La variedad que podemos encontrar en el mundillo del anime es muy amplia, con tal diversidad de géneros y estilos que a veces resulta un poco difícil distinguir de que trata cada uno: shonen, shojo, echii, yuri, sentai… la lista es bastante amplia y los significados de los términos tampoco ayudan mucho, con definiciones que resultan algo extrañas para el público occidental, haciendo que muchos nos preguntemos como demonios puede existir una palabra para definir un anime que trata sobre chicas o princesas mágicas (se dice Mahokka por si, por alguna razón, queréis saberlo).
Sin embargo, la obra de la que voy a hablar hoy se puede resumir de forma simple sin tener que recurrir a uno de esos palabros nipones tan confusos: Shokugeki no Soma (o Food Wars, 2015) es un anime de cocina.
Sí, habéis leído bien, existen animes que giran completamente en torno al mundo de los fogones. Si no sois muy fans de la animación japonesa igual os suena estúpido, pero no es algo ni mucho menos nuevo, otras series como la genial Yakitate Japan ya se aproximaron a este tipo de ambientes, aunque en el caso de Yakitate la cosa iba sobre panaderos.
Teniendo en cuenta lo poco emocionante que parece, uno se podría esperar que Shokugeki no Soma estuviese enfocado sólamente a aquellos a los que la cocina les resulta una práctica curiosa o a los que se dedican a ello de forma profesional, pero lo cierto es que Food wars es una serie para todo el mundo y que podremos disfrutar independientemente de nuestra simpatía por las artes culinarias.
Con la segunda temporada recién estrenada (Shokugeki no Soma: ni no Sara!!) nos encontramos en el momento perfecto para echar la vista atrás y hacer una review libre de spoilers de la primera temporada y que así los más despistados puedan descubrir de que va este divertido anime que transcurre entre fogones, cazuelas y espátulas.
Shokugeki no Soma nos cuenta la historia de Yukihira Soma, un chaval a punto de terminar la secundaria, cuyo pasatiempo favorito es trabajar en el restaurante de su padre, algo que lleva haciendo desde pequeño y a lo que quiere dedicarse de por vida. El padre de Soma hace las veces de jefe y maestro, poniendo a su hijo a prueba de forma constante, ya sea poniéndolo en situaciones peliagudas cuando el restaurante esta a tope o retándolo a complicadas competiciones culinarias de las cuales Soma no ha conseguido ganar ni una.
Sin embargo las cosas dan un giro inesperado cuando, al acabar Soma la secundaria, su padre decide cerrar el restaurante y largarse con viento fresco a trabajar en el extranjero, dejándole algo de dinero para que se las apañe (todo un detalle) y proponiéndole un reto muy específico: que consiga graduarse con éxito en Tootsuki, una escuela culinaria de élite altamente jerarquizada en la que cada segundo es un desafío constante y de la que sólo los mejores consiguen salir graduados, algo que asegura reconocimiento internacional y un puesto de trabajo de por vida en el mundo de la hostelería.
Otros se lo habrían pensado mejor, pero Soma ve la academia como una oportunidad única para pulir sus habilidades al máximo y así conseguir derrotar a su padre de una vez por todas.
Este es, a grandes rasgos, el argumento de la serie, y aunque todo el tema de “una academia en la que los estudiantes se enfrentan entre sí y pasan diferentes pruebas” no es precisamente nuevo, lo cierto es que tampoco es ningún cliché, y en el caso de Shokugeki no Soma esta tan bien planteado que no aburre en ningún momento y siempre mantiene el interés, dejando con ganas de más al terminar cada episodio.
El argumento es, a pesar de su sencillez, uno de los puntos fuertes de la serie, y el hecho de que se olvide de cualquier tipo de pretensión y se centre en ofrecer una historia entretenida y emocionante es sin duda su mayor virtud.
