EL GREMIO DE LOS MAGOS: voy a ejercer mi voluntad…para leerlo

Dentro de la innumerable oferta sobre novelas de fantasía que ahora pulula por el mercado, el nombre de una autora ha ido cogiendo fuerza en esta última década. Trudi Canavan es la autora de esos libros de fondo blanco y sombras humanas fácilmente reconocibles en las estanterías y que aquí, en España, para variar, llegaron muy tarde.

Y la novela que hoy nos ocupa es el best seller con el que se dio a conocer, la primera parte de “Crónicas del Mago Negro I“, o “El gremio de los magos” (2001). La historia en sí misma es terriblemente simple: Sonea, chica de las barriadas de Imardin, ve desatados sus poderes mágicos en un encontronazo con el gremio de los magos de Kyralia. Estos, ante el peligro que supone que un mago sin educar se encuentre suelto, la buscan antes de que se hiera a sí misma o a los que le rodean y ella, reacia como todos los pobres, al contacto con los “malvados” magos, busca escapar, ayudado por su amigo Cery, y un jefe ladrón, Farén.

Se suele decir que ya está todo inventado. Yo me atrevería a decir que ya está todo copiado. La historia de “Crónicas del mago negro” tiene en su primer volumen, “El gremio de los magos” la historia de un Harry Potter en chica, maltratada desde su nacimiento, que un día descubre que es una maga y que puede vivir a lo grande con el resto de los brujos. Tenemos hasta mago rubio engominado en su contra. ¿Es esto malo? bueno, me da cierta vergüenza ajena la similitud tan clara con otras obras demasiado recientes y famosas del género, pero lo cierto es que, si ya está todo copiado inventado, lo único que se puede hacer es intentar contarlo de otra manera.

Juego con ventaja, puesto que ya me he leído la trilogía entera, así que sé cómo evolucionará la saga, pero si partimos sólo de este primer tomo para empezar a juzgar las novelas lo que os vais a encontrar en una repetición insulsa e innecesaria de una situación: ella huyendo, el gremio buscando. Literalmente, la mitad del libro va de eso. Imaginaros mi decepción cuando, la primera vez que me pasaron el libro, y sí, terminé de leérmelo, descubrí que no era autoconclusivo, y que había otros dos. Me la habían colado por segunda vez (sí, la primera fue con “Dune“, pero eso es otra historia).

Pero no todo son cosas malas. Pese al poco interés de la trama en este primer tomo, el mundo creado por Trudi Canavan tiene algunas cosas buenas a las que se les puede sacar mucho jugo. Algunos conceptos de magia como “ejercer su voluntad” o la “lectura de la verdad” son muy originales. No lo es tanto el hecho de usar la propia energía para crear magia, pero aquí por lo menos no usan varitas. Algunos son magos porque tienen la capacidad dentro de sí de crear magia, y otros, los “muggles” de las barriadas, son llamados losdes. También hay algunas expresiones inventadas para el momento como “sifon” (chivato), “hacer la de blinga” (traicionar), o “rascada” (problema) que ayudan a crear la ilusión de estar en otro mundo, donde puede pasar todo lo que la autora desee que ocurra.

Leyendo “El gremio de los magos” es más que evidente que se están sentando las bases para algo más grande. No digo, aunque parece que se le acerca, que Trudi Canavan vaya a querer seguir los pasos de Orson Scott Card y su infinita saga de Ender (ya le gustaría) pero sí que su mundo sólo empieza a crearse con esta primera novela dando como resultado un libro que se hace denso y con pocas acciones interesantes.

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¿Por qué gusta tanto?

Sencillo, es muy fácil de leer. No hay conceptos enrevesados, tramas complicadas, excesivos personajes (los cuento con los dedos de las manos) y la lectura es tan fluida que en unos viajes en tren os lo habréis leído. Claro que aún os faltarán otros tomos por leer, y a punto estuve de analizarlos todos juntos como una sola reseña, pero como apuesta de fantasía ligera para todos los públicos Trudi Canavan y su “Crónicas del Mago Negro” puede ser una buena opción.

(5,5 / 10)

 

Leer en el enlace la crítica del segundo libro, “La Aprendiz“