Agridulce, más agrio que dulce eso sí, fue el sabor de boca que me dejó hace ya unos años Prometheus, la tan esperada secuela de la franquicia Aliens dirigida por el maestro Ridley Scott. No es que considere que Prometheus sea una mala película simplemente porque apenas hay Aliens, siendo ésta una parte de la saga, ni mucho menos. Es más el hecho de que la cinta caía en incongruencias tantas veces y de manera tan descarada que rompían toda la atmósfera que el despampanante despliegue técnico y artístico conseguía crear.
Quizá por eso todos esperábamos que después de la fría recepción de Prometheus por parte de crítica y público el bueno de Ridley se fuese a buscar pastos más verdes, pero nada más lejos de la realidad; el señor Scott salió al paso afirmando que había nada menos que 3 películas más en camino de la franquicia Alien, una de ellas, Alien Covenant (2017), la que hoy nos ocupa, secuela directa de Prometheus.
Supongo que cuando uno acaba un trabajo de semejante magnitud como es el hecho de dirigir un film multimillonario, lo mínimo que debe hacer es recoger feedback y hacer retrospectiva, preguntarse a sí mismo y a los demás en qué se ha fallado y en qué se ha acertado, para al menos no cometer los mismos errores.
Pero Alien Covenant vuelve a tropezar con la misma piedra.
Alien Covenant cae en el error de lo obvio, de lo inverosímil e incluso de lo ridículo, no muchas veces, pero sí las suficientes como para llevar el film a lo mediocre, cuando el potencial para haber sido una gran película estaba ahí.
Es, en general, una cinta de ritmo lento, con un buen tempo, que se toma sus minutos para desarrollar sus temas y que trata muy bien las atmósferas, los silencios, la tensión y la incertidumbre, es, en potencia, una obra maestra de la ciencia ficción, del terror, y de la acción, pero en la práctica no es mucho mejor que aquella muy olvidable Alien Resurrection.
Alien Covenant falla como película de ciencia ficción exactamente por lo mismo por lo que fallaba Prometheus; planeta hostil e inexplorado lleno de humanos imbéciles que no toman absolutamente ninguna medida de seguridad. Es como si en el libro de La Guerra De Los Mundos nosotros fuésemos los invasores. Mucho rifle, mucha parafernalia técnica, pero ni siquiera se toma la simple precaución de evitar el contacto con la vida alienígena. Basta decir que al final la cosa acaba como el rosario de la Aurora por no utilizar unas simples máscaras, cosa que cualquier, ya no sólo científico, sino persona con dos dedos de frente habría hecho.
El film falla también como película de terror, no solo porque la figura del Alien está ya más que vista, sino porque las escenas de tensión son pocas, breves y centradas más en la casquería que en el terror, la anticipación y el juego con los tiempos que tan famosa hicieron a la película original.
Finalmente cono cinta de acción tampoco va a ningún sitio, y creedme que lo intenta, hasta tenemos coreografía de lucha cuerpo a cuerpo, pero sencillamente no funciona. Las escenas de acción grandes se sienten demasiado descontextualizadas, funcionando éstas sólo en pequeñas dosis.
Y sin embargo Alien Covenant funciona como historia, lo que nos tiene que contar es interesante, es intrigante y esconde grandes secretos. Sin embargo parece que Alien Covenant se esfuerza demasiado en ser cosas que en realidad no es. Se esfuerza en ser una película de acción, de terror y de suspense cuando lo que quiere ser es un film de ciencia ficción en el que se nos narra el origen de nuestra civilización, el origen de los xenomorfos y una serie de arcos argumentales con un buen potencial, que por desgracia quedan sepultados bajo una tormenta de ingredientes que estropean el sabor.
En cuanto a los actores, se le ha dado mucho bombo al papel de Katherine Waterston como Daniels, quizá porque tradicionalmente todas las películas de Aliens han contado con una mujer como protagonista, pero en realidad la voz cantante del film sigue siendo la de Michael Fassbender, que carga con todo el peso dramático de la cinta. Hay otros actores por ahí, como Danny McBride (Tennessee), Noomi Rapace que hace un par de muy fugaces apariciones como Elizabeth Shaw, y un montón de otros actores de segunda o tercera fila que están ahí básicamente para ser carne de cañón, que en este tipo de películas ya se sabe que es necesaria.
En definitiva, y por muchas ganas que tenía de que no fuese así, no me ha gustado Alien Covenant como película, pero su historia me ha intrigado, me he quedado con ganas de saber más de eso que quería contarnos, de su universo, de sus misteriosas razas y de sus mundos alienígenas. Por desgracia Alien Covenant estaba mucho más interesada en ser una más del montón, quizá por miedo a destacar, con todo lo que eso conlleva, quizá porque quería guiñarle el ojo a todo tipo de públicos, no lo sé.
Solo sé que al final Alien Covenant es un film que se queda mucho más justito de lo que debería, es una gran historia llena de lastres en forma de secuelas y precuelas, es el hermano mediano al que nadie le hace caso y que se esfuerza en llamar la atención a toda costa, siendo inconsciente de sus propias virtudes e intentando destacar ahí donde sus hermanos son mejores.
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