EL VISITANTE INESPERADO: la reinterpretación de John Scalzi de Encuentro en Zarathustra.

Con el título lo digo todo, pero para aquellos que os decidáis a leer El visitante inesperado (Fuzzy Nation, 2011) porque os encante John Scalzi o porque el nombre os llamó la atención, debéis saber que al inicio de esta novela de ciencia ficción el mismo John Scalzi nos cuenta en una breve nota el porqué de esta novela, concebida no tanto para ser una secuela, sino una reescritura, añadiendo a la trama de Encuentro en Zarathustra (sí, la obra de H. Beam Piper de 1962 nominada al premio Hugo, no tiene nada que ver con Así habló Zaratustra de Nietzsche) nuevas historias, personajes y elementos.

No cabía esperar otra cosa, pero el resultado con El visitante inesperado es una obra tremendamente respetuosa con su antecesora y que puede leerse independientemente de que conozcas o no la obra original. Las tramas de ambas, sin embargo, son prácticamente iguales. A saber:

Jack Holloway es prospector de piedras solares en el planeta Zara XXIII. Al encontrar una veta de incalculable valor la compañía ZaraCorp se frota las manos con el beneficio que va a sacar de su explotación. Lo malo es que este hecho coincide con la aparición de unos seres a los que Jack apoda “los peludos” que parecen ser inteligentes. Si este hecho se confirma la compañía perderá los derechos de explotación del planeta, cosa que no está dispuesta a permitir.

Un poco más para la ciencia ficción ecologista

Creo que he mencionado en alguna ocasión que a John Scalzi le encantan los personajes cínicos y metomentodo, esos de humor ácido que encrespan al resto de personajes y encantan a los lectores. Teniendo en cuenta que estoy a punto de terminarme toda la bibliografía de Scalzi puedo afirmar con seguridad que Johan Holloway se lleva la palma en cuanto a personaje tocacojones. No hay otra forma de expresarlo. Y esto es fantástico porque una obra que trata temas tan serios como el ecologismo o la explotación laboral y que plantea dilemas filosóficos y legales sobre la aceptación de un ser como especie inteligente necesitaba de grandes dosis de humor para hacer amena la novela.

Habrá quien me diga que no es necesario el humor para hacer una buena novela sobre ciencia ficción y es evidente que no, pero el sello de John Scalzi es impregnar de altas dosis de diálogos ingeniosos sus novelas y en El visitante inesperado la presencia del insolente Jack ayuda a rebajar un poco el tono dramático que, sin duda, tiene la novela por derecho propio.

Con esto no quiero decir que los lectores no vayamos a ser conscientes de la importancia de los temas que trata. La ciencia ficción ecologista no es ninguna novedad (de la misma época es Dune, 1965 o El mundo sumergido, 1962 o La sequía, 1964) y hasta me atrevo a afirmar que, dado que el surgimiento en occidente del movimiento ecologista se dio en los años 70, los escritores fueron pioneros en el arte de, con su literatura, concienciar a las masas de la importancia de la conservación, regeneración y preservación. Sin embargo, y mal que me pese, no es lo mismo escuchar un panfleto publicitario o leer un ensayo denso, que divertirnos con las aventuras del divertido y astuto Jack Holloway mientras entabla amistad con los Peludos, escarcea con la organización mafiosa ZaraCorp o se lleva palizas de mucha gente…la mayoría de las veces con razón. Así se salva un planeta de otra manera.

#JohnScalzi mezcla en #ElVisitanteInesperado humor, ciencia ficción y ecologismo. Clic para tuitear

Por el contrario, o quizás por todos estos argumentos que he planteado, el tono de este libro es diferente de los demás. No es peor, en absoluto, pero su dulzura, su sencilla estructura, su acción contenida lo distancian de las trepidantes historias que leíamos en la saga de La Vieja Guardia o en la saga de La Interdependencia, para acercarlo a una historia de abogados que lidian con megacorporaciones en un entorno de ciencia ficción y comedia en el que no pasa inadvertida la crítica social a la destrucción de la Naturaleza por la industria, a la expropiación de tierras a los indígenas, a la indefensión de los humildes frente a los poderosos… temas que son originarios de Piper, pero que Scalzi trata de otra forma, tampoco dándole demasiado bombo siendo así que la interactuación entre los personajes siempre ha sido su punto fuerte y su misión al escribir.

En definitiva, es una obra muy bien escrita, amena y que se lee del tirón. No es la primera vez que Scalzi se plantea reescribir una obra desde otro punto de vista con buenos resultados (lo hizo con La historia de Zoe, ¿recordáis?), así que, como podéis leerla como una obra autoconclusiva e independiente, la disfrutaréis sin duda muchísimo.