Si hay una leyenda en la cultura oriental que destaque por su romanticismo, esta es la del hilo rojo del destino. Un mito tan antiguo como presente en la mitología japonesa y china, por la cual los dioses atan un cordón rojo a dos personas, que están irremediablemente destinadas a conocerse, quedando unidas para siempre. De esta forma, no importa las circunstancias, este hilo podrá estirarse o contraerse, pero nunca romperse.
El cuento que traemos hoy de parte de Nou Editorial se llama precisamente La Leyenda del Hilo Rojo y, como podréis ver en la portada, el gorila tiene anudado el dedo meñique, señal de que hace referencia a la cultura japonesa (en la china se ata alrededor del tobillo). Así, el cuento sigue casi literalmente la leyenda más popular que se narra a los niños en todos los hogares japoneses, con la excepción de que en esta adaptación al cómic a la bruja no se le corta la cabeza, sino que se la encierra en una torre.
¿Por qué digo en el subtítulo que dudo que sea un cómic para niños?
Yo crecí tanto con los cuentos de los hermanos Grimm como con las películas de Disney. La crudeza de los primeros contrastaba con el excesivo edulcoramiento de los segundos y, en parte, lo entiendo. Queda mucho mejor que la madrastra y hermanastras queden simplemente humilladas frente a la corte en la historia de Cenicienta que ciegas y cojas para el resto de su vida. O que Ariel y Erik luchen por estar juntos y lo consigan (y que Úrsula muera) a que el príncipe sea un imbécil caprichoso y Ariel sufra las de Caín y acabe convertida en espuma de mar. Por mucho que repruebe a las princesas de Disney, sus historias son más llevaderas y, puede (“puede”) más adecuadas para niños.
Así pues, a la hora de leer la adaptación para niños de La Leyenda del Hilo Rojo me esperaba algo más parecido a Disney que a los hermanos Grimm. Aún a riesgo de resultar simplona, esperaba una moraleja. Es más, creo que es necesaria una moraleja.
¿Qué dice la leyenda original?
Un emperador se entera de que en sus tierras vive una bruja poderosa y la conmina a que encuentra su hilo rojo del destino. Esta, tras mucha búsqueda, le lleva ante una pobre campesina con su hija, declarando que esta será su esposa. El emperador se enfurece, golpea a la campesina y a su bebé hiriendo a esta última en la frente y decapita a la bruja como castigo. Años más tarde, la corte del emperador le aconseja que se case con la hija de un gran general y este accede. Cuando la novia llega al altar este observa que en el hermoso rostro hay una cicatriz en la frente.
Creo que Jose M. Ruiz, cuando escribió e ilustró La Leyenda del Hilo Rojo, confiaba en mantener la exactitud de esta leyenda original. Siempre es un enfoque que yo suelo tanto respetar como animar. La excesiva dulcificación de nuestra historia, aunque se trate de mitos, leyendas o cuentos, nos lleva tanto a un atocinamiento mental como a una visión de la realidad deformada. Recordad que no se trata de un cuento que inventamos para nuestros hijos para que se vayan a dormir felices, sino de la propia Historia de un país. El hilo rojo del destino es un concepto tan importante que hasta forma parte de las expresiones habituales de los asiáticos. Incluso los padres adoptivos en Japón hacen de su espera algo dulce puesto que el hilo rojo del destino ha asignado un hijo para ellos.
Por eso, por la importancia de este mensaje, creamos en él o no, debía ser transmitido de forma adecuada a los más pequeños. No sólo debía tener, como tiene, un dibujo atractivo, aunque irregular (trazo grueso, evidente y excesiva naturaleza digital, dibujo estilizado), una narrativa adaptada y una extensión en páginas adecuada; sino una transmisión también adaptada del mensaje.
Si Neil Gaiman o Alan Moore hubieran dibujado La Leyenda del Hilo Rojo, este cómic hubiera estado dirigido a adultos; nos hubiésemos recreado con un dibujo adecuado a la crueldad de la historia y, para variar, la historia hubiera terminado con un final pseudo-feliz. Pero está dirigido a niños, así que, en los tiempos que corren, hay que ofrecer una moraleja, una última línea de texto en la que el arrepentimiento y la lección aprendida ayudaran a los niños a respetar la historia.
Pensad si no en que la mejor adaptación actual que se ha hecho hasta el momento de la leyenda del hilo rojo es la fantástica Kimi no Na Wa, conocida en España como Your Name, y pueden verla tanto mayores como pequeños.
Para los escépticos
Leí esta historia a unos cuantos niños. Les encantó la imagen tan divertida del gorila, señalaban los emoticonos con diversión, leyeron del tirón la historia…, pero todos se escandalizaron por la crueldad del emperador para con la campesina, su hija y la bruja. Señalaban que no pidió perdón, que no estaba arrepentido y que no enmendó sus errores.
El cuento es el mismo, pero el enfoque al final marca la diferencia.
Repito que las leyendas son como son. Pero a día de hoy nos partimos el lomo por enseñarles valores a nuestros hijos en esas edades en las que todavía nos escuchan y La Leyenda del Hilo Rojo desperdicia una gran oportunidad de enseñar valores como el perdón, la reconciliación, la humildad y la continencia. De alguna forma, lo que ven los niños es que el emperador era malo, violento, egoísta y orgulloso y, aun así, consiguió al amor de su vida.
No cabe duda de que las leyendas y mitos suelen incluir temas a veces complejos para los niños. Posiblemente yo no me preguntaba de pequeña por qué el cazador rajaba el vientre del lobo, sacaba a Caperucita y a la abuelita de allí y rellenaba la tripa con piedras. La fantasía tenía mucho que ver con ello. Pero ahora, a la vez que sigo contando este mismo cuento, termino intentando inculcar una moraleja a mis pequeños sobre lo que me parezca pertinente. El cuento es el mismo, pero el enfoque al final marca la diferencia.
La Leyenda del Hilo Rojo es un hermoso relato digno de ser contado. Tiene preciosas ilustraciones, un buen ritmo para ser leído, pero adolece de una falta de actualidad en cuanto a valores se refiere. Quizás me he acostumbrado a que, cuando se trata de niños, nos den las cosas masticadas, pero como padres, cuando terminemos de leer estas complicadas y antiguas historias, nuestro deber es hablarles de la bondad, la empatía, el respeto a los demás o el amor y explicarles términos como el destino o el vínculo.
La Leyenda del Hilo Rojo
Destaca en:
- Ilustraciones agradables visualmente para los niños.
- Adaptación muy correcta de la leyenda original.
- Extensión del cuento adecuado a la edad del público objetivo.
Podría mejorar:
- Algunas páginas pecan de dejadez y ausencia de detalles.
- No se adapta el texto a las necesidades de hoy: no hay moraleja.
Estoy completamente de acuerdo con el comentario, a mi hija le pasó lo mismo cuando lo leyó, que no le pareció bien el final: no es justo me decía. La ha tratado mal. Creo que también deberías distinguir Disney antiguo del nuevo, los valores que transmite son completamente diferentes pero lo importante para mí es, efectivamente, que al final haya una moraleja.
Tienes razón, debería haber hecho distinción entre el antiguo y el nuevo Disney.
No obstante, creo que la intención del autor no es adjudicarse toda la responsabilidad de la educación de los niños, ¿quién sabe si sólo tuvo una intención lúdica?