Generación Friki
Un largo viaje ha recorrido los salones de cómic españoles hasta llegar al punto en el que estamos ahora. Un punto en el que nuestra sociedad parece haber normalizado y aceptado como uno más a un medio otrora tan mal tratado como es el del cómic. Sin duda gran parte de esto se lo debemos a Marvel y a DC con sus constantes adaptaciones millonarias al cine de sus mayores éxitos en viñeta, pero siempre me gusta pensar que nosotros, los que llevamos años apoyando este tipo de eventos, ya sea con nuestra mera presencia, o con algo más, también hemos puesto nuestro granito de arena para que por fin, ir a un Expocómic sea una actividad no sólo de cuatro matados, sino también un evento que puedan disfrutar familias, diferentes generaciones de padres hijos e incluso abuelos aceptando por fin como a uno más dentro de la familia del arte a ese viejo tebeo que antaño no merecía más atención que la de los pocos minutos que pasábamos en el trono.
Un evento que ha evolucionado con su público
Por supuesto, los salones a los que asistíamos en la década de los noventa (si es que se podían llamar salones) poco o nada tenían que ver con los de la década del dos mil, y ya ni hablamos de lo que vienen siendo los salones de este tipo durante estos últimos años, cosa de la que hemos hablado largo y tendido aquí y también aquí.
Es de entender que a los que hemos leído cómic toda nuestra vida se han ido agregando un sin fin de nuevos lectores que quizá no comparten el mismo entusiasmo por estos, que quizá los ven como una oportunidad de expandir el universo cinematográfico y no al revés, y que su interés en un evento de este tipo pasa más por ir a comprar una camiseta y un póster que a celebrar el arte de las viñetas asistiendo a las ponencias, cursos, o exposiciones (que han sido siempre el leitmotiv de estos eventos). Es por eso por lo que el cambio de paradigma de este tipo de eventos, sustituyendo la cultura por la fanfarria y el entretenimiento esté siendo tan desolador para los que hemos sido fans toda la vida.
Quizá ya no es tanto el hecho de que el 90% del pabellón 3 del Ifema que ocupaba el Expocómic 2016 (Ahora también llamada Héroes Cómic Con) estuviera destinado a intentar vendernos algo, sino que ese algo en demasiadas ocasiones poco o nada tenía que ver con el cómic, ni con su historia, ni con su legado, ni con su cultura ni con nada de nada.
¿Expocómic 2016 o ExpoPop 2016?
Y es que poco espacio quedaba para el cómic y su cultura entre el enorme ring de lucha libre, las tiendas de Star Wars, el coche de Red Bull, o los muros de grafitis. Donde la cabeza de cartel de artistas invitados era Ray Parks, un tío con apenas 15 minutos de metraje en el episodio I de Star Wars (que yo no le quito su mérito, y seguro que tiene su público, aunque solo dijese unas pocas palabras), quedando hacinados en una larga mesa los artistas, algunos de enorme talla y renombre, como Azpiri, Vicente Alcazar, o Pasqual Ferry. Poco trabajo para todos ellos, ya que la mayoría de los asistentes estaban más ocupados haciéndose fotos con las figuras a tamaño real de Batman o de Alien.
No me cabe duda de que Expocómic 2016 ha sido lo que el público ha pedido: un recinto donde diferentes culturas mejor o peor denominadas frikis se han mezclado en un cocktail de cuyo sabor prefiero no acordarme, porque por muy bueno que esté el chocolate, y los entrecots de buey, hay cosas que sencillamente es mejor no mezclar.
15 euros chavalín, pon la pasta justo aquí
15 dolorosos euros es el precio que Easyfairs, la nueva organizadora del evento, ha decidido que es justo hacernos pagar por entrar a su recinto a disfrutar de esta amalgama de culturas. Ni un céntimo de descuento por compra previa, que por otra parte de poco te iba a servir si esperabas poder evitar así la desproporcionada y kilométrica cola para acceder al recinto (al menos esta vez cabíamos todos). Si semejante precio le sumamos el del transporte, algo de comer y beber, y que queramos llevarnos un pequeño recuerdo, asistir al Expocómic 2016 difícilmente supone un gasto menor a 30 euros, tirando muy por lo bajo. Llamadme rebelde, pesimista o troll, pero cobrar semejante suma de dinero no me parece a mí la mejor manera de difundir la cultura, y menos cuando la inmensa mayoría del espacio del pabellón estaba destinado a tiendas. Al menos en otros eventos como el Madrid Gaming Experience podías jugar gratis.
La organización a lo suyo, como siempre.
Sin embargo, y siendo Easyfairs una compañía con ánimo de lucro, no le tiembla el pulso a la hora de pedir ayuda a asociaciones y voluntarios que, gratuitamente, se encargan de poner esa pizca de cultura que la organización simplemente ignora. Desde su página web podemos ver el módico precio de sus stands (desde 900€ por 6m2) que incluyen la nada desdeñable cifra de dos pases al recinto y una toma de enchufe. Desde luego que si estás buscando un evento en el que abrirte paso como autor y exponer tus trabajos, o te sobra la pasta, o mejor vete al metro con un atril, porque Expocómic no es un evento para pequeños autores, la cosa quedaba clara cuando veíamos las 4 tristes mesas que formaban el ridículo espacio de fanzines tan buenos como Azhu o artistas tan prometedores como Sebastian Ishan.
Tampoco nos llevemos a engaño, estoy seguro que un buen montón de gente ha disfrutado mucho asistiendo a este Expocómic 2016, porque muchas veces cuando asistimos a este tipo de eventos no somos del todo conscientes de lo quee sucede entre bambalinas, ni de cómo se comercia con la cultura, ni de otras muchas cosas que se cuecen en todos estos eventos. Es bien fácil quedarse obnubilado con las figuras, los cosplays, el olor a ramen y el barullo del Wrestlin; al fin y al cabo si nuestro propósito asistiendo al Expocómic es el de pasar un día entretenido hay muchas garantías de conseguirlo, porque Expocómic, como feria de entretenimiento es un rotundo éxito, pero no nos damos cuenta del precio que estamos pagando, y es que, después de tanto esfuerzo intentando salir de los círculos underground a los que España había sometido al cómic, cuando por fin conseguimos elevarlo al estatus que se merece, alguien viene y monta un parque de atracciones alrededor y te cobra 15 euros por entrar.
No es que esto sea un drama, ni mucho menos el fin del mundo, de hecho es habitual, es lo que se viene haciendo con cada cosa que entra en el ciclo de consumo “mainstream”, ya sean cómics, videojuegos, películas o cualquier otra cosa. Pero se hace duro volver la vista atrás para darnos cuenta de que, gracias a nuestro esfuerzo, Expocómic ha muerto de éxito.
Tienes razón en lo que dices, pero aunque yo no soy un clásico en esto, veo una mejora sustancial en su paso al Ifema. Y para poner una diferencia entre la Japan y esto, en el evento japonés si me pareció mucho más un sitio lleno de tiendas y escaparates de merchan, que encima tenías que pagar para entrar. Este Expocomic me ha parecido mucho más variado, con muchos más comics, exposiciones, conferencias y autores.
Sobre lo de la gente, yo tengo amigos que lo más le gusta es ir a tiendas y ver el merchan, así que me quedo sin poder ver las conferencias o talleres porque les parece un poco rollo 🙁