GENERACIÓN FRIKI EN JAPÓN: purikuras, ufocatchers y arcades.

El ocio en Japón es diferente al que estamos acostumbrados en España. Es algo que resulta palpable en cuanto pisamos tierras niponas. Cierto, tienen bares, cines, parques, deportes…como forma lúdica de pasar el rato, pero cuando paseas por las calles y encuentras los grandes edificios de karaoke, las máquinas de gasapones o las salas de pachinko te das cuenta de que hay algunas formas de ocio que aquí ni concebimos. En este artículo quiero repasar los purikuras, ufocatchers y arcades, como algo más que un hobby para los japoneses, algo que está intrínsecamente ligado a su cultura y su forma de entender el tiempo libre.

Los veréis por todos los barrios, a veces ocupando lo que sería una tienda a pie de calle, otras llenando todas las plantas de un edificio, a veces incrustadas entre negocios y muchas veces como añadido en tiendas donde teóricamente vas a comprar, no a jugar.

PURIKURAS

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Aquí tenéis un ejemplo de cómo se distribuyen las cabinas de purikura.

Los purikuras son lo que aquí entenderíamos como fotomatones. Esas cabinas donde nos apiñábamos todos los que cabíamos y poníamos caretos tontos y divertidos mientras la máquina iba echando foto tras foto hasta hacer una hilera de cuatro. Cierto, su función principal había sido generar fotos de carnet de forma rápida ante una urgencia (y posiblemente sea el motivo por el que aún podemos verlas por las calles de vez en cuando), pero, ¿quién no se ha metido en un fotomatón a hacer una foto chorra?

Pues el purikura es la evolución del fotomatón como sólo los japoneses podrían hacerlo. Grandes espacios donde puedes encontrar salas para disfrazarte, tocadores para maquillarte y peinarte y grandes cabinas, cada una con sus temáticas o ambientadas según la época del año, el anime de moda de turno o una época histórica interesante. No obstante, por apasionante que pueda sonar, sí que os puedo reconocer que desde fuera todas las cabinas parecen iguales, con fotos de chicas muy monas en poses kawaiis o simplemente anunciando el producto.

¿Y qué haces cuando entras en tu cabina? Pues después de elegir tu máquina, pagar y retirar la cortina, entras en un espacio de 2×2 en el que hay una cámara y dos pantallas táctiles a cada lado. Una vez has posado de las 4 o 6 posturas de rigor, las fotos aparecen en las pantallas táctiles y tienes un tiempo limitado para tunear las fotos a base de cientos de emoticonos, stickers y otras formas de retoque fotográfico con herramientas muy básicas, incluido el uso de fondos diferentes, como si estuvieras en un croma. Un dato curioso es que hay stickers especiales si hay cerca una festividad como Halloween o Navidad.

Aunque se vean chicos en los purikuras, suele ser una actividad muy enfocada a las chicas, un reclamo situado en las plantas altas de los recreativos para que las chicas acudan y esto, junto a los juegos musicales y los ufocatchers, ha acabado convirtiendo a estos centros en lugares mixtos de ocio, con un ambiente muy festivo. Como veis, no tiene nada que ver con los fotomatones occidentales. El término “echar la tarde en el purikura” podría ser muy acertado.

UFOCATCHERS

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No es tan raro encontrar en occidente esas máquinas donde metes una moneda, accionas un gancho e intentas agarrar un premio, generalmente un peluche. Me encantaba esa parte de Toy Story donde había un ufocatcher con forma de nave espacial y “el gancho” era el que decidía quién se quedaba y quién se iba.

En Japón los ufocatchers están por todas partes. Más extendidos que los purikuras al encontrarse muchas veces fuera de locales recreativos, sino simplemente en tiendas independientes, y para todos los gustos, que no para todos los bolsillos. Al contrario que las máquinas de gasapones, que metes una moneda, sacas una bola y tiene uno de los varios muñequitos que componen una colección, el ufocatcher es una mezcla de suerte y habilidad. El mencionado gancho cobra formas diferentes ya que no siempre hay que agarrar, sino empujar o golpear…siendo necesario invertir tiempo y muchas monedas en obtener el premio que a veces sí consiste en un peluche, pero otras muchas son figuras articuladas o de pvc o merchandising en general de gran valor.

