A menudo tenemos la sensación de que conocemos al dedillo la historia de Jack el Destripador, igual que conocemos la de Freddy Krueger o la del Conde Drácula. Personajes siniestros, peligrosos, asesinos, cuyo simple nombre hace que temblemos. Algunos son imaginarios, como Jason de “Viernes 13” y otros reales como Isabel Bathory. En todos ellos, sin embargo, se da un denominador común fruto de que con el tiempo o bien los hechos se convierten en ficción, o la ficción se convierte en hechos: en todos ellos, los personajes y los acontecimientos macabros que les rodean se convierten en leyenda. Al final, el conocimiento que tenemos de todas estas historias es menos cierto que la realidad, pero apuramos con gusto cada nuevo dato puesto que muchas veces las leyendas esconden un halo de misterio y de verdad que resulta más atractivo.
From Hell (Desde el Infierno 1993-1997) es la novela gráfica que traigo hoy deseando apaciguar las ansias de todos los que gustan de una historia de terror mezclada con conspiración de la chunga. Alan Moore y Eddie Campbell, tomando como punto de partida la teoría del libro de Stephen Knight, Jack the Ripper: the final solution (entre muchas, muchas otras, ni os molestéis en seguir la bibliografía) por la cual los asesinatos no son fruto de un loco homicida, sino el resultado de una conspiración en la que los masones, la casa real y el sexo prematrimonial juegan un papel importante. Un médico de la corte, el doctor Sir William Withey Gull recibe el dudoso honor de eliminar a todos los que sepan algo. Y la lía parda.
“From Hell” es el ambicioso intento de Moore y Campbell de ahondar no tanto en la persona de Jack el Destripador, como en los hechos en sí mismos. Es obvio que la persona de Jack el Destripador (llamado así de forma sensacionalista) existió de veras, y que cometió esos horribles asesinatos y descuartizamientos, pero puesto que los crímenes nunca fueron resueltos y en 1888 la situación en Londres, y más concretamente en el distrito de Whitechapel, uno de los más pobres y abandonados, no era la idónea para investigar, la imaginación de todos nosotros, lectores, puede desbordarse todo lo que nos apetezca. Y si no tenéis imaginación, jugaros a The Order: 1886 ambientado en el Londres victoriano.
Sin embargo, ello no significa que esta obra tenga menor valor, al contrario. Dejando de lado que está considerada una de las mejores novelas gráficas jamás escritas, es digno del mayor de los respetos el trabajo de investigación tan meticuloso que realizó Alan Moore con vistas a mostrar el lado más riguroso de esta historia, antes de que el tiempo diluya la verdad. Por supuesto, hay ficción. Es una historia de ficción, pero precisamente y ante todo porque la figura de Jack el Destripador pertenece a ese elenco de personajes de leyenda de los que hablaba al comienzo de esta reflexión.
Particularmente soy de esas personas a las que el término de “desconocido” no me gustan ni un pelo. El hecho de que el llamado “Asesino de Whitechapel” siga siendo un misterio (vamos, ni siquiera a día de hoy se sabe si fue sólo una persona) hace que todo aquello que yo aprenda sobre Jack el Destripador en From Hell (o en otros libros) me parezca que podría o no ser verdad. Y eso me pone muy nerviosa.
Pero está claro que a Alan Moore no. Para él, contar esta historia de terror le da pie a hablar de la época, de los personajes históricos que purulaban por ahí, de divagar sobre la naturaleza del ser humano (aviso, a veces demasiado y de forma muy críptica) y de mostrar los problemas de una gran parte de la población londinense destacando la prostitución, el asesinato y el hambre.
En la preciosa edición de tapa dura de From Hell que tengo en mis manos encontraremos un cómic para mentes ávidas de un conocimiento profundo. No es un relato fácil de leer. A veces me sentí como si estuviera leyendo El Señor de los Anillos y hubiera una excesiva abundancia de detalles y descripciones. Cierto es que el señor Tolkien quería jugar con mi imaginación, y Eddie Campbell se esfuerza, con el gran detallismo de sus dibujos, en que yo vomite, haciendo innecesario cualquier trabajo mental por mi parte. Sin embargo, y pese a que una imagen vale más que mil palabras, Alan Moore colabora con Campbell en describir las escenas lo más profundamente posible. En ese sentido, queridos frikis, encontraréis un cómic muy morboso. Incluso diría que aprenderéis algo de anatomía y disección. Y alguno se ilustrará algo más sobre el sexo en el s.XIX.
Respecto al dibujo, vemos blanco y negro por todos lados. Carente de tramas, y de escalas de grises, lo cual a mi juicio es un error. No obstante, lo arregla con un trazo fino y un dibujo muy funcional. A eso hay que añadir los muchísimos planos detalle que tiene From Hell que acentúan la crudeza de las escenas. Por si fuera poco, los autores decidieron que debía tener aspecto de novela negra y ser lo más realista posible: ello deriva en un respeto por las proporciones y una inclusión de las pertinentes frases aclaratorias cuando a través del dibujo no iba a quedar claro.
Aún así, no es de mis estilos favoritos. Yo suelo inclinarme por el estilo de Kick-Ass, que no me resulta tan macabro por su toque mamarracho, o por el del manga La espada del inmortal, cuyo dibujo diluido me hace no tener que apartar la vista por el asco. ¿Qué le vamos a hacer? Si es que en el fondo soy una sensiblera.
En conclusión, From Hell es una obra notable, complicada, cruda, sesuda, llena de símbolos y bastante asquerosa. 500 páginas llenas de dibujicos que pondrán a prueba vuestro intelecto, os asombrarán, emocionarán, y llenarán vuestras ansias de conocimiento debido a la amable inclusión de un extenso anexo (un poco gafapasta, hay que reconocerlo) a modo de “por cierto, quería comentarte este detalle y no pegaba contártelo en medio del cómic”. Una obra que ya es un clásico y que os dejará con ganas de más de Alan Moore.
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buenisimas conclusiones de from hell,, aunque no comparto la opinión que te merece Campbell y su trazo. Para el género que trata y lo extenso que es, la línea de sus dibujos añade rapidez y el aspecto macabro que necesita para su lectura.
El punto de como empieza una historia,ya sea como ficción o acontecimiento histórico para trasformarse en leyenda me resulta acertadisimo! 🙂