Por fin había llegado el “gran día” para mí, llevaba bastante tiempo esperando el estreno de “Del Revés” (“Inside Out”, 2015). Me dio igual el calor sofocante que pudiera hacer hasta llegar al cine ni que la sesión para la que saqué las entradas fuese a las cinco (hora clave en la que los rayos del sol aprietan con más fuerza). Lo único que importaba era sentarme en la butaca del cine y disfrutar de la película que tanto ansiaba ver después de todo.
Con “Del Revés”, Disney-Pixar se suma al mundo de la Inteligencia y Educación Emocional apostando fuerte con una cinta de animación en la que las emociones y la mente de una casi adolescente son las protagonistas. Riley es una niña aparentemente alegre, cariñosa, divertida, amiga de sus amigos y apasionada del hokey; pero cuando sus padres se tienen que mudar a San Francisco por cuestiones laborales, su estado anímico y personalidad se verán afectados por actitudes y sentimientos tan nuevos para ella como para sus padres.
¿Pero qué hace que Riley sea ella misma? ¿Qué puede haber dentro de su cabeza? Nada más y nada menos que las emociones primarias: alegría, asco, miedo, ira y tristeza. Junto a ellas también se encuentran los recuerdos (que por cierto, son de todo tipo: esenciales, lejanos, a corto plazo…), la imaginación, las islas de la personalidad (la familia, la amistad, la sinceridad, la que a mí me hizo más gracia: isla payasada), y por último, las pesadillas. Digamos que todo eso es lo que hace que Riley se comporte y reaccione de diferentes maneras.
Como una mera espectadora más, cuando acabó la película asaltó una duda irónica dentro de mí: “¿Disney-Pixar quería que los niños fueran a ver su nueva cinta? “¿Eran conscientes de que el público infantil podría encontrarse en alguna de las salas donde proyectasen la película?”. Y es que aproximadamente a poco más de llevar media hora de reproducción me di cuenta que no era una película para niños sino más bien dirigida a los padres y a los adultos con el objetivo de que sean conscientes de las emociones y sentimientos que pueden tener en algún momento sus hijos o familiares. Y que gracias a todas las emociones en su conjunto se superan obstáculos y se buscan soluciones nuevas.
¿Pero vosotros creéis que un niño de seis años va a entender eso? ¿Que puede sacar algo en claro? Yo creo que no, que ellos se fijarán en las animaciones y en los colores más que en otra cosa y hacen bien, la verdad. “Del revés”, puede ser una película muy útil para preadolescentes que ya sean capaces de distinguir e identificar sus propias emociones y las de los demás y que tengan más o menos definida en cierto modo su personalidad. Si nos centramos en un público a partir de once años en adelante y sus padres, puedo decir que sí, que la cinta puede llegar a ser muy conveniente y didáctica.
En resumen, con “Del revés” vamos a encontrar una película que vale la pena tener en cuenta, pero que no es lo que esperábamos. Con escenas que para mí llegaban a sobrar en la película, incluso con momentos divertidos y graciosos (pero no en exceso) y personajes a los que se coge cariño nada más empezar la película, creo que Disney-Pixar ha dado un ligero patinaje en cuanto a quién realmente va dirigida la película. Está claro que es un film entretenido y que muestra las emociones como algo muy importante en el desarrollo íntegro de las personas, no obstante, desde mi humilde opinión queda a años luz de ser una película infantil.
(7,7 / 10)
Desde luego, el trailer se sabe vender, disfrutarlo:
Yo tengo 27 años y me ha encantado la película. Y cuando pensé en como se la tomaría un niño, pensé que igual como cuando yo era pequeño y veía “Erase una vez el cuerpo humano”. No entendía del mismo modo que un adulto, pero me ayudó a entender cosas y a sentar unas bases a posteriori. Para mi, un 10 de película.