Otro de los aciertos del anime es el tono humorístico con el que está realizado, siendo un aspecto muy bien medido, que sabe cuando es el momento de hacer el tonto y cuando el de ponerse serios. Los gags y momentos más humorísticos funcionan muy bien, sacándonos sonrisas constantes y alguna que otra carcajada, aunque siempre dentro del estilo tan peculiar del humor japones, por lo que si no lleváis muy bien este tipo de cosas igual os acabáis volviendo un poco locos.
El argumento de #ShokugekiNoSoma es, pese a su sencillez, uno de los puntos fuertes del anime Clic para tuitearSin embargo son los momentos serios los que, en muchas ocasiones, son los más graciosos (aunque no tengo muy claro si es así intencionadamente). Y es que una de las claves de Shokugeki no Soma son las “batallas culinarias” en las que los chefs se enfrentan entre sí en desafíos temáticos contra reloj a los que, normalmente, asisten el resto de estudiantes de la academia. Es en estas batallas cuando la serie se pone más seria (o algo así) haciendo todo un despliegue de medios en el que los personajes explican de forma sorprendentemente creíble como han preparado sus platos a la vez que los jueces los degustan con pasión, teniendo reacciones absurdamente exageradas y describiendo los sabores de la comida con un nivel de detalle que roza lo ridículo.
Todo este circo que se monta cada vez que alguien cocina algo está respaldado por datos y técnicas de cocinas reales (unas más que otras) lo que, sumado al aspecto de los platos y a las descripciones sobre su sabor y preparación, hace que sea imposible no querer probarlos al instante, convirtiendo la serie en uno de los mayores espectáculos de porno culinario que vais a contemplar jamas.
Los personajes son otra de las virtudes de Shokugeki no Soma, estando la mayoría bastante trabajados y resultando todos muy majetes y aunque, como es lógico, la historia de Soma es la más desarrollada, el resto de secundarios no caen en el olvido, teniendo casi todos al menos un “momento estelar” en el que aprendemos más sobre su historia y motivaciones.
A pesar de esto tampoco podemos decir que se trate de un apartado perfecto, muchos de los personajes están terriblemente estereotipados y, salvo un par de excepciones, tampoco presentan una evolución particularmente destacable (aunque con sólo una temporada quizás sea pronto para sacar conclusiones precipitadas).
En cuanto al dibujo, tampoco hay mucho que decir, la animación está a un buen nivel y se mantiene así a lo largo de los 24 capítulos que componen esta primera parte, destacando sobre todo la buena recreación de los platos que los personajes elaboran en las competiciones.
Por último, debo mencionar otra vez lo mucho que me recuerda Shokugeki no Soma a ese otro anime muy similar. Y es que resulta inevitable ver esta serie y no acordarse de Yakitate Japan: ambas giran en torno a la comida y a los retos, están realizadas en clave de humor, ambas presentan reacciones exageradas al probar la comida y cuentan con un buen trabajo en todos sus apartados, aunque Yakitate es algo menos seria que Shokugeki no Soma y, al estar terminada, resulta un producto mucho más redondo que la historia de Soma. Habrá que esperar a ver cómo se desarrolla Shokugeki para comprobar si está a la altura de nuestros panaderos japoneses favoritos.
Al final, nuestras impresiones son que Shokugeki no Soma no es un anime perfecto, sus personajes podrían estar mejor desarrollados y el tema de la comida puede que eche para atrás a más de uno, pero si nos olvidamos de estos detalles nos encontraremos con una serie excelente y realmente divertida, que mantiene la emoción en cada capítulo y que, de paso, nos abre el apetito.
Shokugeki no Soma
Destaca en:
- El sentido del humor que desprende resulta constante y muy acertado
- La recreación de los platos de comida y su elaboración
- Personajes con los que es fácil llevarse bien
- Las reacciones de los jueces de las batallas culinarias
Podría mejorar:
- La temática culinaria, que de primeras no resulta muy atractiva
- Los personajes que, por el momento, apenas presentan una evolución significativa
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