BLACK PANTHER: genérica, sí, pero con estilo.

Empieza un nuevo año y, con él, una nueva retahila de películas de superhéroes. Parece que no hemos tardado en acostumbrarnos a esta dinámica y, sin embargo, al género aún le queda mucho camino por recorrer si quiere convertirse en algo más que una sucesión de blockbusters cargados de sopapos y explosiones que, hoy por hoy, parecen reglamentarios en este tipo de películas.

Y es que Black  Panther (2018) no es otra cosa que el enésimo intento de la factoría Marvel por introducir a un nuevo personaje prácticamente desconocido en su dinámico universo cinematográfico (o UCM), presentando además, y por primera vez, su historia individual ante el gran público y sentando las bases de las más que posibles secuelas que llegarán en el futuro.

Esta vez el trabajo ya estaba medio hecho, el personaje ya se dio a conocer brevemente en la exitosa Capitán América: Civil War y, si bien ya en dicha película contaba con un más que generoso tiempo en pantalla, Black Panther era aún una página en blanco sobre la que escribir cualquier tipo de historia que el guionista o director de turno considerase oportuno.

Es por eso que, a pesar de que creo que se puede decir que Black Panther cumple sobradamente en cuanto a ofrecer una película de superhéroes se refiere, no puedo evitar sentirme decepcionado ante la oportunidad perdida y ante el hecho de que, al final del día, no sea más que otra película de superhéroes.

Pero mejor vayamos por partes; Black Panther arranca con una buena dosis de exposición argumental de las de toda la vida en las que un narrador muy majo nos cuenta muy por encima los pormenores de la cultura y política wakandianas.

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Como rey, T`Challa tendrá que enfrentarse a decisiones difíciles por el bien de su pueblo.

Wakanda es, por si no lo sabéis, un estado ficticio situado en el África ecuatorial que, cosas de la vida, se encuentra asentada sobre unas gigantescas reservas de Vibranium, el metal (también ficticio) más duro del planeta y con el que, entre otras cosas, se forjó el escudo del Capitán América y otro montón de super-cachivaches de lo más pintorescos.

El Vibranium, que se encuadra dentro de ese amplio grupo de materiales científico-mágicos que parece que sirvan para todo, supone un recurso tan valioso para Wakanda que la nación decide ocultarse del mundo y “proteger” el metal de las avariciosas manos de los malintencionados extranjeros que intentan cruzar sus fronteras, apartándose por completo del panorama político internacional y manteniendo a cambio una utopía tecnológica en la que el Vibranium ha servido para mejorar cada pequeño aspecto de la vida diaria de los wakandianos.

Esto, por supuesto, cambiará con la llegada al poder del joven T’Challa (Chadwick Boseman), heredero del trono de Wakanda y del manto del Black Panther, y que parece decidido a cuestionar las tradiciones y costumbres de su pueblo en nombre del bien mayor.

Black Panther no se atreve a tocar temas controvertidos

Uno podría pensar que, con un argumento así, estaríamos ante una película que trataría los pormenores a los que se enfrentaría T’Challa como gobernante de la nación tecnológicamente más avanzada del mundo, algo que habría dado mucho juego y que podría haber dado pie a temas como el enfrentamiento entre tradición y una visión del mundo más amplia y contemporánea.

Por supuesto Black Panther pasa olímpicamente de todo esto y, si bien se atreve a plantear de forma muy light algunas de las cuestiones que cabría esperar de una película protagonizada por el dirigente de un país como Wakanda, en general estamos ante una película de superhéroes de manual: simplona, predecible, con sus correspondientes giros de guion y villano de turno (con plan maligno incluido), y que solo consigue salvarse de la mediocridad más absoluta gracias a un par de detalles bien planteados que consiguen aportarle algo de personalidad y que logran diferenciarla (por los pelos) del resto de cintas de Marvel, con las que, por cierto, no guarda demasiada relación más allá de un par de referencias muy concretas.

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Podemos encontrar muchos detalles de la cultura africana presentes en la película.

