Hace poco me desesperé. Visionaba tráilers en YouTube de múltiples películas de una magia indescriptible. Películas de proezas inimaginables, criaturas fantásticas, poderes misteriosos e historias llenas de valor, esperanza y amor. Y me desesperé.
El mundo en el que hoy vivimos, por decirlo suavemente, es bastante malo. La literatura, el cine, la música, consiguen evadirnos durante breves ratos evitando que enloquezcamos y sin embargo, a veces consiguen el efecto contrario. Algunos sucumben, como los hikikomoris, otros intentan convivir con ello o hacer de ello su pasión, y otros como yo hemos luchado contra ese sentimiento tan devastador que es saber que esos mundos imaginarios no son reales y nunca lo serán, como no sea en nuestra imaginación.
Y aquello me desesperaba. Pero en uno de estos días de desesperación me di cuenta de que aunque los mundos son ficticios, Harry Potter no existe, no existen los hobbits, tampoco un Dr. Strange que distorsione el tiempo o un Superman que venga a ayudarnos de otra Galaxia…no por ello los sentimientos que enarbolan son falsos.
Los humanos somos seres volubles y frágiles, pero nuestras motivaciones pueden ser extremadamente poderosas y por ello generar impulsos igual de fuertes. Puede que no tengamos esperanza en que Pandora exista, ni tampoco las Bolas de Dragón, pero la esperanza en poder cambiar el mundo, igual que los héroes de nuestros cómics y animes sí que la tenemos, y es por ello por lo que luchamos. Por cada hombre egoísta, ambicioso y déspota hay cientos de personas que quieren hacer de la Tierra un lugar mejor para todos. Por cada mujer que abandona a un niño hay miles de madres criando amorosamente a los suyos. Por cada puerta que se cierra al pobre hay muchísimas que se abren para acogerles.
Y el amor es el estandarte bajo el que se acogen todas esas buenas acciones.
He llorado escribiendo estas frases. Pero creo que ahora no eran lágrimas de desesperación, sino de esperanza por saber que cada acción que llevamos a cabo tiene su repercusión. No son los sentimientos negativos como la ira, la envidia o la lujuria los que mueven el mundo, sino los pequeños detalles de amor y acogida que tenemos con nuestros semejantes. No puedo creer que este mundo que imagino es demasiado fantasioso porque sería renegar de creer en que los humanos no somos capaces de mejorar y en que todavía tenemos la esperanza de cambiar.
Y mientras tanto, espero seguir siendo una friki. Espero seguir disfrutando de un buen videojuego, asistir a un real game nocturno, comprarme la última novela gráfica de ese autor que me está asombrando y comentar con mis amigos lo cara que es la figura de Persona 4 que quería adquirir. Espero seguir llenando mi mundo de fantasía, y no sólo porque me guste, ni porque, como dijimos en una ocasión, parece que está de moda, sino por todos aquellos que intentan hacer de este mundo un lugar mejor a través de sus obras, sus eventos y su trabajo.
*Portada realizada por nuestro ilustrador Luis Rodrigo Duque (tumblr)
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