Los juegos de tablero están en auge. Parece que, ya sea por los estragos de la crisis, la influencia de series como Stranger Things o The Big Bang Theory, o simplemente que en nuestra sociedad cada vez se beta menos el ocio alternativo, este tipo de juegos en los que nos sentamos alrededor de una mesa con un puñado de amigos, algo de música de fondo y mucha comida para picar cada vez están más de moda.
Hablamos de juegos que van desde los clásicos y sencillos Carcassonne o Los colonos de Catán a otros más complejos y narrativos como Las Mansiones de la locura, o ya para los más avanzados y puristas, Warhammer y sus variantes. Los juegos de tablero son una buenísima excusa para pasar una buena tarde lluviosa sin salir de casa, o para conocer gente nueva, acercándonos a un evento como Freak Wars 2019 (antiguamente conocido como Rock & Games), que se celebró, con acceso gratuito, durante el pasado fin de semana (14 y 15 de septiembre) en el Palacio de Cristal de la Casa de Campo de Madrid.
Freak Wars es un evento que lleva sucediéndose desde 2014, cuando se celebraba en Rivas Vaciamadrid, pero que fue creciendo a la par que el interés por este tipo de ocio hasta acabar siendo uno de los referentes nacionales en cuanto a wargames y juegos de tablero se refiere.
Freak Wars es una victoria por partida doble para todos los aficionados a los juegos de rol y tablero. Primero, porque es una oportunidad genial de conocer gente nueva interesada por este mundillo con los que, posteriormente, poder quedar para librar una batalla de BattleTech, o probar el último juego de mesa de Star Wars. Segundo, porque además las Freak Wars es un sitio estupendo para comprar ese juego o miniatura que llevabas tiempo buscando, dar a conocer tu trabajo como artista, o incluso participar en alguno de sus concursos.
En contrapartida de los bulliciosos ambientes que podemos encontrar en los salones de cómic, donde es bastante común encontrarse con fans ruidosos y gente participando en karaokes o yincanas, en las Freak Wars vivimos un ambiente amistoso y sosegado, donde la gente se reunía alrededor de mesas para jugar o mostrar sus trabajos, siempre abierta a recibir a nuevos jugadores y a explicarle los lances del juego a cualquiera que se interesase por aprender. También podíamos dar una vuelta por la zona de los autores, donde comprar alguna lámina de nuestro personaje favorito y de paso apoyar a los jóvenes artistas que tratan de hacerse un hueco en el complicado panorama español. Finalmente, el evento añadía variedad con un buen puñado de actividades paralelas, como los combates de soft combat, academia de Jedis (donde pronto los veremos en la Feria de las Galaxias), los imprescindibles cosplays y una enorme cantidad de charlas y talleres impartidos por expertos en el medio.
Para los más peques también había actividades como pinta caras y algunos juegos específicos para ellos que podían probar y aprender a jugar. De esta manera Freak Wars es un gran evento para todos los papás y las mamás frikis que pretenden pasar un día en familia y de paso comprar algún juego que llevar a casa con el que alejarse de vez en cuando del alienante azulado de las pantallas y monitores que tanto tiempo nos roban.
En este sentido, Guillermo, encargado del expositor de La guerra del Anillo, nos comenta cómo su pasión la han ido heredando sus hijos y cómo este tipo de pasatiempos se postulan como un hobby ideal para compartir con los hijos, que además les ayuda a desarrollar sus potenciales creativos.
Un pasatiempo divertido con amigos, pero relajante y estimulante en solitario.
Si algo sabe cualquier jugador de wargames o cualquier otro juego de miniaturas, es que reunirse a jugar con los amigos solo es una parte del hobby, incluso a veces una pequeña comparada con la cantidad de horas que requiere la creación de escenarios y pintado de miniaturas. Esta es quizá la parte más polarizada de este pasatiempo, pues hay gente que le encanta y otros que prefieren jugar con sus figuras sin pintar sólo por no dedicarle tiempo a toda esta parte del hobby.
El pintado de figuras, así como la creación de escenarios y dioramas es todo un arte. Requiere de pinturas y herramientas específicas, así como conocer un buen puñado de técnicas para aplicar luces, sombras y texturas a nuestras grises miniaturas. Es una labor que se lleva muchísimas horas (y no es precisamente barata), generalmente solitaria, pero no por ello aburrida, y los resultados suelen ser sorprendentes en muchos casos, con artistas que consiguen dar un realismo y plasticidad a sus miniaturas realmente sorprendente.
Así lo acreditaba el gigantesco diorama que nos encontrábamos nada más entrar; una abrumadora exposición que recreaba una guerra gigantesca entre ejércitos y que exhibía cientos de figuras pintadas con un mimo y detalle exquisitos sobre unos escenarios artesanales que no se quedaban cortos en detalle y calidad. Además, pudimos contemplar una extensa colección de miniaturas pintadas por grandes artistas con un nivel de cantonización y calidad en el pintado realmente espectacular; resultaba muy difícil para un fan de las figuras como yo, no quedarse embobado mirando algunas de las figuras más espectaculares durante varios minutos.
En cuanto a la oferta de tiendas, podíamos encontrar desde los clásicos puestos en los que comprar un juego de mesa completo que llevarnos a casa y disfrutar sin más, hasta tiendas más especializadas, algunas en pinturas, otras en venta de miniaturas o de juegos específicos y otras que representaban a pequeñas empresas que trataban de hacerse hueco en la industria con moldes para escenarios o elementos escenográficos impresos en 3D.
En este sentido, Álvaro Gómez, de Scenery Forge nos explicaba cómo lo que empezó siendo un hobby ha acabado siendo su modo de vida, pasando de ser protésico dental a aplicar sus conocimientos en modelado al campo de las figuras, abriendo todo un mercado nuevo y floreciente que le permite dedicarse a lo que más le gusta.
Quizá el punto negativo de toda esta industria está en el elevado precio de entrada que tiene, con los juegos más interesantes situados en bandas de precio cercanas a los 100 Euros, por no hablar de la pequeña fortuna que supone comprar y acondicionar un pequeño ejército de Warhammer. Por fortuna, eventos como la Freak Wars nos permiten “probar antes de comprar” una enorme cantidad de juegos, conocer la opinión de los usuarios y dejarnos aconsejar para que no invirtamos a ciegas.
Finalmente, Freak Wars ha resultado ser un evento tremendamente interesante tanto si eres un habitual del mundillo de los juegos de mesa y los wargames como si simplemente estás interesado en conocer algo sobre este pequeño universo que tan rápidamente se está expandiendo. El mundo de los juegos de tablero supone sin duda una enorme alternativa doméstica con la que pasar geniales ratos en compañía alejados de las omnipresentes tecnologías. Figuras, fichas, lápices, dados, ese olor a manual de instrucciones recién estrenado, amigos, pizza y por supuesto, la banda sonora de Conan sonando al fondo, ¿se puede pedir más?
Nada mejor para la foto de portada que la megaexpo que hicimos el equipo del Waaagh Fest. Solo decirte que manejamos números de miles, no de cientos. Ahora a ver qué locura montamos para superarnos el año que viene
Hola, Nacho. Creo que Álex no nos dio cifras concretas cuando estuvimos entrevistándole. Imagino que manejaréis miles y miles de figuras en general, aunque en este caso nos referíamos al diorama en concreto. De todas formas, si quieres matizar cualquier cosa, te sugiero que nos escribas a contacto@generacionfriki.es y así podremos hablar con calma. Un saludo.