Muy pocas sorpresas tenia Chappie para mí después de ver el trailer, y es que el nuevo film de Neill Blomkamp es todo lo que su trailer te promete: un robot con una inteligencia artificial que aprende anda suelto, acaba en las manos incorrectas y sus dueños lo utilizan para hacer el mal aprovechándose de que la juvenil IA del robot no termina de discernir lo correcto de lo incorrecto. ¿Os suena? Claro, es el argumento de Cortocircuito 2, un clásico del cine familiar de 1988.
Vale, hoy en día en términos de cine y de contar historias ya está todo inventado, por ejemplo Avatar es Pocahontas y aquí nadie dice nada. Y es que en el cine contemporáneo, donde ya se ha hecho prácticamente de todo, hay que fijarse más en el “cómo” se cuenta, que en el “qué” se cuenta; pues bueno, aquí Chappie acierta más.
Volvemos al gueto
¿Qué tendrá Neill Blomkamp en la cabeza para que sus 3 films estén tan estrechamente relacionados con la sociedad marginal y la pobreza extrema? No tengo ni idea, solo sé que me encanta esa mezcla tan suya de “chabola llena de mierda con una nevera vacía a la derecha y tecnología reciclada de impulsos cuánticos a la izquierda”; es un contraste tan extraño que de alguna manera funciona. Neill en sus películas siempre nos habla de un futuro en el que la pirámide de las necesidades de Maslow se invierte, y es más fácil tener un robot que agua potable. Puede parecer contradictorio, pero es divertido porque es cierto, una predicción de futuro nada descabellada, como ya vimos en Interstellar.
Y es que Chappie guarda mas similitudes con Distrito 9 que con Elysium, incluso técnicamente, donde podemos encontrar cierto paralelismo entre los robots policía de Chappie y los bichos de Distrito 9. También en lo técnico Neill Blomkamp le imprime a Chappie un sello muy personal, con ese tufillo a documental en sus primeros minutos y unas escenas bien grabadas que consiguen que todo cobre una fluidez y una naturalidad que se agradecen mucho, con muchos planos generales y una ilustración muy clara del universo en el que se desarrolla su historia.
Personajes singulares
Pero pasemos a lo que importa, ¿mola la peli?, pues sí, y no. La premisa, como decía al principio de la reseña, no es nueva en absoluto, pero sí lo es la manera en la que Blomkamp muestra y desarrolla sus personajes. Empezando por su curioso reparto, con Dev Patel (el tío de Slumdog Millionaire y Lion), Sigourney Weaver (la amamos todos por las dos primeras de Alien y la odiamos por las dos siguientes), Lobezno Hugh Jackman y el prota de Distrito 9 y Elysium, Sharlto Copley, haciendo de Chappie. Los “malos” de la peli son Yolandi y Ninja, que en la realidad se llaman… pues eso, Yolandi y Ninja, los dos viven en Johannesburgo y son pareja, igual que en la película. Sólo que en la vida real ella es componente de un grupo musical llamado Die Antwoord, que en ciertos círculos es bastante conocido.
Una mezcla extraña de personajes que funciona, Chappie nunca llega a dejar claro del todo quién es el protagonista de la historia y eso no me disgusta en absoluto, ya que facilita que nos podamos sentir identificados con un abanico más grande de personajes, sin tener que sentirnos obligados a ponernos en la piel del protagonista.
Mas frío me ha dejado que lo más interesante del film, todos esos temas geniales que toca como el alma, la muerte o el mismísimo sentido del “yo”, lo hace solo por encima, rascando la superficie de algo que podría haber encumbrado a la película hasta lo más alto. Pero Chappie se ha conformado con ser una peli de pseudo sci-fi ligerita y con filosofía de baratillo, un paseo de puntillas por temas complejos y después volvemos a los disparos, no sea que le fundamos los circuitos a algún espectador.
Más ciencia-magia-ficción
Y es que para terminar de hacer mediocre lo que podría haber sido fantástico, en el último tercio de la película Blomkamp empieza a sacarse de la manga artilugios mágicos de tecnología imposible para poder dar cierre y conclusión a una obra que podía haber prescindido perfectamente de todos esos artefactos y de su insatisfactorio final. Neill se podría haber arriesgado a ofrecernos lo que nos quería ofrecer y no a quedarse a medio camino entre una verdadera obra de autor como fue Distrito 9 y un film palomitero de conclusión fácil.
Chappie es una película entretenida, con momentos brillantes y todos los ingredientes para ser un gran film, pero mezclados en una proporción completamente incorrecta. Muy probablemente pasaréis 120 minutos entretenidos, pero a mí personalmente se me está cayendo el mito con cada peli que Neill dirige. Y es que tiene toda la pinta de que dentro de 20 años en los carteles de las futuras pelis que dirija seguiremos leyendo: “del director de Distrito 9″.
(6 / 10)
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