Que los eventos no son perfectos a estas alturas ya lo sabemos todos. Que las buenas intenciones y las ganas de mejorarlos están ahí también es una verdad. Generación Friki es una web que se ha quejado cuando creía que nos tomaban el pelo y que ha sugerido cambios en esos detalles de los eventos que creían que podían mejorar. Al final, todos somos frikis y, empresa o visitante, todos queremos que esos días sean perfectos.
Digo todo esto porque, con muchos años a mis espaldas de ir a eventos, tanto como organizadora, como visitante y como prensa, he aprendido a diferenciar cuándo un evento me está literalmente tomando el pelo con su pésima organización, y cuándo un evento, pese a los resultados, lo está dando todo.
Héroes ComicCon Madrid (que ya se va acercando la de Valencia), no se distingue demasiado de otros eventos grandes relacionados con la cultura friki. Hay actividades, tiendas, charlas, cosplays y colas para esperar. Afortunadamente, se trata de uno de mis eventos favoritos porque incluye la presencia de los autores.
Sí, amigos, los autores. Esos sufridos dibujantes, ilustradores, escritores, que se pegan palizas de muchas horas para ofrecernos su trabajo. Ya sean fanzines o simples bocetos, ya se hayan decantado por vender sus ilustraciones o estén promocionando su 5º trabajo, famosos y desconocidos se dan cita en la Héroes ComicCon Madrid para recordarnos la verdadera esencia de un encuentro de este calibre: expandir la cultura del cómic y todo lo relacionado con él.
Es frustrante y bonito a la vez ver que autores de la talla de Frank Miller van a estar presentes en un salón español. Bonito porque sube el caché del evento en sí, y frustrante porque no todos seremos igual de afortunados en conocerle y conseguir que nos firme el cómic de turno.
Aun así, jóvenes y veteranos dibujantes intercambian experiencias, se hacen fotos con nosotros, dan consejos o los reciben y, en definitiva, nos hacen sentir que este es un evento que sí que vale la pena conservar y desarrollar.
Por supuesto, entre fanzine, ilustración y tebeo siempre habrá tiempo para actividades lúdicas. La ComicCon, como ya hemos dicho, no es diferente de las demás ferias, tanto para bien como para mal. Me ha alegrado ver que la zona de restauración era amplia, limpia y cómoda. Me ha encantado ver que el espacio designado para los juegos de rol y de mesa era respetable. Un aplauso para la zona de los niños, donde los padres podían descansar un poco (o no, según se vea). Y he disfrutado muchísimo haciéndome fotos con las estatuas, los photocalls y los cosplayers profesionales. Puede que suenen a detalles insignificantes, pero al final, ese espíritu de divertirnos con lo nimio está detrás de actividades tan sencillas como estas.
Photocalls
Infantil
Juegos de mesa
Pese a todo, no está de más que recordemos que las zonas para hacerse fotos con los autores estaban mal organizadas, que las exposiciones estaban colocadas de forma que no lucían nada, que los oyentes a las conferencias, una vez más, tenían que sentarse en el suelo medio pisoteados por cualquiera que pasara; y que la zona dedicada a los videojuegos (perdón, al videojuego, que sólo había LOL) no tenía nada de sentido en esta feria.
Conferencias
Exposición
Videojuegos
Por último, y retomando el tema del caché, es encomiable el esfuerzo que ha realizado la organización de la ComicCon por traer a actores de la talla de Lena Headey para firmar y hacerse fotos. Es cierto que probablemente ella no entre en la categoría de autores y sea más un reclamo para el público que otra cosa, siendo más interesantes en un evento de cómics los autores como Mark Brooks, Joyce Chin o Francisco Maldonado, pero bueno, con Lena también compartían espacio en ese momento actores como ella como Stefan Kapicic (Tears for Sale, Deadpool) o Jenna Coleman (Dr. Who, Capitán América: primer vengador); así que estoy segura de que a todos los fans de Juego de Tronos no nos importó que no pintara mucho allí.
Sí que es cierto que traer a estos artistas y actores nos acerca al formato de evento típico de EEUU, igual que nos lo acerca el precio que se cobraba por cada firma o foto, astronómicas para el bolsillo medio del friki español.
Parece que las impresiones son en general positivas. Repito que hemos llegado a un punto en los eventos que, cuando son de este calibre, con la entrada tan alta que hay que pagar por entrar, y con muchas veces la masificación de personal que se sufre dentro, se agradecen los pequeños esfuerzos por hacer que esto vaya cada vez a mejor.
Un comentario
Pingback: SALÓN DEL CÓMIC DE ZARAGOZA 2017: autores, firmas y violencia de género -