Hace cinco añitos me llegó a los oídos que Kim (autor conocido sobre todo por realizar la tira de Martínez el Facha para El Jueves, y trabajar en esta revista desde 1977), había sacado un cómic que no era de Martínez, cosa que me alegró mucho. Mi sorpresa aumentó al oír unas críticas muy buenas y una acogida excepcional para ser un cómic español. Kim se unió al guionista Antonio Altarriba, para realizar esta ópera prima que tocará vuestros corazones.
Todo tuvo su origen en una historia familiar
Antonio Altarriba comenzó este guion partiendo de unos escritos que se encontró de su padre en el asilo donde se suicidó, saltado desde la ventana de un cuarto piso. En esos escritos, relató su vida y toda una reflexión del tiempo, con una sensibilidad que Antonio Altarriba y Kim han sabido reflejar como si saliera del fruto de sus entrañas.
El estilo de Kim ha resultado de mi agrado, pero no cuando lo veo en Martínez el facha, que la verdad es que nunca le encontré la gracia, sino por lo que vemos aquí, donde se observa al artista en todo su esplendor, involucrándose también en la obra, pero prescindiendo de la ironía y esa cierta ordinariez de sus cómics, y centrándose en las historias intimistas. Posiblemente, aunque ya tenga cierta edad, más de uno se sentirá identificado con los acontecimientos que se narran, la situación política y social, los problemas (a menudo comunes a todos) y en general el aire que se respira en todas las frases.
No obstante, ello no quiere decir que éste sea un cómic libertario. Muestra, pero no alecciona, a pesar de sus inclinaciones evidentemente izquierdistas-republicanas, pero es más que la historia de un superviviente con el cuál sentirse identificado, es la historia de cualquier español de clase obrera. Por ello, el sentimiento derrotista (llegando a ser fatalista) es el que más invade al lector tras leer El arte de volar; la sensación de que hagas lo que hagas el pobre siempre será pobre y los sueños siempre serán sueños.
Un retrato de España
Así, esta obra es un relato de la vida y de la compleja historia de España en el s.XX. Tratando la vida como lo que es: un viaje, una búsqueda de identidad; aprovechando todas las oportunidades que se te presentan, medrando, pero nunca a la deriva. Un digno viaje en el tiempo, desde 1910 y en adelante, tratando los 90 años de vida de Antonio Altarriba padre.
No obstante, el estilo de Kim y Altarriba es fascinante y sencillamente resulta muy liberador y muy agradecido para los ojos leer este cómic, ya que tiene ese estilo de entintado grueso muy cercano a Tintín y retorcido como el más puro estilo underground; especialmente cuando utiliza tintas para hacer degradados, dejando ese aspecto sucio, pareciendo que hace retratos de los entornos y sentimientos.
Así, recomiendo este cómic como regalo para un padre, dado que tiene el mismo sentido y homenaje que la propia obra para el padre de Antonio, quien vivió su vida apurándola, viviéndola a su ritmo y como ésta se le presentaba.
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