Y es que donde Strange tenía sus psicodélicos efectos especiales y Guardianes de la Galaxia su efectivo sentido del humor, Black Panther opta por adoptar una gran cantidad de elementos de la cultura negra, como el hip-hop, para conseguir aportar algo de personalidad y estilo a la película, que esta llena de temas de rap, saludos entre colegas y gestos “guays” con las manos y que, si bien resulta ligeramente estereotipada en algunas situaciones muy concretas y nunca llega a molar tanto como Luke Cage, hace un buen trabajo a la hora de utilizar todos estos elementos en su favor y ofrecer una historia que puede que no se desmarque demasiado de lo que han hecho otras películas del género, pero al menos lo hace con estilo.

La cinta cuenta, además, con la ventaja de tener un ritmo excelente que nunca aburre y que sabe cuándo ofrecer acción y cuándo dar un respiro al espectador, resultando una película muy entretenida y amena y que no presenta los problemas que se estaban empezando a notar en otras películas de superhéroes.

Por no mencionar la ausencia casi total de humor y chistes constantes, tan característicos de casi todas las cintas de Marvel y que, por suerte, han sabido mantener al mínimo en esta ocasión, no rompiendo ni estropeando momentos importantes y aportando algo de seriedad a la película.

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Como villano, Killmonger está a la altura y no le va a poner las cosas fáciles al nuevo rey de Wakanda.

En cuanto a los personajes, en esta ocasiones contamos con un protagonista (Chadwick Boseman) que resulta algo sosete y que no cuenta con el carisma y personalidad suficientes como para que su personaje llegue a importarnos verdaderamente, alejándose del Black Panther movido por la venganza que vimos en la Civil War de los Russo y que en esta ocasión y pese a no hacer un mal trabajo interpretativo, no está a la altura de lo que cabría esperar de un protagonista del UCM.

El que paradójicamente sí resulta más interesante y carismático es Killmonger (Michael B. Jordan), villano del film y némesis de Black Panther que, rompiendo con la tradición del UCM, cuenta con una motivación relativamente creíble para hacer lo que hace y que, junto al divertido Ulysses Klaue (Andy Serkins), ofrece un desafío más que digno al no-tan-interesante rey T’Challa.

También merece la pena mencionar la estupenda interpretación de Letitia Wright en el papel de Shuri y a un Martin Freeman que, si bien resulta correcto, apenas tiene peso en la trama y la mayor parte del tiempo parece estar ahí de adorno.

Aquello que Marvel siempre hace bien

El apartado técnico se encuentra, como cabría esperar, a un gran nivel, contando la película con efectos especiales realmente logrados y renunciando a la paleta de colores grises que dominaba las películas de Marvel en sus inicios para sustituirla por una más colorida y apropiada para el personaje y su contexto. Destaca también el uso del color en algunas escenas de acción que, gracias a un particular mecanismo del traje de Black Panther, consigue aportar algo de variedad al apartado visual de la cinta.

Así, Black Panther se perfila como una película más salida de los engranajes de la siempre ocupada factoría Marvel. Un producto sin alma ni intención de tenerla que se las apaña para ofrecer ciertos elementos distintivos en su planteamiento y que mantiene los excelentísimos niveles de producción a los que nos tiene acostumbrados la casa de las ideas. Una cinta sencilla y entretenida que gustará a los que busquen precisamente eso pero que dejara con ganas de más a los que, como yo, crean que los superhéroes pueden dar mucho más de sí.[amazon_link asins=’B079VKDD2P,B079VW3FSW,B01MQRJ67Y,B0779C5VSV,B0721JXFRV,B01A7H84WG’ template=’ProductCarousel’ store=’generacionfri-21′ marketplace=’ES’ link_id=’ec2b9548-161a-11e8-9a29-114890c2f383′]

Black Panther

6.8

NOTA

6.8/10

Destaca en:

  • Resulta una película muy entretenida con un ritmo tan ágil como apropiado
  • Killmonger y Ulises Klaw funcionan a la perfección como villanos del film
  • Es respetuosa con los orígenes del personaje
  • El uso de ciertos elementos de la cultura negra
  • Visualmente excelente

Podría mejorar:

  • El protagonista no resulta tan carismático como debería
  • Llena de clichés y situaciones predecibles
  • No consigue desarrollar sus ideas tanto como pretende

About Mr. Thanos

Mr. Thanos nació con un sable láser en una mano y el guantelete del infinito en la otra, adora el cine, los libros, comics , videojuegos, mangas y animes, si son gore mejor. Es recomendable no darle de comer a partir de las 12

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