Es inquietante ver cómo han cambiado las cosas en el mundo del cine en una década, cuando todavía había espacio en el cine de acción y aventuras para más cosas que Marvel y grandes franquicias con secuelas, precuelas y spin offs. Y es que, sin lapidar este tipo de films, ya que también tienen sus buenas y buenísimas películas, hay ciertamente un sentimiento de sobresaturación y hastío.
Por eso, ver una película nueva, completamente original, que no pertenece a ninguna de las sagas de marras y que encima atesore cierta calidad resulta hoy en día un increíble soplo de aire fresco. Bullet Train (2022) es el perfecto ejemplo de a qué me refiero.
Bullet Train es la última peli de David Leitch, director de las dos cintas de Deadpool, y de John Wick (la primera), lo que ya de antemano presagiaba cosas buenas (aunque también ha dirigido una peli de Fast & Furious…) y que adapta de una manera bastante libre la novela Maria Beetle (Kotaro Isaka), manteniendo, eso sí, las claves que popularizaron la novela, así como su ambientación a bordo de un Shinkansen (tren bala japonés) que cruza el país.
5 asesinos, un maletín y muchas referencias
El argumento de la cinta pone a cinco asesinos a bordo de un tren, centrándose la trama en “Mariquita” (Brad Pitt) pero sin olvidarse de todos los demás, convirtiéndose en una película muy coral en la que todos los personajes son protagonistas en diferentes momentos del film. El objetivo es un misterioso maletín que cada uno persigue por uno u otro motivo; por desgracia no puedo revelar más sin entrar en spoilers, y creedme, merece la pena llegar “virgen” a Bullet Train.
Lo que sí puedo adelantar es que el ritmo de Bullet Train es frenético, su montaje es estupendo y la cinta nos lleva de la mano en una atropellada sucesión de acontecimientos que no para desde el primer minuto, con giros muy interesantes y un desarrollo de personajes que, para las dos horas que dura la cinta, está estupendamente bien llevado. Es sencillamente encomiable como David Leitch dirige su película de tal manera que un argumento a priori complicado, con tantos personajes y una trama que no para de enredarse y girar, resulta no sólo sencilla de seguir, sino también trepidante y divertida, me atrevería a decir que divertidísima a ratos.
Pero es importante, cuando hablamos de Bullet Train, que mencionemos al elefante en la habitación: Las referencias. Y es que Bullet Train se nutre del cine de Tarantino, John Romero y otros gurús del cine para acabar dotando a la película de un sabor muy especial, que aún con sus más que evidentes referencias, la mezcla de estas finaliza con un sabor a algo nuevo y ciertamente refrescante.
Podemos ver un poquito de Kill Bill en como la cinta se acerca a algunos elementos culturales y personajes, también es imposible no notar cierto homenaje a los protagonistas de Pulp Fiction en “Mandarina y Limón” dos asesinos a los que les sobra el carisma. Y aunque las referencias y guiños al final constituyen una larga lista, la cinta no hipoteca su calidad al efecto guiño o nostalgia (Jurassic World y Ready player One, os estoy mirando a vosotras), sino que es un elemento más que enriquece y da volumen a una cinta que, si por algo destaca, es por su personalidad.
Un Japón muy occidentalizado
Cualquiera que haya visitado el país del sol naciente en seguida notará las evidentes libertades que Bullet Train se toma a la hora de representar el país, con un evidente exceso de Neón y un Kyoto a los pies de un escandalosamente sobredimensionado monte Fuji. Que sí, que aquí de lo que se trata es de idealizar la belleza onírica del país, pero resulta tan exagerado que ofende, es como si apareciese la Sagrada Familia en una peli y fuese del tamaño del Empire State Building.
Lo que sí está mucho más acertado es el interior del Shinkansen y cómo este tiene repartidas sus instalaciones (aunque es un tren, no es que haya mucho margen) y, aun así, el film también se toma sus licencias con esto cuando hace falta.
Tampoco termina de sentar bien la occidentalización del reparto (Joey King, Aaron Taylor-Johnson, Brian Tyree Henry, Zazie Beetz… y cameos de Sandra Bullock, Channing Tatum, Ryan Reynolds), demasiada variedad étnica y cultural en una cinta donde casi todo el mundo debería de ser japonés. Supongo que la inclusión en el cine no ofende cuando se hace a la inversa, pero uno entiende que, si en la novela la mayoría de personajes son japoneses, poner a un afroamericano a interpretar a un japonés no es lo suyo, pero eso es otro tema en el que no vamos a entrar. La buena noticia es que los actores están bien en sus papeles y el reparto es sin duda acertado (y si, sale Bad Bunny, pero tranquilos, pese a todo no arruina la peli).
Para ir acabando, he de decir que Bullet Train se ha convertido, junto con Top Gun Maverick, en mi sorpresa del año; una de esas pelis que no te esperas y que ahora no puedo parar de recomendar a todo el mundo, un entretenimiento de primer nivel que, si bien no va a cambiarte la vida, sí que va a hacerte pasar un estupendo rato a bordo de un tren bala que nos recuerda que en el cine de acción se siguen pudiendo hacer grandes películas fuera del imperio Disney.
Bullet Train
Destaca en:
- Entretenimiento de primer nivel.
- Un ritmo trepidante que no te permite ni un respiro.
- Personajes interesantes y bien desarrollados.
- Un reparto acertado…
Podría mejorar:
- …aunque totalmente occidentalizado.
- Una muy muy libre interpretación de Japón.
- Dejemos a los “cantantes” cantando y a los actores actuando, gracias.
Si no recuerdo mal, el humor me recuerda al de Snatch: cerdos y diamantes y la verdad es que me pareció divertido y original pese a lo sencillo. Destacar punto gore y como consiguen entremezclar todos los personajes entre sí.
Pues sí, entiendo que el humor te recuerde a Snatch. Además, ambos tienen un ritmo narrativo similar y eso también ayuda. Gracias por opinar 🙂