LOS LIBROS DE MUERTE: ¿quién es ese hombre?

El año 2005 supuso un punto de inflexión en la carrera de Ed Brubaker. Estaba encaprichado con escribir sobre Capitán América y su amigo Brian Michael Bendis le dio la oportunidad. Sin embargo, esto supuso un contrato que limitaba sus obras a las aprobadas por un comité. Fruto del desgaste surgió, entre otros personajes, El Doctor Muerte y un tipo de escritura sombría y llena de personajes sociópatas maravillosamente bien construidos, que hoy os traemos en la obra que analizamos: Los libros de Muerte (2006). Todo esto, sin embargo, tiene una explicación, así que primero vamos a poneros en antecedentes.

Simplificando un poco el asunto, hasta el año 2000 DC Comics estuvo dominada por los superhéroes de la nueva ola estilo Morrison y la fantasía gótica estilo Gaiman. A principios del nuevo milenio, quizás porque el mundo iba a volverse más oscuro y deprimente, esa tendencia cambió. Una nueva generación de escritores (Brian Azzarello, Greg Rucka, Ed Brubaker) revitalizó para el cómic norteamericano el género negro, prácticamente muerto para la viñeta USA desde los años cincuenta. Lo que en la práctica significa: el medio había incorporado a su gramática las lecciones de Chandler, Hammet y el noir hollywoodiense, pero había pasado por alto las innovaciones de Himes, Thompson, Ellroy y el nuevo cine estadounidense de los setenta.

El tándem con Darwyn Cooke en Catwoman permitió que Brubaker ascendiera a la primera división del cómic estadounidense. Junto a Greg Rucka, Brubaker escribió Gotham Central, una suerte de Canción triste de Hill Street protagonizada por polis de Gotham. Este trabajo supuso una nominación al Eisner para el escritor, quien también se convirtió en el principal guionista de Wildstorm.

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Brubaker pertenece a la generación que revolucionó el noir y el pulp en el cómic norteamericano.

El año 2005, como ya os hemos comentado, supuso un punto de inflexión en la carrera del autor. Brubaker escribió El hombre que ríe, una actualización espectacular del primer enfrentamiento entre Batman y El Joker. De esta época datan también cómics memorables como Capitán América, El proyecto Marvels o El Inmortal Puño de Hierro (co-escrito junto a Matt Fraction), cómics estimables como su etapa en Daredevil, cómics directamente malos como su Patrulla-X o sus Vengadores Secretos…y cómics olvidados como Los libros de Muerte.

Equivocado por los motivos correctos. Este puede ser el leitmotiv que define a los mejores villanos de Marvel. El Dr. Muerte (creado por Stan y Jack Kirby en Fantastic Four #5) se convirtió en un monstruo y un tirano por intentar salvar el alma de su madre de las garras de un demonio, tal y como nos contaron Roger Stern y Mike Mignola en Doctor Extraño/Dr. Muerte: Triunfo y tormento.

El propósito de Ed Brubaker en esta miniserie publicada en 2006 con dibujo de Pablo Raimondi (editada dos veces en España: en un tomo homónimo fuera de colección en 2007 y en Colección 100% Marvel HC: Doctor Muerte. Origen, en 2017)  es contar una suerte de precuela de esta mítica historia: unos orígenes en toda regla del Dr. Muerte.

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En líneas generales, Los libros de Muerte es un relato trágico bien construido. Si por algo se caracteriza la escritura de Brubaker es por el retrato de sociópatas carismáticos y por el uso de la tradición pulp como gasolina del relato. En cuanto al primer punto, resulta evidente como vamos a encontrarlo aquí. En cuanto al segundo punto, resulta interesante observar que en sus obras más personales (Bad Weekend, Pulp), Brubaker emplea el pulp como meta-recurso, mientras que en sus trabajos de encargo (Puño de Hierro, Capitán América, Los libros de muerte) el pulp es el pegamento de la trama.

Brubaker llena el cómic de elementos pulp.

