Si algo no teníamos claro cuando fuimos a ver Cenicienta es si Kenneth Branagh haría su propia adaptación de la Cenicienta de 1950 o si mantendría toda la idea original y nos encontraríamos sencillamente con una película de imagen real calco total de la de dibujos animados de Disney.
La primera noticia a daros es que ni lo uno, ni lo otro. Cierto que la esencia se mantiene. Tenemos animales parlantes, magia, hada madrina (una inusualmente de blanco Helena Bonham Carter…ex del director, ejem), encuentro fugaz con amor a primera vista, final feliz y madrastra malvada; pero Kenneth Branagh no sería él mismo si no hubiera metido de su cosecha lo necesario para hacer de la Cenicienta el éxito que está siendo ahora mismo. Y es que Disney siempre ha hecho películas para niños, y una adaptación de imagen real tiene que ofrecer algo también a los adultos. No se trata de cambiar a un superhéroe con películas ligeras como Batman y hacer remakes más oscuros, profundos y adultos; sino de hacer que tanto mayores como pequeños se enganchen a la película.
Este gran problema es difícil de solucionar. Sólo había que mirar alrededor en el cine para descubrir quién era el público objetivo de la peli (padres con hijos, chicas adolescentes, parejas – él obligado seguro – y parejas gays; todo cierto, os lo aseguro). Así que el resultado podía ser bastante cursi. Sobre todo, porque el director no quería cambiar la esencia de la protagonista del cuento, y Cenicienta a día de hoy tiene un rol que se considera “pasado de moda” (por no decir machista), y que hoy en día no funciona.
Kenneth Branagh lo soluciona con un toque magistral. Presenta la película desde el comienzo, no cuando ya la protagonista se llama Cenicienta (que en este film se llama Ella), sino desde que es un bebé hasta que es una mujer, mostrando diferentes momentos de su vida, ahondando en su carácter bueno y apacible, y en las enseñanzas que recibe de sus padres. Es precisamente la madre (Hayley Atwell) quién le transmite el precepto que ella promete conservar para siempre “Sé generosa y ten valor”, la cual le produce más problemas que beneficios, pero que explica el por qué Ella (Lily James) no abandona la casa de sus padres, ni da por perdidas a su madrastra (una soberbia Cate Blanchett) y a sus hermanastras Anastasia (Holliday Grainger) y Drizella (Sophie McShera). A día de hoy sería incomprensible tal apatía en una mujer hecha y derecha el estar aguantando lo que Ella aguanta.
Esta adaptación también responde a las dudas más comunes cuando a día de hoy visionamos el clásico de Disney, que suelen tener que ver con esas cosas lógicas que la magia tampoco explicó en su momento, como por ejemplo ¿Por qué no reconocieron en el baile a Ella la madrastra y sus hijas?.
Una de las cosas que menos nos han gustado ha sido la exclusión de las canciones. No decimos que tenga que tener tanta importancia como en Into the woods, y tampoco es porque seamos unos apasionados de los musicales, que lo somos; es simplemente que esperábamos, ya que intenta ser fiel a los dibujos animados, encontrarnos con un musical.
Es cierto que, para suplir la falta de canciones, han profundizado en los diálogos (ahí sí que se nota el toque Branagh, y si no, recordar sus adaptaciones de Hamlet o Mucho ruido y pocas nueces), y sobre todo se han centrado en los del príncipe, interpretado por Richard Madden, que ya tiene experiencia en el tema con Juego de Tronos, ¿verdad?; dándole más protagonismo. De alguna manera, era la forma de decir: no, no es un tipo que sólo se ha encaprichado de una chica bonita. Y eso nos presenta personajes ricos en matices.
Lo que sí esperábamos, toque otra vez del director, es ese dramatismo que impregna muchas de las escenas principales, y que aleja esta versión del clásico de Disney. Hay que alabar la buena dirección, el gran diseño de producción, la fotografía, decorados (obra de Dante Ferreti) y el impresionante vestuario que Generación Friki pudo ver en directo, mucho el resultado del trabajo de Sandy Powell. Todo acompaña fluidamente de manera que no resulta exagerado el uso de los efectos especiales, como sí pasó en Maléfica, con la que Disney no acabó de acertar el año pasado.
Pero, ¿qué ha ofrecido finalmente Cenicienta?
Vais a encontrar una película para todos los públicos pero que sólo gustará a aquellos quienes gozaran con la Cenicienta original. Pese a todos sus arreglos, los momentos divertidos, los momentos tensos, los bailes y la fastuosidad de algunas escenas, no deja de ser una peli para niñas que se queda en eso, una buena adaptación. No se ha conseguido demostrar nada, es más, la cintura de avispa de Ella, unida a los intentos de las hermanastras por embutirse en sus corsés sólo consiguen eso que se lleva tanto tiempo intentando evitar: estereotipos de chicas delgadas, belleza que sólo se consigue si estás anoréxica. Si hubieran puesto a las hermanastras intentando estar mega delgadas, y luego a Ella seduciendo a su príncipe con una talla absolutamente normal, se habría conseguido ese efecto de “he conseguido el amor verdadero porque soy buena, soy bondadosa y, repitiendo las palabras, “generosa” y “con valor”. Vamos, centrándonos en el interior. (¿Hemos olvidado Frozen y su mensaje?) O por lo menos, demostrar, poniéndonos auténticos pibones en el baile, que Ella es tan sexy como las demás…pero que cautiva además y sobre todo por su interior. Menuda moraleja que damos a los espectadores.
(6,5 / 10)
Tengo ganas de verla, aunque creo que va a ser más una peli para “pasar el rato” que otra cosa. Por tus comentarios me parece que es una mezcla entre Cenicienta y Ella encantada. Por lo menos parece, por lo que comentas que no es tan mala como la de Maléfica, que me decepcionó bastante, la verdad.
Un clásico es un clásico!! Es muy bella la actriz pero me hubiese gustado otra con mejor carisma para esta gran historia. La Cenicienta ( les cuelgo los horarios de las próximas transmisiones http://www.hbomax.tv/movies) la última adaptación de un clásico Disney con actores de carne y hueso es una obra preciosista que merece que la veamos. Sólo por su dirección artística, sus decorados y su maravilloso vestuario creado por Sandy Powell ya vale la pena invertir en esta pequeña joya que, a pesar de ser bastante fiel a la versión animada de 1950, incluye varios giros para hacerla atractiva para el público del 2015, además, no me dejaran mentir; las más grandes volverán a sentir la magia que cuando pequeñas les hizo pasar esta clásica y maravillosa historia que todos conocemos.
Gracias por esta apasionada respuesta y por tu pequeña crítica de la película. Desde luego, en cuanto a vestuario se refiere, estamos deseando ver a Sandy Powell de nuevo en acción.