ANIMAL MAN (de Grant Morrison): cuando romper la cuarta pared no es suficiente

Animal-Man-Grant-Morrison-Generacion-Friki-PORTADAEl cómic, ese maravilloso medio en el que podemos disfrutar historias que van desde la realidad del holocausto judío que nos muestra el genial Maus a guerras galácticas tan locas como la de Annihilation: War de Marvel Cómics.

Hablar del noveno arte es hablar de un medio extremadamente amplio, en el que hay cabida para todo tipo de historias y en el que no hay reglas o convenciones sagradas, todo concepto preestablecido acerca de lo que puede o no puede ser un cómic esta sujeto a cambios, y lo que hoy es norma mañana puede resultar arcaico y simplista.

Os suelto todo este ladrillo porque cuando un loco llamado Grant Morrison rescató a un tal Animal Man del limbo de los personajes olvidados de DC Cómics hizo algo más que devolver a la vida a un viejo héroe genérico, también sentó las bases de una nueva forma de entender el arte secuenciado.

El Animal Man de antes de Grant Morrison

Por ello, es necesario saber quién demonios es Animal Man. Pues se trata de uno de los muchos intentos de superhéroes que aparecieron durante la Edad de Plata del cómic (desde finales de los 50 hasta principios de los 70 más o menos). Animal Man apareció concretamente en 1965, y lo cierto es que nunca terminó de cuajar del todo entre los fans, siendo su premisa bastante estúpida y su historia de orígenes una sarta de clichés puestos unos detrás de otros.

El caso es que parece que DC Cómics se puso algo sentimental, porque después de dicha etapa le dio por rescatar personajes menores con la intención de devolverles cierta popularidad y darle vidilla a todo el asunto. Animal Man fue uno de los elegidos y la editorial no tardó en confiarle el destino del personaje a un prometedor autor llamado Grant Morrison.

Grant, que por aquel entonces gozaba de cierta reputación gracias a su trabajo con Zenith escribió un primer número para el personaje al que tituló El zoo humano (que daba comienzo a una miniserie de cuatro números), publicación que gozó de una gran popularidad entre lectores y crítica y que hizo posible que Morrison estuviese al cargo de una serie regular para Animal Man, algo que sin duda ayudó a hacer posible su obra más aclamada: Arkham Asylum aunque eso es una historia para otro día.

El caso es que Morrison se vio en una situación envidiable para cualquier autor, tenía una serie regular para él solito y un personaje con el que podía hacer lo que le diese la gana, ¿que podría salir mal?

Animal Man arranca de forma más bien sencilla, presentándonos a Buddy como un hombre americano de mediana edad al que la explosión de una nave de origen extraterrestre le otorgó la habilidad de absorber las capacidades de los animales que le rodean, pudiendo ser tan fuerte como un elefante, tan rápido como un jaguar o incluso pudiendo volar como un águila si así lo deseaba.

Como veis tanto los poderes del personaje como su origen son una soberana chorrada, pero lo que hizo Grant Morrison con todo esto está lejos de serlo y tiene mucha más chicha de lo que puede parecer en un principio.

Ya en los primeros números se pueden entrever parte del mensaje que Morrison quiere transmitir. El autor, vegetariano convencido, se aprovecha de la estrella relación de Animal Man con los animales no humanos para hacer una llamada de atención bastante evidente acerca de temas tan controvertidos como la experimentación con animales o las fiestas culturales que implican el asesinato indiscriminado de los mismos. La forma de tratar estos temas no es precisamente sutil, y Morrison refleja parte de su personalidad en el personaje, transformándolo en vegetariano y haciendo que sus “aventuras” giren en torno a la causa animalista, convirtiendo a Animal Man en la imagen pública de todo tipo de asociaciones y ONG’s a favor de los derechos de los animales (en su mundo de ficción, claro).

