El problema de esta película es que intenta seguir a la vez la línea del libro de Tolkien, y la de las películas de “El Señor de los Anillos” de Jackson. Y no puede ser, porque el libro de “El Hobbit” es desenfadado y divertido, como sólo lo pueden ser los cuentos, y la trilogía es oscura y con tonos muy serios. ¿El resultado? Pues…raro. Sencillamente raro.
Sí que la película sigue la línea argumental del libro, e incluso introduce citas exactas, pero precisamente si el tono general de la película no acompaña…las frases quedan forzadas. Esto parece que intenta ser solventado por medio de la acción, pero los amantes de Tolkien no se dejan engañar por esa cortina de humo. Es más, estos mismos fans le habrían dicho dos o tres cosas al director por querer hacer una megatrilogía (tiemblo con el relleno que eso puede suponer) en vez de ceñirse al libro.
“Pero es que van a aprovechar para meter cosas del Silmarillion”. Normal, me gustaría ver quién es el guapo que se atreve a hacer una película sólo del “Silmarillion“, pero aún así, estas licencias que se toman en hollywoolandia no me acaban de convencer.
¡No! No hablo de esas rarezas de tomar patatas fritas o meter latas de conservas. Ni siquiera he querido preguntar porqué los elfos de repente son herbívoros. Y no me hagáis hablar del “consumo” de drogas en la película. No. Me refiero a algo más simple como esa escena trágica e imponente de la batalla de los gigantes de piedra; que queda muy bien en “El Señor de los Anillos“, pero que aquí sobra.
Jackson, te vemos el plumero. Te perdonamos en “El Señor de los Anillos” por el respeto que te tenemos, por los actorazos que escoges (gracias Andy Serkins, gracias Sir Ian McKellen, gracias Christopher Lee) y por la grandeza del despliegue de medios, pero deja de inventarte cosas. Es más, en “El Hobbit” no tienes que volver a mostrar que saber recrear escenarios, yo te perdono hasta por reciclarlos, pero es importante no olvidar el norte, y en esta ocasión el norte es la narrativa y el tratamiento de los personajes.
Al fin y al cabo, personajes inventados en esta película o no, lo que más emociona son esos diálogos que te ponen los pelos como escarpias, y las lecciones que de ellos sacamos, que nos hacen recordar que, aunque un cuento, no tiene porqué tener un final feliz para todos.
A ver qué pasa con la segunda parte, y con esa tercera (¿en serio?) que quiere sacar. Igual se redime. Y si no…pues tendremos que dar nuestra opinión, claro está.
(7 / 10)
2 Comentarios
Pingback: NOÉ: y miró Dios la Tierra, y he aquí que estaba corrompida |
Pingback: X-MEN: DÍAS DEL FUTURO PASADO. Secuela esperada y sorprendente. |