Después de haber leído Pantaleón y Las visitadoras (1973) y enredarme en su estilo de escritura pensé que nunca llegaría a leer nada tan raro y confuso hasta que me regalaron Travesuras de la niña mala (2006), casualmente del mismo autor, Mario Vargas Llosa, y comprobar que es posible que esa forma de escribir sea en él una constante.
Desde luego, lo que yo llamo “raro” es sencillamente el modo de escribir en Perú. Para los españoles, determinados regionalismos se nos antojan extraños, y muchas veces dificultan la lectura. Os invito desde ya a que no os echéis atrás a la hora de leer Travesuras de la niña mala puesto que Mario Vargas Llosa pronto abandona la jerga para facilitarnos la lectura.
La historia que se narra en Travesuras de la niña mala es la vida de Ricardo Somocurcio, cuyo sueño en la vida es abandonar Lima y trabajar, vivir y morir en París como traductor. Sus aspiraciones de una vida sencilla y tranquila se ven siempre trastocadas (pero a lo largo de toda su vida, ojo) por las continuas apariciones de “la niña mala”, una niña-chica-joven-señora-etc que no hace más que hacerle la vida imposible a costa de arrastrarle a problemas, dada es su ambición de poder y dinero. Ricardo es algo lerdo y se pasa la vida enamorado de ella, algo muy del estilo de El amor perjudica seriamente la salud (1996) ya que encontramos en ambas un hombre que podría haber sido muy feliz con una mujer divertida y madura, amigos interesantes y un trabajo estable que le permite viajar y experimentar, y echa su vida por el retrete por la lejana posibilidad de que una pelandusca interesada le llame de vez en cuando para torturarle física y psicológicamente. Vamos, todo un chollo.
Detrás de esta historia que chirría ligeramente y enardece los ánimos de cualquiera que se encariñe algo con el personaje de Ricardo, tenemos una autobiografía de Mario Vargas Llosa. Por supuesto, no me refiero a que él sea Ricardo. El protagonista y su historia es una excusa para que el autor cuente sus experiencias en Londres, París, Lima, Tokio y Madrid durante la segunda mitad del s.XX.
Cambios políticos, revueltas sociales, revoluciones culturales, diferentes estilos de vida, son plasmados por Vargas Llosa en esta novela cada vez que sacude la anodina vida de Ricardo para enfrentarle a su némesis: la niña mala y sus travesuras, que sacan lo que de aventurero puede tener.
Travesuras de la niña mala es una historia de amor, pero de ese amor tan turbulento que casi nos parece más real que el que estamos acostumbrados a leer en las novelas románticas. Lejos de ser tierno y bidireccional, nos muestra erotismo, entrega incondicional, derroche, altruismo y cientos de sentimientos, casi todos ellos en la persona de Ricardo, y desprecio, hedonismo, pasión y ansias de lujo en la persona de “La niña mala”. Ambos son el reflejo de lo que todos los seres humanos llevamos dentro, esa ansia aventurera, mezclada con un reflejo miedoso de que cuanto más mediocre sea nuestra vida, menos peligros entrañará. Si queréis leer una novela diferente, una novela que, pese a ser amorosa, os mantendrá en un estado rabioso por las decisiones que se toman, Travesuras de la niña mala es la mejor opción.
(6 / 10)
muy generoso comentario para el adefesio