Os tengo que confesar que hacer la reseña de Aladdin (1992), me daba algo de miedo. Y os preguntaréis… ¿pero qué está diciendo está chica? Yo os lo explico: tengo cierta (o mucha, más bien) debilidad por Disney y esta cinta es una de mis preferidas. Como soy muy exigente conmigo misma, me daba un poco de reparo hacerlo mal y dejar el listón bajo. Pero vamos, por ganas e ilusión que no quede. Aladdin es una película de animación de Walt Disney Pictures (dato que la mayoría de las personas conocéis, lo sé) y está basada en el maravilloso cuento Aladino y la lámpara maravillosa. Fue dirigida y producida por John Musker y Ron Clements. Los escritores fueron los mismos que los directores junto a Ted Elliot y Terry Rossio.
La historia se centra en el mágico y exótico reino de Agrabah donde Aladdin y su leal y travieso mono Abú viven en la absoluta pobreza. Para ganarse la vida, el joven y su inseparable compañero roban por las calles y mercados para poder sobrevivir. A pesar de eso, no pierden la esperanza de que algún día vivirán en el palacio del Sultán. Pero no todo sale como uno espera, y un día al intentar ayudar a una joven que jamás había visto, Aladdin es arrestado por la guardia del Sultán bajo las órdenes del malvado consejero y hechicero de palacio, Jafar.
Tras conocer que la preciosa muchacha a la que había echado una mano en el bazar, es la princesa, el “ladronzuelo” es reclutado por Jafar para recuperar una vieja lámpara de la peligrosa Cueva de las Maravillas donde se dice que en su interior vive un genio mágico capaz de conceder tres deseos a las personas que lo despierten. Una vez dentro de la cueva, Aladdin se quedará encerrado y tendrá que superar varios obstáculos ayudado por una alfombra mágica (qué gran invento sería en la realidad una alfombra mágica) y convencer a un genio que lleva miles de años en cautiverio para salir de nuevo de allí y conquistar a Jasmine, la bella hija del Sultán (eso sí, con algunas mentirijillas al principio).
Aladdin cuenta con prácticamente todo para ser una (y es) una gran película de animación. Una historia llena de aventuras, diversión, entretenimiento y una pequeña dosis de romanticismo envolverá al espectador en un mundo tan ideal que no dejará de sonreír mientras esté viendo la película. Y hablando de un mundo ideal, ¿qué me decís de la fantástica banda sonora de la cinta? Ese punto es algo a lo que Disney suele dar vital importancia, pero con Aladdin, y espero que estéis de acuerdo conmigo, lo hicieron increíblemente bien. Canciones como “Un genio genial”, “Príncipe Ali” y por supuesto la maravillosa “Un mundo ideal” acompañan a la película en momentos clave haciendo que la sonrisa se amplíe de oreja a oreja y las escenas te lleguen al corazón.
Precisamente, como no podía ser de otra manera, Aladdin fue nominada a la Mejor Banda Sonora y a la Mejor Canción Original por “Un mundo ideal” en los Premios Oscar de 1992, y ganó ambos. Desde mi opinión personal, unos premios muy merecidos para un conjunto de canciones que como ya he dicho antes convierten una buenísima película de Disney en una cinta que aquel que la vea jamás podrá olvidar. Y está claro que, escenas como el paseo de Aladdin y Jasmine en la alfombra mágica (una de mis favoritas y la de muchos) es tan bonita y llena de magia gracias, entre otras cosas, a “Un mundo ideal”.
Aunque Aladdin no deja de ser una película para el público infantil (venga, vale… y para el no tan infantil también) nos enseña cosas muy importantes a través de sus personajes: el derecho a la libertad de decisión, a luchar por lo que realmente queremos a pesar de los obstáculos y a querernos a nosotros mismos seamos quien seamos. Lo primero (el derecho a tomar decisiones), Disney lo lleva a cabo a través de Jasmine, que tiene claro que ella quiere casarse por amor y no por conveniencia. Además, no tolera que haya leyes en el reino que exijan a los habitantes hacer algo que no quieren hacer. Lo segundo (luchar por lo que queremos), está claro que Aladdin es el mejor ejemplo porque no descansa hasta que se reúne de nuevo con la hija del Sultán y consigue detener al malvado Jafar. Y no son pocos los obstáculos los que tiene saltar para por fin ser feliz. Y lo tercero (querernos a nosotros mismos), es Aladdin de nuevo el que nos enseña que no vale de nada hacerse pasar por una persona rica y acomodada para enamorar a Jasmine, ya que ésta ya siente amor por el joven que le ayuda en el bazar y no por quien se hace pasar. Quizás, son valores que un niño muy pequeño no los llegue a apreciar, pero si sigue viendo la película según vaya creciendo, sin duda alguna se dará cuenta de esos pequeños detalles y los pondrá en práctica.
Cabe destacar una de las voces del doblaje: la del maravilloso Genio de la lámpara, interpretado por el increíble Robin Williams en inglés y por el actor Josema Yuste en España. Cada uno a su manera (yo prefiero al original), nos harán reír de una manera única y nos regalarán las escenas posiblemente más divertidas y que nunca olvidaremos de la película. Como curiosidad (ya que soy una fangirl de la cinta), el propio Robin Williams añadía frases improvisadas para divertirse y aportar diferentes puntos de vista al personaje y resultó que, en muchos casos se cambió lo que estaba escrito en el guión por los comentarios que él hacía. Sin duda, un gran actor de doblaje donde los haya.
Y es que esta película está llena de curiosidades. ¿Sabéis que hubo personas que decían que los villanos de Aladdin no eran más que caricaturas árabes y se preguntaban por qué el protagonista masculino tenía que ser un ladrón y encima pobre?. Además, también se recriminó que en la película se tachaba al pueblo árabe de bárbaros y de insensibles. La verdad, es que yo no veo más que una película maravillosa y entretenida de animación para todos los públicos sin ninguna ofensa visible.
No penséis que Aladdin está pasada de moda ante tanta animación que nos invade. Os aseguro que, a día de hoy, nos hará sacar el niño interior más aventurero que teníamos guardado. Y es que… ¿quién no quiere una alfombra mágica para volar por el cielo? ¿Y un genio que te conceda tres deseos? ¿Y un tigre y un mono geniales como fieles amigos y acompañantes? En mi caso, cada vez que veo la película (que no son pocas) me lleno de buen rollo, de buen humor y con una energía renovada. Y vosotros… ¿qué tres deseos pediríais si os topaseis con un genio azul y mágico?
(9 / 10)
Estoy muy contenta y alucinada de cómo han mejorado la película 2019. Para mi la mejor película de Disney.. Will Smit Lo ha clavado Y hizo la película más divertida .. mi hija quedó alucinada y yo también. Solo dos palabras :: es alucinante .❤️
Llevamos una tralla muy grande de películas de imagen real de Disney: El libro de la selva, El rey león, La Bella y la Bestia, Cenicienta, la reciente Dumbo…¡y vienen en camino Mulán y La Sirenita! sin embargo me gusta pensar que llevamos muy dentro las películas de nuestra infancia; Aladdín de dibujos animados siempre será especial para mí. Un saludo y gracias por comentar.