Si os fijáis en los anteriores carteles de otros años, este 34 Salón Internacional del Cómic de Barcelona 2016 ofreció una novedad palpable, y es que ha estado muy centrado en el tebeo español con una clara influencia de Francisco Ibáñez, uno de los historietistas españoles más famosos e influyentes del siglo XX, al que se le hizo homenaje aquí en su 80 cumpleaños.
Si algo ha caracterizado al Salón del Cómic por encima de otros eventos es el espíritu con el que se celebra. No es sólo la clásica lucha entre los stands de venta y algunas actividades celebradas en medio de los pasillos. El Salón del Cómic es un referente dentro de la industria; los autores, ya sean famosos o no, acuden a él, y no van sólo a decir “eh, estoy aquí”, acuden también a ver cómo está el mercado, cuáles son las tendencias y a aprender, puesto que es un foro donde los mismos autores conversan y comparten. Esto hace que tenga un olor a antiguo muy agradable, a esos encuentros en los que realmente salías culturizado.
#SalonDelCómic es un referente dentro de la Industria, por el espíritu con el que se celebra Clic para tuitearEllo no quiere decir que no hubiera merchandising, por supuesto que lo había, y más que otros años, pero se encontraba muy bien distribuido, con una nave para el merchandising, otra para tebeos de ocasión y otra para novedades, editoriales y autores nóveles.
Y estos tres espacios tenían su justificación. En el Salón del Cómic vas a conocer y comprar, a ver qué te ofrece el mercado. Es una feria como cualquier otra (pero más friki) en la que te encuentras con cosas que no conocías, a pesar de las redes sociales, Internet, etc, básicamente porque muchas veces no te molestas en buscarlo o no sabes cómo o, como nos dijeron muchos asistentes, en sus lugares de residencia no hay tiendas especializadas donde conocer y comprar y estos encuentros son su única oportunidad. Por ello, vas al Salón del Cómic a que te ofrezcan, y todo el mundo de ofrece algo. El ambiente es muy bueno (ver la galería aquí abajo) y los expositores son muy amables hasta en los momentos de mayor saturación. Aquí está todo reunido y, al final, encuentras material que no conoces y puedes elegir (no olvidemos que no es una industria barata).
¿Y no son así todos los eventos de esta índole?
Pues no, al contrario que en el Expomanga, por ejemplo, en el Salón del Cómic hay muchísimos autores que te pueden hablar de su obra; no tienes un par de firmas y ya está, sino que los historietistas, destacando a las jóvenes promesas, están muy dispuestos a darte información, a firmarte y cuya ilusión porque te intereses por su obra va más allá del hecho de vender su producto.
Por ello, aunque haya stands de venta, el espíritu es diferente: el enfoque es de presentación. Por supuesto, no decimos que no haya consumismo, pero tiene más espíritu de feria, de mostrar lo que se ha publicado, de dar a conocer las obras y de hablar con los autores.
La importancia de las conferencias, actividades y exposiciones
Dado el diferente espíritu que se vive en el Salón del Cómic era de esperar que cobraran una especial importancia las conferencias, presentaciones, encuentros, y mesas redondas. Por supuesto, conferencias de la talla de la que impartió Frank Miller (“Sin City“, “Daredevil“, “300“…) dan un caché al Salón, pero si encima tienes a autores españoles y extranjeros firmando tus obras favoritas…
Las exposiciones también brillaron por su calidad. Por supuesto, pudimos ver la muestra monográfica dedicada al 80 aniversario de Ibáñez, y la novedosa exposición de coches que hubieran aparecido en cómics “Viñetas sobre ruedas”, o el homenaje al recién fallecido Luis Bermejo (“El Capitán Trueno“); pero sobre todo nos gustó la exposición “Ellas tienen superpoderes”, mostrando el rol femenino de las superheroínas en los cómics.
En general, al tratarse de un evento muy importante (nótese que dura 4 días) había actividades para todos los gustos. Una iniciativa que suele verse poco es la inclusión de dos días para la asistencia de grupos escolares. En parte la entrada tan golosa (sólo 2€) justificaba su presencia, pero es que no se limitan a soltarlos allí como ovejas en un redil, sino que tienen oportunidad de conocer un mundo desde una óptica profesional, la cual les hace salir de allí con una idea muy concreta de lo que es el mundo del tebeo y el cómic.
¿Y qué hay de los cosplayers?
Pese a que la cultura es lo que tiene, no es un evento que brille por su presencia de cosplayers. Cierto que, al haber concursos de cosplays tan divertidos como “Superhéroes y Supervillanos” los visitantes se animan mucho a participar, pero no es un evento que haya brillado por la presencia de disfraces. Esto, lejos de ser malo, hace que se pueda respirar un ambiente a salón de cómic que últimamente se está perdiendo en otros eventos de la misma clase.
Desde luego, como podéis ver en las fotos, éste se trata de un evento diferente. Dejo a vuestro criterio si se trata de un evento mejor o peor de lo que esperáis. Es posible que en los Japan Weekend, Expomangas (Expomanga 2015 es un claro ejemplo), el reciente Madrid Otaku y demás eventos estemos acostumbrados a otro estilo, pero esto también tiene que ver con la edad de los aficionados. Los lectores de manga suelen ser más jóvenes (y por ello más propensos a cosplearse y participar en concursos relacionados) mientras que los lectores de cómic suelen tener más edad. En general, ambos, si están bien hechos (recordemos algunos desastres), son igual de respetables:
¿Qué es lo que esperáis vosotros de vuestro evento favorito?
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