APOCALIPSIS Z. LOS DÍAS OSCUROS: los zombies no son tus peores enemigos

Susana "Damarela" Rossignoli Libros

Era de esperar que en un libro sobre zombies las cosas no fueran blancas o negras y, dado lo quisquillosos que nos hemos vuelto con el tema, fuera necesaria una segunda parte para Apocalipsis Z. Por lo que a mí respecta, me siento como un adolescente frente a los regalos de Navidad “¿habrán acertado los Reyes? Estoy super ilusionado pero también receloso, ¿abro o no abro el regalo?”.

Total, que lo abres. Y haces bien. Pensaste que dado que el factor sorpresa que había con “Apocalipsis Z: el principio del fin“, se había perdido, igual Loureiro no había sabido mantener el nivel, pero este libro también está lleno de frescura pues, aunque no esté escrito a modo de diario, sí que incluye diferentes puntos de lectura por parte de varios personajes.

Así, “Apocalipsis Z: los días oscuros“, funciona como una novela independiente. Cierto es que, como toda obra que se precie de ser buena segunda parte, incluye un resumen del primer libro, (aunque si me preguntáis mi opinión siempre os diré que os leáis la primera parte), y es esencial incluirlo ya que se ahondará más en el origen y evolución del virus TSJ, y en cómo reaccionan los humanos a este hecho, y hay que tener algunos conocimientos previos sobre ello.

Y de cómo se lo están montando los humanos va esta segunda parte. Y no hace falta que aclare que, como siempre, los hombres no nos centramos en lo importante. (Ya lo decía Hobbes: el hombre es un lobo para el hombre) ¿Quién necesita zombies para destruirse?. Sólo hay que fijarse en cómo se encuentran nuestros supervivientes la civilización cuando llegan a Canarias, una de las supuestas últimas zonas a salvo de los No Muertos: guerra civil, hambruna y recursos mal aprovechados.

Precisamente estos recursos, cada vez más escuetos, son los que hacen que nuestro abogado favorito se tenga que enfrentar una vez más a los No Muertos de la forma más inverosímil que se le podía pasar por la cabeza: ir a saquear el Hospital La Paz de Madrid, (sí, ese Madrid tan mío que hace que me estremezca cuando lo imagino infectado) donde toneladas de medicamentos esperan a que alguien, lleno de adrenalina y estupidez, pase a recogerlos.

La maestría para describir los enfrentamientos con los No Muertos vuelve a darse cita en “Apocalipsis Z: los días oscuros“, así como la narración de los hechos políticos que rodean toda la trama de este libro. Creo que en este punto Loureiro no ha sabido plasmar del todo estas tensiones. O por decirlo de otra manera, no sólo habría que haber incidido en cómo se respiraba este clima entre los soldados rasos, sino que habría que haber justificado más las actuaciones políticas a nivel de explicación para el abogado y compañía. ¿Que es un recurso narrativo el dejar que se vayan enterando? Cierto, pero es poco verosímil que las autoridades no les expliquen más la situación. Al fin y al cabo, ha quedado claro que ellos se han encontrado desde el principio al margen de todo aquello.

De cualquier manera, esta forma de llevar la historia, con tanta presencia del estamento militar, con las peleas entre bandos políticos, con los atentados terroristas, los secretos de “Estado”, y por supuesto con todos los secretos que, aún en medio de una crisis zombie, rodean a los maltrechos supervivientes; refuerza la idea de que el ser humano es tonto de remate.

Os invito a que os dejéis llevar por la magia de un libro que, como dije la otra vez, es algo más que un libro sobre zombies. Es una historia de superación personal. Es también lo más parecido a lo que pasaría si alguna vez los muertos vuelven a levantarse con ganas de desayunar cerebro. Enamoraros de sus personajes, asombraros con su ingenio, emocionaros con su lucha por la supervivencia, estremeceros ante la posibilidad de la muerte a manos de aquel que hasta hace poco fue vuestro semejante…sencillamente, con Manel Loureiro todo esto parece posible.