Y eso que acabáis de leer no es un subtítulo. Es todavía el título de la exposición que tuvimos la oportunidad de admirar en el Matadero la pasada semana. Una propuesta del Japan Media Arts Festival que, en una de sus casi divinas inspiraciones, decidió traernos una muestra de artes audiovisuales que el festival nipón premió en su 19º edición.
Y para cualquier friki, el atrayente título de “Un planeta enloquecido: fantasmas, monstruos tradicionales y alienígenas en el manga” nos suena casi a música celestial. En el mismo recinto donde unos meses antes nos quejábamos de la infraestructura de la exposición de “Juego de Tronos“, ahora teníamos mangas, ilustraciones, vídeos y bocetos de algunos ejemplos de cómo el animismo está presente constantemente en la cultura japonesa.
Y digo algunos ejemplos porque, sin duda, el mayor defecto que tiene la exposición es la brevedad. No sólo en cuanto a su duración, que ya es poco 11 días para una exposición, sino por el reducido espacio utilizado. Son innumerables los ejemplos que se pueden encontrar en los cuentos y leyendas japonesas acerca de espíritus que habitan en las cosas que nos rodean, y así nos lo ha demostrado una y otra vez el estudio Ghibli con cada una de sus obras (pensar si no en “La princesa Mononoke” o “Mi vecino Totoro” por poner dos ejemplos muy claros), y sin embargo, “Un planeta enloquecido” sólo recoge muestras de una decena de obras (que a continuación expondremos).
De cualquier forma, la intención de la exposición, y su primordial interés, es el de mostrar el concepto de “sincretismo”. La vida cotidiana japonesa se fusiona con el animismo que mencionábamos antes haciendo del folclore nipón una mezcla de la historia (impregnada obviamente de otras culturas) con los monstruos, fantasmas, y alienígenas propios de su mitología, por lo demás tan rica como podría ser para nosotros la mitología gallega.
Como exponentes de la mitología en obras clásicas:
“Urusei Yatsura” (“Esos desagradables extraterrestres“) 1978-1987 de Rumiko Takahashi
La visión de este manga (que podíamos leer casi íntegramente allí, ver galería abajo) era una patada en la nostalgia bien gorda. Seguramente vosotros lo recordaréis por el nombre de “Lamu“, que fue como llamaron al anime, pero para los que no lo recordéis, o no conozcáis a la autora (vamos, la que escribió “Ranma“), “Urusei Yatsura” es una obra de manga de género cómico de ciencia ficción fruto del cambio social producido en los 70, con toda la ansiedad que ello provocó. En la historia se entremezclan todos los personajes (fantasmas, extraterrestres, dioses locales…) sacados de la mitología popular, mezclados con los amantes del protagonista, un estudiante de secundaria (¡cómo no!) de Japón.
La mezcla del espacio-tiempo con espectros y monstruos crea situaciones en extremo divertidas, y son propias de la animación tradicional y del manga.
“Yoru no Sakana” (“Peces nocturnos“) 1992 de Hideo Azuma
Nos muestra un mundo en el que lo raro es lo cotidiano. Para un español, sería algo así como vivir en un mundo freudiano o estar dentro de la mente de Dalí. Su obra novelesca es una metáfora del estado de ánimo del autor mezclada con lo que él entiende que es la mentalidad de los japoneses en esa época.
“Nº 5” 2000-2005 de Taiyo Matsumoto
Sería una historia apocalíptica si no fuera porque se desarrolla en un mundo diferente a la Tierra. El mundo es un asco y los ejércitos y la falta de agua son el pan de cada día. La ciencia ficción, con robots y animatrix de por medio, chocan con los dibujos animados, los cuentos populares y los animales. Si a ello le mezclas los viajes en el tiempo…hay que ser un genio para que el coctel salga bien.
“Kusaka kyodai” (“Los hermanos Kusaka“) 2009 de Haruko Ichikawa
Esta obra pertenece a la serie “Mushi to uta” (“El insecto y la canción“) y es una representación clara de la fusión entre los humanos y la naturaleza que tanto buscan las hermosas obras de Miyazaki y compañía. Sin embargo, aquí la unión es bastante complicada porque se aleja del concepto de familia normal al que estamos acostumbrados. Y si no, que se lo digan a esta obra, que narra la relación entre una pieza de una cómoda y un joven que la encuentra, un estudiante que sueña con ser jugador de béisbol. En cierta manera, me recuerda a “Midori no hibi”, ¿adivináis por qué?
Brevemente tuvimos ocasión de ver tres obras muy representativas del género en las que se describen fantasmas y espectros que se presentan como amigos del ser humano. La primera es “Kitaro” (1960) de Mizuki Shigeru, la segunda “El fantasma Q-taro” (1964) de Fujiko Fujio y la tercera de “Shiori y Shimiko” (1970) de Morohoshi Daijiro. Los tres incluyen en sus historias como elemento base a los fantasmas, provocando hilarantes situaciones que harán las delicias de los amantes del género.
Damos el paso a la modernidad:
A partir de aquí, la exposición “Un planeta enloquecido” da un salto a la actualidad para mostrarnos la obra de Ryo Hirano, un fan de la obra de Rumiko Takahashi y en la que se inspira para crear sus mundos de fantasía a través de cortometrajes de animación como “Holiday” (2011) o “Paradise” (2013). Sus mundos desquiciantes resultan complejos de explicar, pero en la exposición encontrábamos la posibilidad de ver los cortos cómodamente sentados en unos bancos. Sin duda un punto a favor.
Ryo Kitano también tenía cabida en la exposición a través de sus mangas “Fantastic World” (2014- Ver en galería, abajo) y “Tobidase! Mirro ball-chan” (“Bola de espejos, ¡sal volando!” 2015-). Su estética pop se fusiona con el folclore popular de forma tan profunda que al final, o le adoras, o le odias.
Otro exponente moderno que nos habla de un mundo enloquecido a través de sus obras es Natsujikei Miyazaki con “Senro to le” (“La casa y las vía del tren” 2012-2013″). Es quizás la única obra de la exposición que no habla de espíritus, pero sí que, de cierta forma onanista, nos hace plantearnos preguntas propias de la ciencia ficción. La locura y la realidad se fusionan para presentar un reto al lector y que decida si es capaz de vivir dentro de ello o tendrá que buscar algo con lo que sí pueda soportar vivir.
#UnPlanetaEnloquecido es una exposición compleja, arriesga y divertidísima Clic para tuitearY es que, en general, es una exposición compleja, arriesgada, llena de obras que necesitan de una lectura profunda y detallada, sin por ello dejar de ser extremadamente divertidas. Por ello, y según pudimos observar en el Matadero, disfrutaban de ella tanto jóvenes como adultos. Una exposición que ha resultado todo un acierto.
Hola Susana!
Gracias por tu recopilación, apenas me estoy enganchando en esto de la manga y anime. Espero encontrar mucha información de valor en genracion friki.
Saludos
Hola Platanufo!
Gracias a ti por visitarnos, espero que encuentres ese contenido que buscas. No dudes en pedir críticas o artículos de opinión de temas sobre los que quieras saber más si no los encuentras en la web.
Un saludo!