De lo poco bueno que tiene estar en convalecencia es ponerte al día con todo el material gráfico y audiovisual pendiente; la casa está sucia a más no poder, pero Netflix, HBO o Amazon te los ves de arriba abajo. En mi caso, han caído muchos libros y he terminado mi segunda novela (sí, y como la primera, va buscando editorial que la apadrine), pero sobre todo me he visto un montón de series de más o menos actualidad que se han caracterizado todas por tener personajes femeninos protagonistas empoderados.
No estoy hablando de mujeres actuales colocándose en el lugar que les corresponde, ni de series con mensajes de rabiosa actualidad, tampoco de series que destaquen por su feminismo. No, puede que haya de todo eso en estas series, pero no es a eso a lo que me refiero. De lo que hablo es de mujeres carismáticas, protagonistas femeninas que se comen la cámara, que hacen de las series algo tan interesante que inevitablemente me hacen pensar que yo querría ser ellas puesto que me reflejaba en ellas, me llenaba de sus historias y me hacían pensar en que la dirección que están tomando las series es la de mostrar temáticas dispares, pero que enganchan (generalmente con su humor inesperado). Y eso, queridos lectores, es muy refrescante.
Y esa es la gran diferencia que veo con las series de antes, donde existían mujeres graciosas o interesantes, pero estaban enmarcadas en un reparto coral en el que sí podían lucirse. Sí, Friends tenía mujeres protagonistas (y Cheers, y Seinfeld y un largo etcétera), pero había también hombres (y si teníamos que prescindir de alguien habríamos quitado a una mujer, Phoebe, no a un hombre, y la serie hubiera seguido funcionando). Y podemos citar cientos de series en las que hay mujeres graciosas o inteligentes o que simplemente aportan a la historia porque el marco de la acción se lo permite.
Y entonces, empezamos a ver cambios
Es ahora, en pleno siglo XXI, cuando encontramos auténticos personajes femeninos profundos, complejos, divertidos por derecho propio, carismáticos… y es así como me he tragado este mes, mientras me cambiaba los vendajes de mano, pies y cara, que he devorado (y en algunos casos revisionado) todas las temporadas de Fleabag, Glow, La maravillosa Señora Maisel, Gambito de Dama o Las chicas del cable.
Todas estas series se caracterizan por estar interpretadas por personajes que sólo y únicamente podrían interpretar mujeres. Cuando visionáis I zombie os aseguro que la serie funciona igual si cambiáis a la mujer por un hombre. Y a la inversa ocurre lo mismo. Una serie tan emblemática como Breaking Bad habría funcionado igual de bien si el protagonista hubiera sido una mujer y la lista si lo pensáis es infinita. ¿O creéis que Buffy Cazavampiros no habría molado si hubieran sido hombres?
Pero hay series que sólo funcionan porque son mujeres las que los interpretan. Y no digo que no hubiera sido interesante a la inversa, pero sólo funcionaría si hacemos un gran esfuerzo eliminando nuestra Historia hetero-patriarcal y creamos una ficción; es decir, si en una serie como El cuento de la criada, que ya es una distopía, cambiásemos a las mujeres por hombres. ¿Lo veis? Hasta imaginar una Historia donde todo hubiera sido diferente se nos hace extraño.
Tengo intención de hablar a su debido tiempo de algunas de estas series (como Fleabag o La maravillosa Señora Maisel) por separado, es decir, analizando sus series. Lo hice con Unorthodox y con Gambito de Dama y me fascinan esas historias que, alejándose del interés puramente biográfico, nos muestran personajes individuales estupendos y cuya historia sólo tiene sentido porque lo interpretan mujeres.
¿Por qué este cambio?
Todo este auge me genera algunas preguntas. Obviamente, no pienso que ahora haya mejores actrices que antiguamente, eso es una tontería supina. Pero sí que posiblemente se deba a un tema de oportunidades, las cuales son fruto del gran cambio social que vivimos ahora mismo. Sin un cambio de mentalidad, no habría grandes libros siendo llevados a la pequeña (y gran) pantalla y, por lo tanto, no habría personajes femeninos interpretando, temporada tras temporada, a mujeres increíbles con historias fascinantes.
