DEADPOOL Y LOBEZNO: bromance entre Marvel y X-Men.

En los últimos tiempos hago muy pocas excepciones con respecto a las películas de superhéroes que visiono. Sin duda, la saga de Deadpool es una de ellas y es por dos razones básicas. Una, me da igual lo que digan los cómics de Masacre sobre el personaje, vengo a disfrutar. Dos, efectivamente, las películas del mercenario bocazas son de las pocas que a día de hoy me entretienen dentro del Universo Cinematográfico de Marvel. Hoy, analizo su película número 34: Deadpool y Lobezno (2024, Deadpool & Wolverine).

Wade Wilson (Ryan Reynolds) se ha retirado como superhéroe, pero cuando descubre que la Tierra en la que viven sus amigos va a ser eliminada de la línea temporal huye por el multiverso buscando una variante de Logan (Hugh Jackman) que le ayude a salvar su línea de tiempo.

Para aquellos que conozcan los cómics y sepan que Lobezno y Deadpool colaboran en muchas aventuras juntos este argumento no les resultará extraño. Para todos los demás, la explicación de esta extraña simbiosis está en la película, así que no incurriré en spoilers.

Unión de Marvel y X-Men

Lo que es inevitable es centrarse en las películas de Deadpool como el vehículo conductor para mezclar los dos universos. La cosa empezó en Deadpool 2, pero con la inclusión de Lobezno en esta película ya no hay vuelta atrás. Y no, dudo mucho que quisieran dar gusto a los fans, o que quieran explorar nuevas posibilidades narrativas. Ni siquiera la evidente sinergia entre los dos protagonistas podría ser una explicación. Básicamente, 21st Century Fox fue adquirida por Disney y Marvel Studios consiguió los derechos de personajes como X-Men o los Cuatro Fantásticos. Así que el UCM puede y se está haciendo aún más grande de lo que era.

Por mi parte, considero que será complicado encontrar un equilibrio entre la continuidad de cada universo y la inclusión de nuevos elementos, pero mi labor, aparte de quejarme en Generación Friki, es contener mis expectativas sobre el respeto a la esencia de cada personaje en particular y del universo en general.

 

Con Deadpool y Lobezno se ha conseguido llegar a un equilibrio muy satisfactorio. Logan y Wade parten de un mismo molde: antihéroes, con personalidades fuertes, solucionan todo mediante la violencia, son malencarados (por decirlo suavemente) y comparten un sentimiento de culpabilidad por las acciones del pasado. Pero se llevan fatal y siempre están buscándose las cosquillas el uno al otro. Es un “los que se pelean, se desean” de toda la vida, siendo la parte de bromance una de las más atractivas del film para mí.

Si lo pensamos, en el universo Marvel existían personajes así. El Capitán América e Iron Man siempre se hallaban enfrentados por las más variadas cuestiones y ambos detestaban las virtudes del otro. La llegada de Deadpool y Lobezno modifica los patrones tanto de Marvel (un tono más cómico, desenfadado) como los de X-Men (de una seriedad inusitada), dando como resultado un humor exagerado, negro, lleno de chascarrillos, insultos y palabrotas y llevando la violencia y la acción a su punto más gore. No digo que sea más violenta que las anteriores (de hecho, la presencia de Wolverine podría haber influido en suavizar o equilibrar escenas más violentas con momentos más emotivos), pero casi me inclino por apostar que el lenguaje explícito es aún más explícito en esta entrega.

El tema de los cameos, los easter egss, los homenajes y las referencias.

Son continuos y los hay de todo tipo y para todos los gustos. Por mucho que el director Shawn Levy dijera que no quería que fuesen el foco de la película, lo cierto es que los easter eggs, los homenajes, los cameos y las referencias están ahí y son constantes hasta un punto en el que, durante una escena cualquiera, sabremos que estamos visualizando un chiste, pero no lo pillaremos. Hay que tener un conocimiento muy grande de la vida y milagros de Ryan Reynolds, de algunos otros actores, del universo de Marvel, del de X-Men, de las portadas de los cómics originales… en fin, que a veces te parece estar viendo un capítulo de Los Simpson o de Padre de Familia en el que sabes que te estás perdiendo un chiste porque no vives en Norteamérica y desconoces su cultura “de andar por casa”.

⇒ Su pequeño papelito (cameo) para: Tyler Mane (Dientes de Sable), Aaron W. Reed (Juggernaut), Mike Waters (Blob), Nathan Fillion (Headpool), Matthew McConaughey (Cowboypool), Chris Hemsworth (Thor), Henry Cavill (Cavillrine), Dafne Keen (X-23), Jennifer Garner (Elektra), Channing Tatum (Gambito), Chris Evans (Antorcha Humana), Wesley Snipes (Blade), Jon Favreau (Happy Hogan)… la lista es infinita.

Este tema me parece controvertido hasta cierto punto. Me explico: una película de la saga Deadpool no necesitaba ni tirar de la nostalgia, ni del fan service. Es un producto palomiteramente bueno. Es divertida, con buen ritmo, ofrece acción original y enfrentamientos fantásticos entre los dos protagonistas al ritmo de la mejor música de los 80-90 del s.XX (como ya hizo, y con gran éxito, Guardianes de la Galaxia). Es cierto que, aunque lo intenta, carece de los diálogos profundos de Logan, pero, como dije antes, el equilibrio estaba en mezclar los chascarrillos obscenos de Deadpool con la mala leche de Lobezno.

Tampoco me ha convencido Cassandra Nova (Emma Corrin) la villana de turno. Es demasiado arquetípica en una película que intenta dar trasfondo a sus personajes. También han desperdiciado al personaje de Vanessa Carlysle (Morena Baccarin) como la ex novia de Wade, así como al resto de personajes que intervinieron en Deadpool 1 y 2 (Leslie Uggams, Aaron Stanford, Brianna Hildebrand…). Únicamente se salva Rob Delaney interpretando a Peter Wisdom, una especie de Alfred para un Batman.

La inclusión que más me ha interesado es la de personajes que intervinieron en la serie de Loki (sí, hay que haber visto Loki, amigos, es lo que hay) como Wunmi Mosaku, así como la aparición de todo el entramado de la Agencia de Variación Temporal. Mis dieces a la macabra escena inicial de la película.

¿Qué podemos esperar pues?

Pues más de lo mismo, que es lo que esperábamos y un poquito más. Lo primero por estar Deadpool y lo segundo por estar Lobezno. Se agradece que Disney no capara la personalidad de ninguno de los dos en pro de conseguir más audiencia (la película tiene calificación de R – Restringido). ¿Por qué es bueno? Porque estamos siguiendo la premisa de darle al público lo que quería.

Por mi parte, me hubiera gustado un guion un poco más elaborado, unos diálogos más trabajados y una catarsis menos evidente. Pero que los aspectos narrativos no fueran la prioridad de los guionistas (Ryan Reynolds, Rhett Reese y Shawn Levy) no resta para que Deadpool y Lobezno vaya a ser un éxito para todos los que busquen una película de superhéroes divertida. Y con escena post créditos, por supuesto.