¿No os ha pasado alguna vez que estáis hartos de una serie solamente por el hecho de que todo el mundo trata de metértela por los ojos? Yo he llegado a Sword Art online después de demasiados videojuegos, cosplays, y merchandishing sobre él, repasando mi lista de animes pendientes e intentando evitar todos los shonens que pudiese (sí, lo admito). Al final abrí Netflix y nada convencido, comencé a ver el primer capítulo, más por dejar de escuchar a mis amigos recomendármela que por iniciativa propia.
Es por eso que voy a empezar diciendo que Sword Art Online me ha gustado, bastante además (ale, ya me lo he quitado de encima) y puede ser porque llegué a él esperando el enésimo anime de peleas con poco o nada que ofrecer y las expectativas extremadamente bajas, pero sus 24 capítulos me duraron dos sentadas (y porque en la primera al día siguiente tenía que madrugar).
Encerrados en un mundo conectado
Sword Art Online no es más que un “Isekai” enmascarado, en el que su protagonista, Kirito, se queda encerrado en un juego online de realidad virtual junto con otros tantos miles de personas. La trampa es que, si le desconectan del juego en el mundo real, o muere su Avatar en el virtual, el morirá en la realidad de manera fulminante. La única salida de Sword Art Online es acabar el juego derrotando al jefe que se encuentra en lo más alto de una enorme torre que los jugadores han de ir subiendo y eliminando uno por uno al jefe que custodia cada planta.
Esto os resultará familiar si habéis jugado a los clásicos MMO coreanos como Ragnarok online, Lineage II, o los no tan clásicos Black Desert, o Aion. Juegos difíciles que exigen toneladas de farmeo y en los que es habitual el tener que asociarse constantemente con otros jugadores para superar incluso tareas rutinarias.
Lo que sin duda destaca de un anime a priori tan genérico como SOA es precisamente lo bien que sabe comunicar todas estas pesquisas tan comunes en estos juegos, como las misiones, el inventario o la experiencia, haciendo que los que en algún momento hemos jugado a ellos nos sintamos muy identificados con las situaciones y los guiños que la trama y los personajes nos lanzan continuamente.
Más allá de eso, Sword Art Online tiene una muy buena estructura de capítulos y de arcos argumentales, sin nada de relleno y con personajes interesantes, tampoco le tiembla la mano al matar a personajes que tienen cierto peso en la historia, incluso a mitad de la serie esta nos tiene preparado un giro argumental realmente interesante. Lamentablemente no todo son cosas buenas, el protagonista, Kirito, peca demasiado de personaje “Mari-Sue” y Asuna de damisela en apuros, cosa que me ha hecho resoplar y poner los ojos en blanco en más ocasiones de las debidas.
Técnicamente, sin ser malo, tampoco destaca y algunos combates que podrían haber dado mucho juego se quedan en una sucesión de escenas poco menos que interesantes.
Sin embargo, Sword Art Online sabe hacerse querer con una historia que consigue un gran equilibrio en su tono, sabiendo ser misteriosa, dramática o divertida casi siempre que se lo propone, que no es poco.
Sword Art Online se compone hasta el momento de tres temporadas, de las cuales este análisis solo cubre la primera de ellas, pero está resulta lo suficientemente autoconclusiva como para poder disfrutarla de manera individual y dar carpetazo a la serie… O continuar si lo que ofrece te ha gustado, y si este es el caso, además del anime, hay un enorme conglomerado de videojuegos, mangas, doramas y películas para disfrutar de Sword Art Online mucho más allá del anime. Personalmente no soy del tipo de persona que se vuelven tan fans de algo como para consumir absolutamente todo lo que sale, pero SOA es un gran anime y sin duda merece que por lo menos disfrutemos de sus temporadas, yo desde luego ya estoy empezando con la siguiente.