Cuando las películas de ciencia ficción tienen tanto tiempo y solera como Cocoon, un clásico del año 1985, hay pocas anécdotas que se puedan contar sobre ella que no conozca ya todo el mundo. Ese “¿Sabías que…?” que impregnaba a películas estilo E.T. o Los Goonies y que hacían más entrañable el siguiente visionado, no son mi pretensión con este análisis.
Cocoon es una fantástica película que, en la prolífica década de los 80 pasó casi desapercibida al lado de obras incombustibles como Blade Runner, Cortocircuito, Superman o E.T. Una época en la que todos recordamos películas famosísimas como Los Critters, WarGames o, como no, Star Wars y, quizás por todos estos pesos pesados de la ciencia ficción (y la fantasía) Cocoon, que, ojo, ganó dos Óscars ese año (Mejor Actor de Reparto y Mejores Efectos Visuales), acabó no siendo la favorita de nadie y no estando en las listas de las más renombradas 36 años después de su estreno.
Tampoco ayuda nada ese nombre que tiene el film (aclaro, no sólo es fonéticamente extraño, es que cocoon significa capullo, pero está basada en una novela del mismo nombre y así se quedó). Cocoon se supone que es el nombre de unos recipientes biológicos en los que se encuentran en estasis unos extraterrestres. La historia cuenta cómo un grupo de jubilados encuentran estos caparazones sumergidos en la piscina de la casa vecina a su residencia y cómo los poderes curativos del agua les afectan. El resultado es algo más parecido a una comedia francesa muy simpática que a una terrorífica película de misterio y efectos especiales. Este detalle, más que echarme para atrás, aumentó mi interés por el film y hoy me señala el camino de este análisis: la narración de historias sencillas que dan como resultado grandes obras del género. Y la amistad de un grupo de vejestorios que se cuelan en la casa del vecino da para más de lo que parece.
Por regla general, en esta década que vivimos, las películas de ciencia ficción son más ambiciosas técnicamente hablando, olvidándose de que este género se caracterizaba por aprovechar la ciencia ficción para contar otras historias más íntimas o hacer crítica de alguna situación actual. Sin embargo, Cocoon tiene un reparto de veteranos actores, por un lado, los ancianos (Wilford Brimley, Hume Cronyn, el oscarizado Don Ameche, Jack Gilford, Jessica Tandy, Maureen Stapleton y Gwen Verdon) y el resto, los famosos Brian Dennehy y Steve Guttenberg que humanizan el relato dejando de lado el hecho de que se trate de una película de Sci-Fi. Y eso la hace maravillosa porque, ¿cuántas veces hemos visto una película de extraterrestres que hable del miedo a la enfermedad, la vejez y la muerte?
¿Quién no tiene miedo a la muerte?
Con este reparto coral, el director Ron Howard (en su momento casi desconocido, pero es la razón de que a día de hoy Cocoon se siga recordando) tiene la excusa perfecta para hablarnos de lo difícil que es hacerse viejo, de las cosas importantes que uno atesora a esa edad, de las lecciones importantes que nos llevamos de la vida y del deseo de inmortalidad, que tanto arrastramos los seres humanos desde que vimos que nacer conllevaba morir. Una manera indirecta que tiene el film de decirnos “¿Y si te dieran otra oportunidad?”.
Así que, en realidad, enmarcada bajo ese prisma de ciencia ficción que tanto gustaba en la época de los ’80, Cocoon quiere contarnos una historia sobre la sabiduría de la vejez y el valor de la amistad. Si nos ponemos un poco cínicos, también es la historia de cómo es complicado envejecer con dignidad y cómo un cuerpo sano te devuelve la alegría de vivir, pero la candidez con la que se presenta la historia, los buenos ratos divertidos que te hace pasar y la química entre los personajes te hacen olvidar que muchos de nosotros mataríamos por mejorar nuestros cuerpos y obtener una calidad de vida mayor.
Y esta idea que te ronda toda la película en torno a la calidad de vida es lo que hace que Cocoon también nos resulte un poco una crítica social a la situación de los ancianos en las residencias. La película es muy amable en este sentido al mostrarnos un entorno paradisíaco, matrimonios completos viviendo juntos a pesar de que la edad puede ya ir retirando a alguno del juego y una ficción en las residencias que, desgraciadamente, dista bastante de la realidad que muchos conocemos con nuestros mayores.
E.T. y su concepto de amistad y En el estanque dorado con el amor en la vejez dan como resultado #Cocoon. Clic para tuitearNo obstante, es una película de 1985 con todo ese encanto y amabilidad que impregnaba películas como la maravillosa En el estanque dorado; posiblemente, si mezclas esta con E.T. el resultado sea Cocoon. No hace falta grandes alardes en materia de efectos especiales, no hace falta un dramatismo exagerado. Simplemente un puñado de ancianos interpretando con maestría un guion redondo. Y eso es lo que la hace atemporal. Es familiar, es cercana, es tremendamente humana y quizás por eso Cocoon no envejecerá jamás.
Cocoon
Destaca en:
- Guion e interpretaciones sólidas.
- Envejece estupendamente.
- Una historia divertida y entrañable.
- No abusa de los efectos especiales, que son efectivos.
Podría mejorar:
- Si esperáis una película de acción, esta no lo es.
- Tiene algunos momentos clichés cuando los ancianos deciden “vivir la vida”.