Cuando has crecido como yo con un popurrí de conocimientos retro de lo más variados, desde la tuna pasando por las pelis de Kevin Smith, con las obras de Pedro Muñoz Seca, el Tetris de la Game Boy y los cassettes de canciones infantiles, no es de extrañar que San Isidro, con su verbena, sus trajes de chulapo y sus zarzuelas, me traiga tantos gratos recuerdos.
En general, creo que la gente no sabe valorar mucho este género. Si te gusta el teatro y te gustan los musicales, ¿por qué no va a gustarte la zarzuela que aúna estos dos géneros? Siempre he considerado que un género escénico que aunara canciones, baile e interpretación (ya sea hablado o declamado) era un género de lo más completo. Ahora que nos quejamos tanto de que en el cine no sabemos si un actor es bueno o malo hasta que le escuchamos en versión original, la zarzuela viene reclamando que los actores y cantantes son buenos y no hay posible error en ello. Sobre el escenario no puedes borrar y grabar de nuevo las escenas malas. Es igual de malo el boca a boca de antes como el whatsapp de ahora para arruinar la carrera de un actor de teatro por un traspiés en algún momento.
Pues pese a las dificultades que entraña y lo completo del programa que ofrecen en escena, ¿por qué los españoles no apreciamos la zarzuela? Porque ahora que vivimos un boom de las películas musicales; sí, no hablo de Hoy no me puedo levantar o El Rey León; me refiero a Moulin Rouge, Chicago, o las más recientes como Rock of ages, Los miserables, Al encuentro de Mr. Banks o Into the woods, vamos, que no hace falta irse a los dibujos animados de Disney para encontrar canciones dentro de una película.
O sea, que no somos reacios a sentarnos en una butaca y que intercalen diálogo con canciones. Pues es lo mismo que podemos ver en Doña Francisquita o en La del manojo de rosas. ¿Por qué entonces no hay más demanda de zarzuelas?
Pues una de las causas es que si todas las cabecitas sentadas en el teatro son de color blanco empiezas a pensar que es un género para abuelos. Yo no estoy de acuerdo, al fin y al cabo, fui a ver Harry Potter y el cine estaba lleno de niños. Pero puedo entender que la gente no esté de acuerdo. La empatía que surge cuando ves Capitán América: soldado de invierno y tus amigos también y flipamos todos con los efectos especiales y demás….pues como que no lo vas a tener con tu abuela después de ver La Gran Vía, por muy adorable que sea la buena mujer.
Una de las cosas que este San Isidro podríamos pedir es una renovación de temas. ¿Qué ha pasado con nuestra creatividad? Resulta que lo que más atrae a nuestros mayores y más nos repele a los jóvenes es la falta de variedad en la temática de las zarzuelas. Sí, La revoltosa o La verbena de la Paloma están bien tal y como están pero se puede mantener la esencia de esas tramas sencillas y actualizar la temática un poco a los tiempos que corren, para hacer nuevas zarzuelas. Algo así como renovarse o morir, que parece que sólo nos acordamos de este género lírico cuando llegan las fiestas de San Isidro.
Os animo, no obstante, a que visualicéis, o mejor, a que vayáis a ver alguna zarzuela esta semana. Mi favorita es El barberillo de Lavapiés, con esa maravillosa María Rodríguez. Divertida, mordaz y con temática político-amorosa. Pero cada uno que busque la suya. Lo importante es que la zarzuela es un pedacito de la historia del teatro español. Algo de orgullo no vendría mal por un género que es nuestro, y sólo nuestro.
Os dejo un vídeo de una seguidilla de El barberillo de Lavapiés. A ver si reconocéis el marco histórico en el que se encuadra:
Esta es una versión algo antigua (aunque es mi favorita) de un pasaje de La canción del Olvido, una parte concreta que se llama “La canción de Leonello”. Un Don Juan habla a sus amigos de su última conquista:
Estoy de acuerdo con todo lo que se dice en el artículo. Los españoles somos demasiado críticos con lo nuestro y aceptamos lo de fuera como si fuese canela en rama. Creo que por eso aceptamos otros musicales, que muchas veces son inferiores (incluso muchas óperas lo son).
Entre mis favoritas La Gran Vía… ese don Hilarión.
Es una gran frase, esa la tuya. Realmente los españoles no somos capaces de ver que aquí también tenemos grandes cosas. Somos muy críticos con lo nuestro. Gracias por tu aportación.
Tienes toda la razón! Yo soy una firme defensora de la zarzuela. Es divertida, de gran calidad musical en ESPAÑOL y eso del genero chico… Ja! Ya quisieran muchos musicales tener la calidad de una zarzuela, porque auna buena música (algunas jotas son espectaculares) y comedia en su gran mayoría. Está claro que las hay más tristes y profundas, pero en general son para pasar un buen rato y reirte.
Y en cuanto al precio… Sí, es más caro que ir al cine pero muuucho más barato que un musical así que merece la pena ir, por lo menos una vez.
Mis favoritas… La verbena de la Paloma y Los amores de la Inés.