando en estos momentos en su ejecución y animación a clásicos como Tengen Toppa Gurren Lagann, Kill la Kill, o Dead Leaves, eso sí, sin llegar a la calidad de estos.
En Japón el éxito de la serie ha sido notable (el manga ya gozaba de bastante popularidad antes del anime), así que ya se ha confirmado una segunda temporada; también existen un par de videojuegos, doramas y toda esa maquinaria de mercadotecnia que el país del sol naciente despliega cada vez que algo tiene un éxito mínimamente moderado, así que me da que tendremos serie para rato.
My Hero Academia no va a pasar a los anales de la historia (o si, vete tú a saber, los japoneses son raros de pelotas), pero sin duda es un anime divertido y recomendable que, sin salirse de las rígidas convenciones del clásico shonen de peleas, nos regala unos momentos muy épicos y otros muy divertidos. Un anime ligero y sin demasiadas complicaciones en el que emplear un par de tardes de esas en las que no apetece salir de casa.
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