Todavía todo lo que se mueve alrededor de esta película está envuelto en un halo de misterio que nos hace dudar de qué hechos fueron verdad y cuáles parte de la leyenda. Yo sencillamente pienso que El proyecto de la Bruja de Blair fue una buena película que tuvo una buena dirección, unos buenos actores y una mejor campaña de marketing detrás que incluía la novedosa promoción en internet. No es que sea una escéptica, puedo creerme que en los Bosques de Maryland hubiera cosas raras (¿por qué no pensar en fugitivos que querían que los dejaran en paz y montaron todo ese sarao?) pero de ahí a que hubiera una bruja…en fin, centrémonos en la película y dejemos las especulaciones todo lo fuera que podamos o, por lo menos, tratémoslas desde el punto de vista que nos incumbe.
El Proyecto de la Bruja de Blair (The Blair Witch Project) es a día de hoy una película de culto. En su momento supuso una patada en el estómago a todo lo que conocíamos por un hecho concreto y brutal: el terror se hizo psicológico. Fue prácticamente la película que inició el género en la forma que hoy lo conocemos. Si a ello le añadimos que está grabada a modo de documental tenemos todos los elementos para que, efectivamente, creamos que la película es el metraje recuperado un año después de la desaparición de tres estudiantes de cine en 1994 y emitida tal cual.
Como ya comenté en otro artículo las películas de este género no siempre envejecen bien. Es posible que a día de hoy esto no pase con El Proyecto de la Bruja de Blair primero porque está muy bien hecha, y segundo por su formato amateur y de documental. Y si no, acordaros de la brutal Holocausto Canibal. Parte de la genialidad de sus directores, Eduardo Sánchez y Daniel Myrick fue aunar el concepto de amateur y documental usando dos cámaras, a veces casi simultáneamente, una en blanco y negro y otra en color. Los tres chicos, Heather, Josh y Micke usan las cámaras con una naturalidad que es normal pensar que todo sucede en realidad tal cual lo narran. Para que os hagáis una idea, es más o menos la idea que se usó posteriormente en la saga de REC, en la que se filma todo el procedimiento. Esto genera una sensación de realismo poco habitual en el cine ya que la cámara se mueve al compás de los protagonistas generando ese caos tan equilibrado.
Parece real y empatizas con los actores porque alude a los miedos interiores, al sugerir antes que mostrar, de tal forma que estás media película diciendo “quiero salir de este maldito bosque”. Es obvio que en muchas escenas en las cuales los chicos discuten no concebimos que puedan seguir grabando, pero hay que tener en cuenta, por un lado que se trata de un film, si no grabamos, no hay película, y por otra, que Heather es realmente una lunática del cine, está obsesionada por grabar hasta la última mierda de pájaro que sea ligeramente diferente de la anterior mierda de pájaro. Así pues, os sugiero que, para una inmersión total, no perdáis detalle de los diálogos, por intrascendentes que parezcan, pues la catarsis está en no tomarla como una película más de adolescentes gritando y corriendo como cobayas puestas de crack y speed. A la vez.
Sé que hay gente que se sintió estafada porque no conciben que se puedan hacer grandes y rentables películas con pequeños presupuestos o en formatos innovadores, pero si nos basamos en el objetivo, peli de terror, creo que cumple su cometido sobradamente. Mira que sólo dura un poco más de una hora y no se muestra absolutamente nada. Inversiones en piedras y ramas y resulta que me acojonaron más que con sustos y monstruos.
(7,5 / 10)
[amazon_link asins=’B003YXZH5S,B01M6BQR6W,B00004S8GT,B003SGY3OM’ template=’ProductCarousel’ store=’generacionfri-21′ marketplace=’ES’ link_id=’afa9251d-fbaa-11e8-b9ee-a511d6a19bf3′]
¿De qué año es este artículo?
Uf, pues de a poquito de abrir la web, creo recordar. Como podrás ver, la maquetación y estilo son antiguas.