MORT: hasta La Muerte necesita unas vacaciones

Sagas literarias hay muchas, sí, pero ninguna como el Mundodisco, obra por excelencia del prolífico (y británico) Terry Pratchett y escenario de desternillantes historias que hablan sobre ciudades fantásticas, tortugas cósmicas y hasta orangutanes bibliotecarios.

Mort (1987, 1991 España) no es otra que la cuarta publicación de esa saga inabarcable que es el Mundodisco, un universo literario compuesto por nada menos que 40 novelas y que, encuadrado en un nada típico universo de fantasía medieval, se dedica a parodiar sin piedad todos los convencionalismos y clichés que la propia literatura fantástica ha ido instaurando a lo largo de los años.

El libro en cuestión nos cuenta la historia de La Muerte que, harta de su trabajo y en plena “crisis de la mediana edad”, decide buscarse un aprendiz para que la sustituya y así poder tomarse un largo y merecido descanso.

Y es sobre Mortimer (o Mort), un joven despistado y soñador que, además, es nuestro protagonista, sobre el que cae la peliaguda tarea de aprender los caminos de La Muerte y ayudar con la transición de las almas en su paso a mejor vida.

Con esta sencilla premisa, Mort se las apaña para meternos de lleno en una estupenda historia que, si bien no se toma muy en serio a sí misma, consigue captar nuestro interés desde el primer momento y apañárselas para mantenerse fresca y divertida hasta el final.

Gran parte de culpa la tienen los personajes, divertidos, originales y que despiertan nuestra imaginación con sus alocadas e ingeniosas historias; un chimpancé bibliotecario, un agricultor que recoge la cosecha antes de sembrarla, un monje harto de reencarnarse o la propia Muerte, que aprovecha la ayuda de Mort para dedicarse algo de tiempo y encontrar su auténtica vocación en la vida, siendo sin duda el mejor personaje de la obra y contando con diálogos y “reflexiones filosóficas” que son de lo mejor del libro.

Esta vez sí que funciona el universo que crea Terry Pratchett

Y si los personajes funcionan, lo mismo podemos decir del mundo que habitan y que, a diferencia de lo que ocurría en El color de la magia, aquí está muy bien retratado y, si bien no goza de la profundidad o la coherencia (esto último es más bien a propósito) de la que hacen gala las grandes obras del género, sí se las apaña para dotar de muchísima personalidad a la obra, que resulta tan única como encantadora y que no aburre en ningún momento al lector.

¿Y cómo hace esto? Pues gracias a una narración ágil y fluida que, además, está llena de pequeños detalles (como que la Muerte hable siempre en letras mayúsculas, o las desternillantes anotaciones a pie de página) que ayudan a mantener nuestro interés en la historia, aunque sea solo para ver cual es la próxima locura con la que nos encontraremos al pasar la página.

El humor inglés no es para todo el mundo, claro.

Y es que el humor es una de las señas de identidad de la saga del Mundodisco y, si bien puede no ser del agrado de todos (es lo que tiene el humor inglés), en general es muy ingenioso y siempre es capaz de sorprendernos, cogiendo todo lo que sabemos sobre novelas de fantasía para retorcerlo y darle vueltas hasta caricaturizarlo de manera tan peculiar como efectiva.

Así, Mort se revela como un libro ameno, ingenioso y muy fácil de leer que hará las delicias de los que busquen una lectura ligera, que no intrascendente, con la que echarse unas risas y de paso iniciarse en el peculiar universo del Mundodisco. Un pequeña joya a la que deberíais darle una oportunidad a poco que os atraiga su premisa.

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