De este modo, nos encontramos con la historia netamente pulp de Víctor Von Muerte, de un niño gitano, el hijo de una bruja de los Cárpatos que emigra a Estados Unidos para aprender los secretos de la ciencia occidental. Con la historia de un genio desfigurado, de un inconformista que viaja al Himalaya para obtener el poder de la magia. Con la historia de un tirano, de un libertador que conquista su país pero a cambio pierde su alma.

Brubaker y Raimondi llenan el cómic de homenajes pulp. El más evidente de ellos, las vendas que cubren la cara de Von Muerte remiten a The Man with the Getaway Face, todo un clásico del noir escrito por Richard Stark que ya había sido homenajeado por Brian Azzarello y Eduardo Risso en 100 Balas. La parte de la epopeya de Víctor que transcurre en el Himalaya se construye con ese misticismo oriental (el Yeti, sociedades secretas tibetanas) tan querido por Brubaker desde que escribiera El inmortal puño de hierro.

Cierto es que Víctor (desde su mismo apellido) es puro pulp. Más allá de sus devaneos con los 4 Fantásticos y sus megalomanías varias, sus historias de tienen un puntito de fantasía muy interesante, e incluso llegó a viajar junto a Iron Man hasta el mismísimo Camelot (en épocas recientes, Brian Michael Bendis recuperó todo este bagaje en la muy recomendable serie Infamous Iron Man).

Por desgracia, algunos tramos del guion están construidos con desgana. Quizás por desinterés del guionista, la relación juvenil entre Reed Richards y Víctor Von Muerte (que se presupone uno de los mayores atractivos del cómic) apenas queda esbozada. Al estar la historia narrada por Von Muerte, podemos asumir que un ególatra de su categoría no concederá más que un papel marginal a su mayor rival en el relato de su vida. Pero lo cierto es que el tramo del cómic que transcurre en USA está metido con calzador en la estructura de la historia para encajarlo en la enrevesada continuidad Marvel. Brubaker se desenvuelve con mayor soltura escribiendo sobre los peligrosos callejones de Europa del Este y las cumbres nevadas del Himalaya.

Sin duda, el punto flaco Los libros de Muerte lo encontramos en el apartado gráfico. El arte del argentino Pablo Raimondi busca imitar por momentos el realismo de Bryan Hitch (muy en boga por entonces) sin conseguirlo del todo. Su dominio de las expresiones faciales nos deja algunos rostros grotescos y aunque su narrativa es clara, resulta poco convincente y poco original. Raimondi no se ha prodigado demasiado por el mundo del cómic después de esta obra.

Algunos hallazgos gráficos son dignos de mención, aunque no hay duda de que tienen su origen en el guion de Brubaker. El Dr. Muerte como fantasma que acompaña a su yo del pasado como una sombra invisible reflejada en los espejos ilustra el tema de la obra y el gran pathos de su protagonista.

Víctor Von Muerte es un fantasma que lo ha perdido todo (hasta su cuerpo) en una búsqueda incesante. Un fantasma es un ser incompleto. Pero, como en todas las buenas historias de monstruos, surge la pregunta: ¿quién es el verdadero monstruo? ¿No somos todos seres incompletos? ¿No somos todos fantasmas?

Nuestra naturaleza, así ha sido y será, en una cuestión de puntos de vista.

Los libros de Muerte

6.5

NOTA GLOBAL

6.5/10

Destaca en:

  • El guion de Ed Brubaker.
  • Es pura tragedia pulp.

Podría mejorar:

  • Su apartado gráfico. Esta obra hubiera sido grande con un buen dibujante…
  • …pero no deja de ser un trabajo menor dentro de la gran bibliografía de su escritor.

About Pablo Menéndez

Pablo Menéndez (Madrid, 1997) es guionista y novelista. Ha trabajado, en guion y producción, para empresas como Sony, El Corte Inglés o ATM. Como novelista ha publicado Otro mundo azul (Imagica, 2020) y La Realeza (Imagica, 2021), entre otras obras. Sigue escribiendo a diario. Opina que la mejor generación de juegos de la historia es la de PS3. Discutirá con quién sea sobre lo que sea en cualquier momento.

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