Ayer hablaba con una amiga, madre de dos hijos y después de la conversación me quedé muy pensativa y francamente horrorizada. El ocio de sus hijos se había reducido a una carrera por conseguir dinero con el cuál comprar las costosas consolas y los juegos pertinentes con los cuáles estar al día para poder estar integrado con sus amigos del colegio.
Sé que la diferencia generacional hace que esos niños no perciban el ocio como yo lo percibía (o viceversa), y no me refiero tanto a salir de casa, jugar al aire libre, pasar tiempo con los amigos simplemente paseando, eso ya es otro tema para la reflexión. No intento exponer las ventajas de los que leíamos, montábamos en bici y jugábamos a la pelota mostrando las desventajas de un desarrollo infantil basado en la ingesta de videojuegos. Sé de sobra, y así lo mostramos aquí, que conocemos los beneficios, en todos los sentidos, de los videojuegos, así que son más bien las razones de jugar tanto a la consola las que me llaman la atención.
Mi sorpresa se centraba en que los hijos de mi amiga se veían casi obligados a consumir videojuegos con alto contenido de violencia, absolutamente inadecuados para ellos, básicamente porque todos sus amigos los consumían. La madre, dado que el niño jugaba al GTA y al COD en casa de sus amigos, no veía más remedio que comprarlo para, por lo menos, controlar y verificar en su propia casa que lo que jugaba su hijo era adecuado para su edad. De hecho, hacía uso del control parental que ofrece el videojuego para inhabilitar contenido inapropiado.
¿Me habría parecido mejor si los niños hubieran estado consumiendo videojuegos apropiados a su edad? Pues no, francamente no. Si un chico está obligado, para tener amigos, a estar jugando a videojuegos en vez de hacer cualquier otra cosa que se le antoje, o a gastarse el dinero de su paga en ellos (o el dinero de sus padres) no habrá forma de que me parezca bien.
¿Existe un nuevo tipo de bullying?
Me pareció algo triste que mi amiga tuviera que hacer eso únicamente para que su hijo no se sintiera marginado y pudiera conservar a sus amigos. El chaval llegaba triste del colegio porque, igual que nosotros en el trabajo nos vemos obligados a ver el último capítulo de Juego de Tronos o The Walking Dead para poder meter baza en la conversación y sentirnos acogidos socialmente, los niños en el colegio sufren del mismo problema. Y todos sabemos lo duro que puede ser crecer siendo el “rarito” o el “asocial”.
Si antes requerías una peonza, canicas, gogos, tazos o los cromos de turno, ahora necesitas la consola y determinados juegos para formar parte de la sociedad. Por ende, los padres de ahora se ven obligados a hacer unos esfuerzos económicos enormes (no hay comparación entre una peonza y la consola de turno más los juegos) pero ningún padre querría que su hijo acabara odiando el colegio porque durante los descansos entre clase y clase, o en el recreo, o a la hora del almuerzo, no puede comentar los hobbies con sus compañeros.
Es muy preocupante que parezca que existe otro tipo de bullying, aquel ligado a tus gustos a la hora de divertirte. En un momento de tu crecimiento en el que tanto deseas y necesitas ser aceptado socialmente, parece que esta respuesta fácil de consumir videojuegos es lo ideal. Por supuesto, siempre tenemos la respuesta de que en el medio está la virtud o que el equilibrio es lo ideal, pero yo ahora mismo estoy jugando al Persona 5 que, yendo al grano, deben ser unas 100 horas y ello implica que tengo o juego para meses o ausencia de vida social durante mucho tiempo. Vale que dudo que los chavales preadolescentes jueguen a rol japonés, pero el Call of Duty que tanto les gusta, pese a su campaña de entre 4 y 7 horas, tiene un multijugador que puede dar de sí más de un año. ¿Dónde encuentras el equilibrio para hacer una vida sana? Y lo mismo pasa con el Grand Theft Auto V, con una campaña de más de 30 horas y contenido multijugador para más de un año más todo el contenido gratis descargable que pongan a tu disposición….No cabe duda de que desde un punto de vista monetario puede resultar rentable pero, ¿hasta qué punto tu aceptación social debe depender de hacer todos los días lo mismo con este y otros videojuegos?
Sí que creo que sería bueno que retrocediésemos algo en el tiempo para encontrar el equilibrio. Y tampoco tengo que remontarme a cuando timbrábamos para pedir que nuestro amigo bajara a la calle a jugar, quizás sólo es remontarse a los años en los que no dependíamos completamente del ocio electrónico, incluyendo en el caso consolas y teléfonos, para nuestra diversión.
La realidad que vivimos es que los niños hoy necesitan #videojuegos para poder #socializarse. Clic para tuitearHablábamos de que los videojuegos eran para nosotros un método de escape, una forma de evasión, pero está claro que para nuestros hijos es algo más, es la forma que tienen de relacionarse ahora con sus semejantes, de sentirse integrados, de tener temas de conversación o, Dios no lo quiera, su forma de hacer que su vida sea mejor. Jugar a videojuegos debería ser algo bueno, gratificante, educativo, lleno de valores y sentimientos a los que aspirar, como hablábamos en aquel artículo sobre la esperanza y no creo que nuestros hijos estén creciendo con ellos al verse arrastrados a ese ocio y, sobre todo, a juegos que concretamente son inadecuados para su edad.
Hola, soy madre de tres hijos, dos preadolescentes y la verdad es que nunca les he comprado cosas que tenían sus amigos sólo por eso ni yo he tenido que ver series que no me interesaran para poder hablar con los del trabajo. A los niños les he llevado mucho al parque y encuentran niños con los que jugar y también hay otros ratos para jugar a los videojuegos. Lo bueno de ser cada uno diferente y que nos gusten cosas diferentes es que siempre encuentras personas con las que tener algo en común y si en un momento determinado alguien habla de una cosa que desconozco no me traumatizo ni me siento fuera del grupo. Gracias por dejarme opinar.
Me alegro mucho de ver que hay madres que saben encontrar el equilibrio con el ocio de sus hijos; como siempre, creo que unos buenos padres harán que la educación de sus hijos sea la correcta. Gracias a ti por opinar. Un saludo.