Los japoneses son lo que los españoles llamaríamos “apañaos”. Y probablemente es cierto, pero su ñapas son algo más elaboradas y tienen algo más de estilo. Vamos, que no son precisamente chapuzas. El Puente de Nihonbashi, en Tokyo, es uno de esos exponentes de lo que aquí llamaríamos buscar una solución con lo que tenemos.
¿Qué tiene de especial el Puente de Nihonbashi?
Pues la verdad es que las imágenes hablan por sí solas. Estamos hablando, resumiendo, de un puente encima de otro puente. Obviamente el que tiene interés histórico (cultural, arquitectónico, turístico, comercial, etc) es el de abajo, que representaba lo que en España llamaríamos “el Kilómetro 0” del que partían las 5 carreteras principales o quizás la Puerta de Sol, ya que desde ahí comenzaban las grandes calles comerciales. A día de hoy está en todo el medio del centro financiero y comercial de Tokyo y le da nombre al barrio.
Se trata de un puente construido en 1603 en la Era Edo, reconstruido en piedra en 1911 y como 20 veces entre guerras y terremotos y limpiado a conciencia asiduamente a razón de su gran valor. No obstante, es bastante complicado de encontrar porque una autopista construida encima en los años 60 la tapa casi completamente. Dicen que pretenden soterrarla pero es extremadamente costoso, ¿quién sabe qué pasará?
El Puente de Nihonbashi nos protege y beneficia
Después de atravesar una de las calles más largas de Tokyo que recuerdo (pensar que veníamos desde el Palacio Real) plagada de altos y bellos edificios llegas directamente al puente. En la margen izquierda hay unas escaleritas que bajan hasta la altura del río donde puedes sentarte a descansar y a hacer las mejores fotos. Creo que también las tienes por el lado derecho, pero en el lado izquierdo estaba la placa de bronce que os adjuntamos en la foto.
Aparte de la historia que le rodea y de ser el símbolo de la Era Edo, su diseño Art Nouveau es lo más destacado, aparte de los dragones alados. Uno no puede ver dragones y no querer fotografiarlos…si es que lo fueran. Cuando hablaba del encanto del Puente de Nihonbashi realmente me refería a los animales esculpidos en bronce que hay en el puente.
Como ya sabréis en Japón hay animales sagrados o protectores por todos lados. Tienes que tener cuidado con absolutamente cualquier bicho con el que te encuentres, ¡hasta con las arañas que entren en tu habitación! (pero ese es otro tema). Así pues, cuando se realizó el puente se tuvo en cuenta plantar los consabidos animales protectores e inspiradores de prosperidad.
Por ello, justo a la entrada, tenemos dos estatuas de leones (shishi) para proteger la entrada y salida de la antigua ciudad, inspiradas en la criatura mitológica komainu (concretamente en las del santuario Tamukeyama Hachimangu de Nara, que a su vez está dentro del Templo Todaiji, del que ya os hablaremos).
Y también por ello, las estatuas de lo que creemos que son simples dragones son los llamados Qilin, un animal mitológico de la cultura china que se sitúa en el centro de la ciudad, mientras otros cuatro se sitúan en las cuatro direcciones cardinales. La novedad es la inserción de alas al Qilin, de la que circulan diferentes teorías. Sin duda, un puente con mucho encanto. ¿Has llegado a pasar por allí?