SITCOM: un género poniendo a parir

Desde que nació la industria de la televisión, existe un género que se mueve por temporadas, desde sus primeros coletazos. Es uno de esos estandartes que tiene cada cadena más allá de su programa de noticias particular, estamos habando de las Sitcom, o dicho de otro modo, de las comedias de situación.

Aunque hay que decir que estas situaciones (valga la redundancia), existen incluso desde la radio, su gran huella se puede ver sobre todo en la tele. Todo el mundo las conoce y el que no, es que no sabe lo que es el mundo exterior. Ahora bien, más concretamente estamos hablando no de una comedia de sketchs, sino de una conexión narrativa, que une personajes, trama, narrativa, etc…con un mecanismo guionístico existente desde los cuentos a la luz de la hoguera, pero muy eficaz a la hora de ir uniendo episodios y con ello tener la gallina de los huevos de oro. Hasta ahí bien, todo correcto.

Pero últimamente estamos viendo un bombardeo masivo de ellas, ya se sabe, para poder combatir Internet, que está quitándole el share a la tele, (es lo que tiene que tú puedas elegir tu propia programación), en una de las fórmulas más eficaces para mantener pegada a la gente a la pantalla.

Pero a lo que voy, que cada país tiene su propia fórmula, pero yo que me he criado pegado a la tele y creo que he madurado como persona (o algo) y ahora estoy viendo un bombardeo absurdo, de ver quién tiene la serie más larga y la mejor (si, poneos a hacer metáforas sexuales, las que queráis), pero la peor parte de esto es que entre todas estas series no se implican mucho, principalmente porque se hace una historia para ir tirando: si quieres hacer una que sorprenda, estás en el barrio equivocado.

¿Cómo funciona la industria Sitcom? Muy simple teniendo en cuenta que da de comer a mucha gente. Ante todo pensemos que la serie va a ser lo puto mejor, y lo que va a salvar la cadena, por lo que pongo toda la pasta que pueda,  y pillo unos guionistas innovadores (o no), y en base a los intereses de la cadena les pido trama y personajes, pero siempre una idea simple, veamos… un grupo de chavales que conviven juntos, a ser posible de la misma franja de edad hacia la que va dirigida la trama (que depende de la cadena tendrán más edad o menos, y serán más progres o más carcas), pillo un grupo de actores con futuro, y con el resto de la pasta les doy droga a los guionistas para que me lluevan ideas como si fuera el Diluvio Universal (lo de las drogas es una sátira, los del diluvio sólo si el piloto tiene el visto bueno de los productores). Y si triunfa, los actores tendrán filón hasta que se mueran de viejos. Pero volviendo a la trama, cosas cómicas cotidianas, pero que los personajes interpretan como si no hubieran recibido suficiente oxígeno en la gestación. Y con este grupúsculo de inadaptados, comienza el circo, y si los gags funcionan, la fama de la serie empieza a expandirse como lo hizo la Gripe Española.

Espero no ser muy hater, pero es que lo visto en la última gala de los Emmy me ha emocionado tanto que me he puesto a aporrear el teclado con ira, pensando en que hay más cultura aparte de las Sitcom; para mí llega un momento en el que son como los chistes de pedos, tras mucho tiempo pueden ser sorprendentes, pero repetidos te entran nauseas.

Y el problema que tienen ahora es que siguen viejas fórmulas (las que funcionaban antes) pero que ya no funcionan igual. Hay que pensar que ahora estamos todos un poco descolocados, y como el humor no es uniforme, o (como nos gusta pensar) es lo que nos hace ser más selectivos…pues cuesta hacer reír. Pero vamos, que no nos adaptamos. Y si no, pensar en que antes los personajes eran ingeniosos y ácidos, como por ejemplo “Seinfield” (Jerry Seinfield). Gracias a esta sitcom surge un fenómeno en América, los Talk Shows y sus espectáculos de comediantes: pillaban al actor de turno y le ponían compañeros acordes a su entorno. Salía rentable teniendo en cuenta que la pasta la ponía el propio actor (ejem, “Príncipe de Bel Air”, “El show de Bing Crosby”), o ahora mismo “Dos Hombres y medio” (cuando molaba y Charlie Sheen estaba desesperado).

Ahora lo más moderno se llama “The Big Bang Theory“, que es el hijo bastardo de una fiesta –dramatización- entre “Friends”, “Cómo Conocí a Vuestra Madre” y “I.T. Crowd” (serie británica), y del resultado… ¡Big Bang! Que a su vez, aprovechando el éxito que tienen la cultura friki y los jóvenes inadaptados y universitarios, emprendedores y esas cosas ha tenido su propia versión, otro refrito: “Silicon Valley“, que es casi lo mismo, pero volviendo al referente de “IT Crowd”, con su elemento informático y enfrentando a los chavales salidos de la universidad a que vean cómo es la industria informática, sobretodo a los clásicos, (ya sabéis, casi como empezaron Bill Gates y Steve Jobs).

Como veis, es una evolución, un acercamiento, pero no termina de acercarse. Y a ver qué sacan para hacer la bola de nieve aún más grande.

Uno de los puntos que no terminan de pillar los guionistas y que quizás es el que hace que no me termine de encajar “The Big Bang Theory”, y demás series que se ríen de los frikis, es que los tratan como elementos de mofa, nunca tiene un punto más allá de ser los raritos, por lo que no hay muchos momentos serios. Y una cosa que se aprende con el tiempo es que si quieres hacer un personaje bien, hay que darle muchos enfoques, explorar su personalidad, no encasillarlo. Pero bueno en la repetición se van sus sueldos.

Para el que suscribe quizás una de las mejores Sitcom (a lo mejor es sólo para mí), es “Malcolm in The Middle”. Una de mis mejores experiencias viendo este género, tan gamberro que retrataban haciendo sátiras el modo de vida americano, creando su propio universo, que se respiraba y en el que te querías quedar.

Si se trataba de hacer personajes inadaptados, podrían haberse fijado en otra de mis mejores series de la Dos: (¿O acordáis cuando la Dos tenía buena programación?), “Infelices para siempre”, con el cabeza de familia que estaba tan tarado de aguantar mierdas que saca al mejor personaje de la serie de un transtorno esquizofrénico: el peluche Mister Floppy.

O, mierda, casi paso por alto otro de los mejores experimentos de Sitcom (voy a obviar las primeras temporadas de los “Simpsons”, aunque sí que hablo de otro alumno de los “Simpsons”), la sitcom “Dinosaurios”. Fue precisamente esta infancia la que me ayudó a ver que casi todo es la misma mierda, y que en la industria y la televisión el repetir cosas buenas no es robar, sino hacer homenajes. Aunque bueno, luego te meten alguna sorpresita, como “Me llamo Earl”. Y para que luego digáis, la mejor Sitcom española para mí es “K”, y la jodieron y no se volverá a hacer algo así, una pena terrible.

A lo mejor es que he visto esporádicamente demasiados capítulos y lo único que haces es ver reflejos de reflejos, por lo que pierden autenticidad, y las esencias. Pero de todas formas, prefiero mi método.