Es este cambio de mentalidad el que permite que directoras pongan su particular visión a guiones que antes sólo dirigían hombres. Y ello no resta sensibilidad a los hombres, hay directores fantásticos que saben sacar lo mejor de las actrices, pero si hay presencia femenina tanto detrás como delante de las cámaras creo que se debe a la concienciación social, la lucha feminista y el cambio de mentalidad.
Puede interesarnos más o menos la historia de Fleabag, pero es innegable que ver a esa mujer en nuestra pantalla siendo patosa, cruel, graciosa, despectiva y un largo etcétera, es algo que estábamos acostumbrados a ver sólo en hombres, como si a las mujeres no les estuviera permitido interpretar determinados roles en la pantalla o al espectador no le gustara ver a una mujer poniéndose en ridículo.
No sé vosotros, pero me quedan muchas más series en lista para ver mientras termino de recuperarme y, mientras pensaba en esto, me he sentido algo avergonzada cuando me he dado cuenta de que creía necesario hacer un artículo que remarcara algo que no debería ser noticia, pero a veces, si no escribimos sobre estos temas, pasan de puntillas y se nos olvida lo mucho que lucharon en el pasado las mujeres (y hombres) por conseguir normalizar que en la televisión hubiera personajes femeninos en solitario que brillaran por sus actuaciones, que fueran grandes por ellas mismas y me sigo preguntando, ¿es tendencia, es moda, es casualidad?
Desde hace años (muchos) que hay series con protagonistas mujeres, desde Golden Girls (los años dorados) hasta Xena, en el anime las protagonistas femeninas son muchas y muy variadas. Esto sin contar las series y películas que están orientadas a mujeres (usualmente telenovelas, románticas, etc.) que en su gran mayoría son protagonizadas por mujeres.
Acá el tema es que las mujeres no son predominantes en producciones orientadas a hombres, y aún así, me arriesgo a especular que hay más protagonista mujeres en productos para hombres, que protagonistas hombres en productos para mujeres.
Hay estudios que muestran que a las mujeres les importa más la “representación” que a los hombres; de modo que a nosotros nos afecta menos que el protagonista sea hombre o mujer, nos importa más que nos agrade el personaje y la historia (no por nada, películas como Alien, Kill Bill, Mad Max (2015) son películas que les gustan a los hombres).
Personalmente me molesta cuando la protagonista (o el protagonista, pero acá hablamos de mujeres), es “perfecto y poderoso” porque si. Por ejemplo Rey de SW, era perfecta todo le salía bien y no había consistencia en su preparación y lo que podía hacer; en cambio Sarah Connor de T2 hacía sentido, ella tuvo que cambiar para poder preparar a su hijo, y por eso hace sentido que pasara de la Sarah de T1 a la Sarah musculosa de T2 hay una explicación lógica de porque es así; lo mismo The Bride de Kill Bill, hay una explicación lógica de sus habilidades.
Otro problema con estos productos con “mujeres empoderadas”, es que establecen que los hombres son siempre los villanos, o los estúpidos, o los ineptos. Un ejemplo de esto es Charlie’s Angels (2019), que además de ser una mala película, es extremadamente misándrica.
Si en occidente se hubiera aprendido de los animes japoneses hace años que las cosas hubieran sido diferentes, y no sólo para el mundo de la animación estilo Disney. Por otro lado, que hubiera mujeres protagonistas en las series del s.XX no significa que estuvieran empoderadas.
No me cabe duda que a los hombres posiblemente les importe menos quién sea el protagonista, aunque durante una película es más fácil (porque incluye menos desarrollo) el incluir mujeres empoderadas (que no perfectas, ojo). El término que habría que usar se acerca más al de “mujeres reales”. También, querido lector, comentas tres películas que, en parte, han pasado a la Historia del Cine por ser anómalas en cuanto a sus protagonistas.
Estoy de acuerdo contigo en tu exposición; como último detalle, personalmente, espero que no haya nada en mi artículo que anime a nadie a pensar en ningún punto de vista misándrico. Nada más lejos de la realidad.
Un cordial saludo y gracias por escribir.