Muchas cosas me vienen a la mente mientras salgo de la sala de cine camino de la primera parada obligatoria: el baño. “El corredor del laberinto: las pruebas” tenía todas las papeletas de ser la típica película palomitera de aventuras en la que habría algo que me sorprendería para que así yo pudiera decir “oh, vaya, pues sí que tiene justificado su éxito”. Pero no ha sido así. El film es un pastiche de clichés en el que parece que tienen cabida todas las ideas que están de moda: un mundo fantástico y distópico, personajes planos y arquetípicos, efectos especiales decentes, infectados y, cómo podría ser de otra forma, un mundo que salvar.
Así contado, ¿verdad que suena a buena película de aventuras? Por lo menos, el que haya visto la primera parte (aunque os la resumo y os la podéis ahorrar) estará de acuerdo conmigo en que el tono de esta segunda película no tiene nada que ver con la primera. Después de salir del laberinto (- Oh! Spoiler! – Pues sí tío, ¿qué esperabas?) los supervivientes son zarandeados de aquí para allá mientras todos los que les rodean buscan aprovecharse de aquello que les hace diferentes a los demás. Y ellos solucionan casi todas las situaciones corriendo, que luego no se diga que el título de la película (o del libro) es estúpido.
Y es este cambio de registro con el que han querido impregnar a “El corredor del laberinto: las pruebas” el que más sorprende (gratamente) al espectador. Y no sólo por su tono, más oscuro, sino también por la trama. En la primera parte básicamente hay un sólo argumento: chicos en un prado cercado que quieren salir, pero en la segunda hay más riqueza de registros, mezclándose los temas que conocimos en “Sinsajo: parte 1” con cualquier película en la que haya que atravesar un desierto. La que queráis. Alguien va a morir, alguien tendrá una revelación, dos personajes se harán más amigos de lo que eran antes, y alguien se hará una promesa. Es que me doy hasta asco cuando desgrano una película antes de verla.
Pero más asco me da ver cómo ni siquiera con los personajes aciertan, intentando que empaticemos con sus historias y aspiremos a entender esos supuestos puntos grises que nos muestra la trama. Empezando por el personaje de Thomas (Dylan O´Brien). Yo hacía tiempo que no veía un “Mary Sue” tan cuadriculado. Es que el chico es perfecto, oye, no le falta detalle. No me extraña que el chaval sea la salvación de la humanidad porque está claro que nació para ello. Valiente, líder nato, innovador, proactivo, guapo, inteligente, el mejor amigo de sus amigos tío-doy-la-vida-por-tí-y-lo-que-haga-falta. Al lado suyo, todos son unos petardos. Sin ir más lejos, la “chica de la peli”, o sea, Teresa (Kaya Scodelario) que hace un papel nefasto haciendo que hasta Brenda (Rosa Salazar), la rara, parezca que actúa bien (tiene que aparecer otra chica, obvio, que en los mundos post-apocalípticos, si no metes un triángulo amoroso, la gente se centra demasiado en que el mundo es una mierda). Por suerte, el culebrón no es tan evidente como en el libro, que es de aupa, pero es que, como os podéis imaginar, las adaptaciones suelen variar “un poquito”.
Si algo podemos sacar de esta película es una buena fotografía…a base de muchos planos de todos juntitos:
Acompañando al “Mary Sue” en su odisea por escapar de la organización denominada como CRUEL, la cuchipandi interracial-por-ningún-motivo que sigue integrada por Newt (Thomas Brodie-Sangster), Minho (Ki Hong Lee), Winston (Alexander Flores) y Fritanga (Dexter Darden) al que se les une otro raro llamado Aris Jones (Jacob Lofland), atraviesan un desierto de esos de los que abundan en EEUU mientras lidian con lo que se denomina “La Quemadura” o “El Destello”. En esta road movie a veces se encuentran malos muy malos por el camino, y otras sólo malos que intentan sobrevivir.
Lo más interesante de este elenco era observar cómo los actores de “Juego de Tronos” se iban incluyendo en el reparto a cada peli que se estrenaba. Eso aseguraba por lo menos muerte y destrucción a la par que soberbias interpretaciones. Sin embargo, ni Aidan Gillen como Jason, ni Nathalie Emmanuel como Harriet, consiguen convencer. Tampoco Giancario Esposito (“Gus” de la serie “Breaking Bad“) consigue persuadir en su papel de Jorge, líder duro que en realidad es muy blando. Lo único que observamos aquí es un aumento de las tías buenas (por ejemplo, la adolescente Sonya interpretada por Katherine McNamara). ¿Qué? Alguien tenía que decirlo. Ninguno nos hemos fijado en la mala malísima vestida de blanco Patricia Clarkson, y eso que es de las pocas actuaciones que se salvan en la película.
Vais a encontrar un poco más de lo mismo que os encontrasteis en la primera película Clic para tuitearTotal, que vais a encontrar un poco más de lo mismo que os encontrasteis en la primera película: un mundo destrozado por un desastre natural que provoca efectos secundarios absurdos en los seres humanos, un grupo numeroso de adolescentes enfrentado al de los malvados adultos, clichés para repartir (por eso hacen tres películas), y un poquito de cada componente amor-acción-terror-supervivencia-misterio-primeros planos, como para contentar, una vez más, a todas las adolescentes del mundo. Yo me pregunto ¿habrá un cambio de registro y nos sorprenderán a todos, o esto es lo que hay? Pero tú, basta que te preguntes esto, querido lector: ¿Te gustó “Divergente”? ¿Te encantó “Los juegos del hambre“? Pues entonces no dudes más, eres carne de cañón para esta nueva trilogía.
(5,5 / 10)