Generación Friki
El año pasado tuvimos ocasión de presenciar lo que pensamos que era un espectáculo muy bonito: el Campeonato Mundial de Combate Medieval. Vimos muchos fallos, pero estábamos obnubilados con la experiencia del torneo y fuimos muy indulgentes. Posiblemente, si yo fuera una mera espectadora, un dominguero en busca de un plan para el Puente del Pilar habría cogido lo que me ofrecieran y no habría rechistado. Pero yo no soy así. Yo soy una friki, una amante de la época caballeresca, y una transcriptora de la realidad que se vivió allí. Es un deber (quién sabe si fue el espíritu que se vivía en Belmonte lo que te transforma) el que te obliga a contar qué es realmente, no sólo lo que pasa en la liza, sino también en qué consiste todo el evento.
Y esta vez tuve ocasión, en parte porque iba más preparada, de vivirlo en profundidad, al entrevistar a posaderos, artesanos, bufones, caballeros y damas, cetreros y escuderos. La experiencia caballeresca va más allá de lo que nos imaginamos. Más allá de Belmonte, de su castillo, y del mismo Torneo Internacional de Combate Medieval. El año pasado viví mi propia emoción por los valores que impregnaban el evento: caballerosidad, valor, respeto, orgullo patriótico…y este año he vivido la pasión en boca de todos aquellos que hacen de esta práctica la maravillosa experiencia que es.
Y con muchos de ellos hemos hablado sobre cómo ser un caballero medieval con resultados sorprendentes, como sorprendentes fueron los cambios que apreciamos en la infraestructura del evento. La zona del castillo, donde se encontraban la armería, el teatro, y el propio edificio a visitar, fueron las que menos cambios introdujeron, resultando, ya por su periodicidad, o por su tamaño, insuficientes para albergar a los miles de visitantes. Los verdaderos cambios se introdujeron en esa pista de patinaje que resultaba ser la rampa y escaleras de acceso a la liza y campamento, que este año ha sido mejorada para evitar los resbalones y accidentes del año pasado. Es cierto que todavía no está habilitado para discapacitados, pero aun así se nota el esfuerzo en mejorarlo.
El campamento, más pequeño que el del año pasado (también es un Torneo Internacional, no Mundial), estaba mejor organizado. Zonas con tiro con arco donde podías practicar, la halconera con un cetrero muy experimentado y la zona de niños con muchísimos juegos habían sido mejoradas y delimitadas, dando una sensación de organización muy agradable. Pese a recrearse los siglos XIV al XVI todos agradecemos sanitarios del siglo XXI así que el hecho de no encontrarnos “prefas” (ni zanjas) para hacer nuestras necesidades también fue un avance. Me he pasado la vida yendo a eventos con prefas (urinarios individuales de plástico, sí, las cabinas azules esas) y os aseguro que, para esto en particular, no necesito una recreación exacta de las letrinas de la Edad Media.
Pero la zona que más cambios ha sufrido es sin duda la liza de combates. Cuatro gradas en vez de una ya es de “pros” y permitían hacer la ola de lado a lado con un mínimo de coordinación. Vamos, ni que hubiera sido un estadio de fútbol. Supongo que este aumento del presupuesto les llevó a justificar el aumento de las entradas (en nuestra opinión, desorbitado, aunque vas a ver un musical y la que te sajan es aún más) junto con una extraña decisión: sólo podías ocupar la grada durante una franja de tiempo, normalmente medio día. Hombre, evitas que la gente reserve sitio para toda la parentela a la vez que sorteas aquello de “yo lo ví primero” y “tonto el último”.
No vi mucha queja con respecto a esta decisión, y sí que la vi, y la sufrí, y me cansé, con respecto a la zona de restauración. Quitando en la Calle de los Artesanos donde podías disfrutar de hidromiel, cerveza casera y tartas (Señor, qué tartas…) sólo había una taberna medieval, y dos zonas de bocadillos. Insuficiente, y las largas colas para poder degustar una parrillada te llevaban hasta pasada la hora de la merienda. ¡Esto es España, señores! ¡No puede fallar la infraestructura culinaria! Por lo menos, algo debieron intuir porque justo en medio de la zona de restauración había una jaima con bailarinas de danza del vientre…que siempre está bien.
La escasez de refrigerio y bebida fue una de las cosas que empañaron la experiencia, y la otra se dejó intuir en cuanto sonó “Really like you” por los altavoces por cortesía del peor elenco de comentaristas conocido. Como dije en el twitter en su momento (@generacionfreak con el hashtag #DesafioBelmonte) ¿Cómo podemos hablar de honor, compañerismo, combates medievales, inmersión en la experiencia…y ponernos en pie para rendir tributo…al son de “Really like you”? ¿Es que no hemos aprendido nada? Es cierto, es mejor que lo que ofrecieron el año pasado, pero ello no implica que sea bueno.
¿Sabéis la cantidad de caballeros que nos dijeron que sus comentarios de “stop fighter” detenían sus combates cuando en realidad iba para los de la liza de al lado? Por poner sólo un ejemplo. Bueno, pongo otro: se confundían con los datos. No sé de quiénes son amigas estas dos comentaristas, pero si el año pasado pudo ser aquello de “nos han fallado y nos sacamos las castañas como podemos” (que no sé si sería así) este año ya no hay excusa. Voy a poner un letrero: “se buscan trovadores y heraldos para torneos medievales”.
#DesafioBelmonte Pocas experiencias son tan nuevas e interesantes como el combate medieval Clic para tuitear
Aún con todo, es muy divertido, es un espectáculo digno de verse, y cualquier escéptico se levantaba de su asiento de la emoción tanto en los combates 1vs1, como en los de 5vs5. ¡Ya no os digo en los de 10vs10! Y es que es difícil irse insatisfecho, ¡voto a bríos! era difícil irse cuando acabas de presenciar ese combate no reglado (que no puntúa) entre 21vs21.
Y no digo más, esperar al siguiente artículo, con las entrevistas a caballeros, damas y demás personal, para ver las fotos de las heridas de los combatientes. Ahí sí que te dan ganas de gritar “well done, fighters, well done”.
Mientras, aquí tenéis el vídeo de los combates.
Aquí tenéis el del año pasado.
Escenas de los combates y el desfile:
Campamento e Instalaciones:
Artesanos:
Desfile y Graderío:
