Generación Friki
Las rebajas de Steam llegan, como cada estación, y se quedan con nosotros los días suficientes como para desplumar al más pintado de los jugadores. Es cierto que con la proliferación de las páginas de venta de códigos como “G2A” o “Instant Gaming” las rebajas ya no son lo que eran, pero aún así siguen siendo un momento excepcional para hacernos con aquellos juegos que dejamos pasar en su momento o acumular un buen puñado de títulos “indie” por una decena de euros.
Y aquí es donde el coleccionismo, la oniomanía, el “calor de la compra” y nuestras ansias reprimidas por largo tiempo explotan en una tormenta de consumo con diferentes grados de desenfreno que, según la persona, pueden ir desde una decena de euros, a varios cientos, o incluso miles.
Seamos sinceros con nosotros mismos: ¿Cuántos de los juegos que hemos comprado en las rebajas de Steam (o en el “Humble Bundle” de turno) hemos acabado? En la mayoría de los casos no llega ni al 50% de títulos acabados, y confesad, seguro que alguno de ellos no habéis llegado a instalarlo jamás.
Y es que el consumo de videojuegos no es como el de películas o de música o de otros medios digitales, más fáciles de consumir puesto que no requieren ni el mismo tiempo ni la misma atención que un videojuego. Incluso juegos considerados “de una tarde” como “Journey”, toman generalmente más de 4 horas en ser acabados, con otros juegos sin embargo, como “Fallout 4” o “The Witcher” podemos pasar meses (y, si no, ver nuestras recopilaciones de juegos imposibles de acabar en un verano). Todo esto hace que el proceso de consumo de un videojuego sea a veces muy largo y que otros juegos que compramos con la intención de disfrutar, queden olvidados en nuestras estanterías virtuales (o físicas).
¿Esto es malo?
Pues para empezar lo lógico es pensar que cualquier consumo fuera de control es malo, pese a que nuestra sociedad nos haya enseñado a hacerlo compulsivamente. Sin embargo, pagar una cantidad irrisoria de euros por un buen puñado de videojegos, los vayamos a jugar o no, no deja de ser una manera de apoyar una industria que, sobre todo en el caso de los indies, lo va a agradecer. También comprar juegos baratos o en rebajas le enseña a la industria del videojuego a moderar sus precios y comprender que a veces menos es más, y que en según qué casos pedir 70 euros por un videojuego es una cifra desorbitada y que el contenido de estos, ya sea en cantidad o calidad, debe ir en consonancia con su precio.
Y aunque esto en mayor o menor medida no deja de ser una justificación por el mero hecho de gastar dinero en juegos que no vamos a usar, también es verdad que si hay una plataforma única que sobrevive por los años de los años ésta es Steam y que, cataclismos aparte, seguirá así por los años de los años. Si el mercado tiende a ser digital y finalmente el juego físico desaparece de nuestras estanterías, como todo indica, no se me ocurre mejor plataforma que Steam para almacenar esas pequeñas joyas, a veces obras de arte, para poder disfrutarlas cuando nos venga en gana, o simplemente recorrer nuestras estanterías virtuales con orgullo sabiendo toda la historia que tienen dentro.
Así que consumismo y derroches aparte, hay que celebrar estos momentos erotico-festivos del videojuego, donde hasta la compañía más remilgada se baja un poco los pantalones en pro de que nosotros, pobres usuarios, podamos disfrutar de esos juegos que por un motivo u otro hemos tenido que dejar pasar.
Y es que sólo puedo decir que hoy en la cultura friki las rebajas de Steam se han convertido en un evento tan esperado como las Navidades, o las vacaciones de verano. Ese momento donde nuestro dinero vale mucho más. Gracias Steam por tus rebajas, espero poder seguir fundiéndome mis pocos ahorros en ellas durante muchos años mas.
