Lo bueno de El Diablo viste de Prada es que, dado que la protagonista (interpretada por Anne Hathaway) no sabe nada de moda, si tú tampoco sabes, no te sentirás fuera de la película. A veces nos pasa eso, ¿verdad? que parece que te faltan conocimientos para poder disfrutar la película o el libro de turno.
Ya va siendo conocido que me encanta criticar las películas por sus escasamente cuidadas adaptaciones al cine, pero en este caso no notaréis muchos cambios. No importa demasiado que en la novela el novio de la protagonista fuera profesor de idiomas en vez de cocinero, ni tampoco que la protagonista en el libro fume, y en la película no. Ese tipo de licencias no lo hacen peor. Lo único que habría mantenido es la escena en que Andy manda a la mierda a Miranda, ¿recordáis? Creo que básicamente el título del libro se entendería mejor si se hubiera mantenido esa parte. Es ese tipo de cosas que hacen que piense ¿por qué, por qué, por qué?
Una sátira, sí, pero todos nos identificamos
Detalles aparte, la película es una brillante sátira del mundo de la moda, fruto del infierno que la autora del libro, Lauren Weisberger, tuvo que vivir en Vogue, con su exjefa Anna Wintour.
Algo tiene esta película, (y me resisto a pensar que sólo se sostenga por la espectacular actuación de Meryl Streep) que hace que la crítica sea favorable, las chicas la consideren un nuevo Sexo en Nueva York (pero con más clase y menos tontería), y produzca sonrisas a todos los espectadores. Cierto, es graciosa y entretenida, pero no es suficiente para darle una nota alta. ¿Qué es lo que tiene? Pues que cualquiera nos podemos sentir identificados con la situación de la protagonista. Un trabajo que no le interesa pero que le da de comer, un jefe tiránico, la sensación de que no te valoran, y la constante impresión de que la relación con tu pareja se va al traste.
Y no es para menos. La película muestra todos esos momentos, y lo hace de forma cruel, mordaz o divertida (sobre todo Stanly Tucci, en el papel de Nigel, y Emily Blunt como la repelente primera secretaria), pero siempre te deja el poso de que en la vida real las cosas suceden así, que si no devoras te devoran, y que al final, la chica no saldrá triunfante de las situaciones, sino que será “una más” entre todos los que la rodean.
Más allá del mundo de la moda
Y es que hay que mirar más allá del mundo de la moda. La competitividad, el deseo de triunfar, las ganas de dedicarte a lo que te gusta…están presentes en todos los gremios. Unos son más crueles o complicados que otros. Dicen que “¿cómo querría yo ser como ellas?”. Sólo extrapolarlo a vuestro trabajo, ¿de verdad no querríais mejorar? La idea que plantea la película realmente es: ¿hasta dónde llegarías, cuáles son tus límites para conseguir lo que deseas? Y, en segundo plano, una pregunta muy importante también: ¿qué es lo que deseas?
Os dejo esta vez con una extensa galería repleta de escenas y frases memorables de la película que os harán entender mejor en qué mundillo se ha metido la protagonista y lo estupenda que es esta película.
El diablo se viste de Prada
Destaca en:
- Es entretenida
- Las actuaciones son notables
- Refleja la fiereza y competitividad del mundo de la moda y la situación laboral actual
- Tiene buen ritmo
Podría mejorar:
- Predecible en su desenlace
- El peso de la película se posa demasiado en Meryl Streep
- Su crítica debería haber sido más fereoz
Completamente de acuerdo. Vi la pelicula hace tiempo y me gustó mucho. Refleja muy bien lo que muchos jóvenes actualmente estamos viviendo
Por un lado te consuela porque sabes que “no eres tú”, pero por otro…