Cuando te estás comiendo los puños a la espera de que uno de tus autores favoritos decida terminar de escribir un libro, o a la editorial de turno le dé por editarlo en tu idioma (que los chascarrillos no son iguales en inglés que en español, entendámoslo) entonces, puedes considerar que eres un frikazo, un megafan de dicho autor. Y es lo que me lleva pasando con John Scalzi desde que se publicó La vieja guardia y los tres siguientes libros, secuelas de éste.
Redshirts (2012) nos llegó con unos años de retraso, pero me dije que hasta que no se publicara en castellano no iba a analizarla puesto que muchos escritores (Joe Hill, Patrick Rothfuss, Lev Grossman…) insistían en que era tremendamente gracioso, y claro, una novela de ciencia ficción en clave de humor es demasiado golosa como para que falta de conocimiento en inglés sobre tecnicismos nos la chafe.
Nos hayamos más o menos en el 2460 d.C y la historia muestra como protagonista al alférez Andrew Dahl, que acaba de ser destinado a la “Intrepid“, un buque importante de la Unión Universal. Su puesto de xenobiólogo le obliga a servir en misiones de desembarco junto a los intrépidos oficiales de la nave. Sin embargo, pronto se da cuenta de que cada misión supone enfrentarse a extrañas razas alienígenas y que siempre alguien de bajo rango muere…y los altos cargos sobreviven. Éstas y otras casualidades hacen que Andrew sospeche que algo raro ocurre en esa nave, y cierta información que le es llegada por casualidad, mezclada con la actitud del resto de la tripulación, le hacen llegar a la conclusión de que la Intrepid no es lo que parece.
Lo más gracioso del tema es que cualquier cosa que os podáis imaginar, no es la solución al misterio. La ciencia ficción no había mostrado nunca tantas dosis de imaginación para elaborar un argumento único. Redhirts no es la típica novela y Scalzi no es el típico escritor. Si recordamos su estilo de escritura (con abundancia de diálogos, ironía y acción absurda a mansalva) y la mezclamos con grandes dosis de frikismo sacado de la cultura pop, tenemos un libro que auguro se hará indispensable dentro del género.
No es sólo una novela graciosa
Por supuesto, no ganas el Premio Locus 2013 por una novela divertida, por mucho que sea original. Por ello, Redshirts nos aporta un contenido filosófico y existencial muy interesante (y propio de las obras de ciencia ficción) que va más allá del sentido del deber de unos soldados, o del “salvemos a la humanidad” tan americano. Es una introspección más sencilla sobre el sentido de la propia existencia de cada uno de nosotros, y una crítica feroz al mundo de los medios de comunicación y de la televisión. Todo ello con el objetivo de conseguir que todos, nos encontremos donde nos encontremos, actuemos de forma responsable, sabiendo que nuestros actos pueden suponer para los demás consecuencias que para nosotros no habíamos previsto.
Por otro lado, la barrera entre la realidad y la ficción es tan fina en esta novela que muchas veces te pararás a pensar si las acciones realmente podrían ser reales. Esto es así por la creación de un universo que podría resultar plausible. Similar a mirar tras los zócalos de la casa a ver si los Diminutos viven allí. Ese tipo de magia propia del estudio de animación Ghibli en obras como Arrietty y el mundo de los Diminutos pero trasladado al mundo de la ciencia ficción, y con guiños constantes a la serie Star Trek. No obstante, no os preocupéis, no hace falta que conozcáis nada de la serie para disfrutar de la novela.
#Redshirts es un original y mordaz homenaje a #StarTrek Clic para tuitearDebo confesar que, pese a lo que se ha dicho en otras críticas, no me pareció un libro divertido. Ameno, muy entretenido, con esas conversaciones que encantan, pero no me reí a carcajadas como me pasó con la saga de La vieja guardia. Sí que notaréis que no podéis parar de leer, y eso siempre es buena señal y, si sois perceptivos, tendréis una sonrisa constante en la cara porque, a poco que conozcáis a Scalzi, sabréis que tiene un as en la manga que mostraros.
Mi consejo es que, una vez leído, y desenterrado todos sus misterios, lo volváis a leer. Veréis cómo una sonrisa se os dibuja en la cara a medida que vais releyéndolo, puesto que ahora sí entendéis por qué pasan las cosas que pasan. De alguna forma, será como si lo leyerais desde el otro punto de vista, el del que ya sabe por qué pasan las cosas que pasan. Y eso, lo hace extremadamente divertido. Más divertido, como ya he dicho, de lo que me pareció la primera vez que me lo leí.
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