Pero las ambiciones de Morrison no se iban a quedar ahí, al fin y al cabo no os estaría hablando de esto si fuera solo para soltaros un rollo hippie (que nunca viene mal, dicho sea de paso). La verdadera naturaleza de su obra quedó patente en el famosísimo El evangelio del coyote (ver galería justo abajo), donde Morrison realiza una alegoría algo confusa en la que no solo trata la relación entre los humanos y el resto de especies del planeta, sino que también explora la naturaleza de las propias obras de ficción, así como la relación entre autor y creación. Una ida de pinza bastante seria, vaya.

Y es que es a partir de este número cuando la cosa se le va realmente de las manos a nuestro querido Grant, siendo cada nuevo número un tratado acerca de los temas ya mencionados anteriormente, dejando cada vez más de lado la omnipresente causa animalista para centrarse casi por completo en temas más complicados y metafísicos, retorciéndolos hasta límites insospechados y abarcando temas tan peliagudos como la naturaleza de la realidad en sí misma.

Pero lo mejor de todo esto es la sencillez con la que el autor es capaz de transmitir todos estos mensajes, siendo perfectamente posible que casi cualquiera comprenda la premisa del cómic con solo leerlo, alejándose de un estilo pretencioso para adoptar uno mucho más natural y personal, siendo la obra una auténtica puerta al interior de Grant Morrison. No negaré que es cierto que con tanta metafísica y tantas movidas extrañas los lectores menos experimentados puedan sentirse algo confundidos, pero viendo la temática del cómic resulta evidente que es algo inevitable.

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Animal Man nos presenta una deconstrucción de todo lo que significa ser un personaje de ficción, a veces literalmente.

Me gustaría hablar de ejemplos o situaciones concretas, pero Animal Man es una de esas obras de las que es mejor no saber nada antes de sumergirse en ellas, un libro con capacidad para sorprender y que invita a la reflexión del lector de forma constante, siempre que no está destruyendo nuestras mentes, claro. Dicho esto, no hablare más acerca del argumento o de los temas explorados por Grant Morrison, es algo que merece la pena que descubráis por vosotros mismos y sería una pena estropearos la sorpresa.

En cuanto al resto, contamos con Chas Truog a los lápices y Doug Hazlewood a las tintas, un dúo creativo que ayudó a dar vida a Animal Man con unos dibujos que, si bien cumplen, no son nada del otro mundo y están muy en la linea de lo que se solía ver en los 80.

Lo que sí hay que destacar son las portadas de Brian Bolland, absolutamente geniales y muy inspiradas, perfectas para una obra de estas características, imperdibles.

Si queréis adquirir la etapa completa de Animal Man de Grant Morrison (1988-1990) vuestra mejor opción es adquirir los tres tomos de la línea Vertigo publicados por ECC Cómics, los cuales pueden ser adquiridos por 23€ cada uno.

Resumiendo, el Animal Man de Grant Morrison no es un cómic al uso, se trata de una obra profunda y personal que encantará a todos aquellos que disfruten con una buena ida de pinza o a los que busquen explorar en profundidad el famoso concepto de la “cuarta pared” pero de la que deben mantenerse alejados los que prefieran una narrativa de corte más tradicional o sencillo. Una obra cuya relevancia se mantiene aun a día de hoy y por la que los años no parecen pasar, absolutamente imprescindible.

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Animal Man

8.3

NOTA GLOBAL

8.3/10

Destaca en:

  • La calidad que desprende cada uno de los número de la serie.
  • Los temas que trata y cómo lo hace.
  • Es tremendamente personal y no resulta pretencioso en ningún momento.
  • El uso de la cuarta pared es perfecto.
  • Las portadas de Brian Bolland, una maravilla.

Podría mejorar:

  • Los dibujos no son nada del otro mundo, aunque no han envejecido mal del todo.
  • En ocasiones puede resultar demasiado confuso, especialmente para los lectores menos experimentados.

About Mr. Thanos

Mr. Thanos nació con un sable láser en una mano y el guantelete del infinito en la otra, adora el cine, los libros, comics , videojuegos, mangas y animes, si son gore mejor. Es recomendable no darle de comer a partir de las 12

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