Todo esto genera un tipo de consumidor experto en calcular con cuántas monedas puede conseguir el premio, por lo que una imagen habitual es encontrar japoneses mirando los ufocatchers y calibrando si vale o no la pena invertir en sacar el merchandising de turno.

ARCADES

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Un salón recreativo no merece tal nombre si no está plagado de arcades. En Japón todos los barrios medianos suelen tener su salón discreto, pero hay zonas como Akihabara en Tokyo, o el Den Den Town en Osaka que puedes encontrar gigantescos edificios dedicados exclusivamente al ocio de las máquinas recreativas.

Como mencioné anteriormente, estos recreativos suelen incluir también purikuras, ufocatchers y otros juegos más clásicos, pero, sin duda, las arcades son el plato fuerte, mezclando las recreativas más modernas con las más clásicas, siendo habitual ver el Final Fantasy Dissidia junto al Final Fight.

En los pisos de arriba siempre están las máquinas dedicadas a juegos de azar y tragaperras, las espectaculares arcades de carreras de caballos, con un público de mediana edad y mayor, siendo la mayor diferencia que estos pisos suelen ser para mayores de edad, dado que muchas veces las apuestas se realizan con dinero real.

Y es que el ambiente es literalmente para gente de todas las edades. Si en España en los 90 los recreativos estaban frecuentados por chavales problemáticos (y te arriesgabas a que te atracaran, qué recuerdos), en Japón es un ocio tan normal como aquí ir a tomar una caña a un bar.

Así pues, chicos y chicas juegan en arcades que suelen tener tres temáticas muy claras según su segmento de población.

Por un lado, las arcades musicales, siempre de muchísimo éxito en Japón y con títulos muchas veces desconocidos en occidente. Puedes encontrarte decenas de copias de la misma máquina en un salón porque hay colas para jugar. De hecho, llevamos años yendo a Japón y siempre nos sorprende ver los rituales a los que algunos jugadores se someten antes de ponerse a jugar, o los accesorios que traen consigo. Por ejemplo, no es infrecuente ver que, ya sea por higiene o por conseguir mejores resultados, muchos traen sus propios guantes, zapatos y cascos para jugar.

Por otro lado, los clásicos retro. Juegos súper bien conservados en sus muebles originales tan antiguos como el Street Fighter 2 siguen siendo muy atractivos para el público nipón.

Y, por último, las grandes arcades multijugador en la que, ya sea en muebles pequeños, o en enormes mobiliarios, nos permiten jugar con muchas personas en el mismo salón o conectadas por todo el país a juegos competitivos que en Europa son desconocidos. Las temáticas suelen ser de mechas, batallas navales o coches.

El ocio de los salones recreativos

Lo curioso de estas formas de ocio para mí es que no están limitadas a los salones recreativos o a tiendas a pie de calle. Muchas veces, igual que a la salida de panaderías o tiendas de chinos en España, que encontrabas un cochecito móvil para que el nene jugara, te encuentras máquinas de estas en los sitios más variopintos, como si de una máquina expendedora de bebidas se tratara (y de eso Japón se lleva la palma, os lo garantizo).

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Purikuras + Arcades juntas.

Así pues, cuando me preguntan en qué invierten su tiempo libre los japoneses, más que remitirles a discotecas o pubs nocturnos, y dado que tiene poca gracia hablar de ir de compras o ir al cine porque es más que obvio, me gusta remitiros a esto que casi llamo su ocio nacional como es el karaoke (del que ya hablaremos), a los grandes edificios estilo Animate (manga, anime, dolls, cafeterías, etc), así como a los centros recreativos con sus purikuras, sus ufocathers y sus arcades.

About Susana "Damarela" Rossignoli

Susana Damarela es fundadora de Generación Friki. Gran apasionada de la lectura y el cine, puede leer un libro cada día de la semana sin despeinarse. Como novelista ha publicado La Ciudad que Olvidamos (2024) y está centrada en la publicación de nuevos títulos. También le encanta el deporte, el rock, las juergas y el kalimotxo. Sus juegos favoritos son el Tetris y el Starcraft II.

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