La película Cocoon obtuvo tal éxito que incluso a la propia Wikipedia se le olvidó que estaba basada en un maravilloso libro del mismo nombre del año 1985 escrito por David Saperstein. No lo puedo reprochar, hasta la edición que yo me he leído tiene la portada de la película (libro y película se lanzaron el mismo año), así que posiblemente nos encontremos ante uno de esos casos, cada vez más habituales, en los que la película ayudó a la popularidad del libro.
La base de la historia es la misma. Un grupo de jubilados encuentra la tecnología que los antáreos, una raza extraterrestre avanzadísima, ha traído a la Tierra a fin de recuperar los cocoons, unos capullos donde se hayan durmiendo un ejército antáreo desde hace milenios. Pronto, humanos y alienígenas establecen una relación de amistad y ayuda.
Las mejoras del libro respecto a la película
La gran diferencia en cuanto al argumento es que, si en la película los ancianos se sumergen a escondidas en la piscina de los vecinos alienígenas cuando estos no están, en el libro acceden a las instalaciones científicas de estos, confundiéndolas con una sauna. Los cambios son más radicales, adquiriendo telepatía, telequinesia, aparte del vigor físico que nos contaba la película. El argumento, por lo tanto, se permite ahondar más en las capacidades que adquieren los jubilados, así como en la repercusión que ello tiene para los antáreos. Es más, estas diferencias (que no encontré en la película) son las que me han permitido establecer una relación entre este libro y la novela que, posteriormente, escribiría John Scalzi, La vieja guardia, y que daría lugar a una de las mejores sagas de soft scifi que he leído jamás.
El resto de diferencias son aquellas que enriquecen la lectura. En un primer tercio vamos conociendo de manera orgánica a cada uno de los ocho abuelos (los cuatro varones protagonistas y sus mujeres), agradeciendo que la trama nos permita conocer el carácter y las motivaciones de cada uno. Es muy de agradecer que las mujeres no queden relegadas a acompañantes de sus maridos, como sí ocurre en la película, sino que vamos notando cómo cada una vive los cambios que se van produciendo en sus parejas y cómo afecta a todos los que le rodean.
El libro también se permite la inclusión de algunos personajes más. Sin resultar lioso, sí que hay que fijarse en los nombres y cargos de cada uno puesto que su presencia no se limita a meras apariciones. Abogados, banqueros, administradores, ayudantes… un elenco nutrido de personajes que ayudarán o dificultarán la tarea de los antáreos y que, en muchas ocasiones, causan la vis cómica del libro.
La crítica a cómo la sociedad trata a los ancianos
Porque de humor está lleno el libro, no cabe duda. Ese delicioso tono que prácticamente se ha perdido de la escritura. Esa dulzura que encontrábamos en obras como El estanque dorado, en las que el conflicto estaba lleno de la ternura de la senectud. En Cocoon, sin embargo, este grupo de ancianos, cuerdos, con ganas de seguir dando guerra, aunque sus cuerpos comiencen a fallarles, se rebelan contra una sociedad que les deja de lado. ¡Y ahí es donde brilla el libro! ¿Qué es la ciencia ficción sin algo de crítica? Una de las características del género es su carácter de vehículo para la crítica hacia algún aspecto de la actualidad. Ecologismo, guerras, libertad de expresión, falta de privacidad… los temas son tan amplios como universales y, aunque cambian muchas veces según el momento histórico en el que vivimos, siempre son relevantes. Cocoon eligió hablar del valor de la persona independientemente de la edad que tuviese, reivindica la grandeza de la ancianidad y hace una llamada de atención al joven que se cree que siempre será joven.
Estas reflexiones que Cocoon realiza frente al trato que se da a los ancianos ocurre en varios frentes a la vez. La crítica tiene lugar tanto hacia las residencias que maltratan a sus ocupantes, como en los ancianos agotados para defender sus derechos. También tiene tiempo para hablar del cáncer, del cansancio vital, de la soledad, la enfermedad en general y todo eso lo hace sin que los lectores perdamos el interés en la lectura, que nunca pierde el norte de su argumento principal.
Posiblemente, la parte que peor esté construida tenga que ver con el personaje de Judy, la novia de Jack. En la película no existe, pero en el libro es un personaje creado literalmente para dar por culo. Cualquier persona que sepa algo de la vida marítima no ignorará que los marineros pasan largas temporadas en el mar y que sus familiares sufren sus ausencias. No hay en el libro un reclamo a este hecho, simplemente esta joven es la típica niñata que no acepta que su novio tenga que pasar mucho tiempo en alta mar porque ha conseguido un suculento contrato que así lo requiere. Entiendo la necesidad de crear conflicto, pero si hay algo que reprocharle a David Saperstein es el poco tino en el desarrollo y motivaciones de este personaje, cuando tan fácil habría sido hacer algo plausible como, por ejemplo, un embarazo problemático en avanzado estado de gestación. ¿Por qué no?
Cocoon es un libro que se lee rápido. Ameno, interesante, crítico, con buen mensaje. Probablemente, David Saperstein no tenía la intención de crear una trama excesivamente dramática (cosa que sí ocurre en la película), pero es suficiente para dejar con buen sabor de boca. No sé cómo evolucionará nuestra sociedad que tan poco afecto tiene por la tercera edad, pero el autor nos deja un camino a seguir por boca de los antáreos: los humanos no se han dado cuenta de cuál es su mejor recurso.
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