Aprovechando la llegada a los cines de “Amanecer del Planeta de los Simios“, la secuela del “Origen del Planeta de los Simios” (2011), y dado que es una franquicia que da mucho que hablar, hemos aprovechado para hacer un poco de crítica e investigación, de esa que nos va caracterizando.
Recordemos ante todo que cuando hablamos de estas dos últimas películas estamos hablando de un Reboot: cuando una saga no funciona con el paso del tiempo se retoma con otro “punto de vista”. En la práctica, es volverla a hacer, saltándose un par de cosas y cabreando a unos fans ortodoxos, porque siempre los hay. Como ejemplo de reboot tenemos “La Invasión de los Ultracuerpos” (título original de 1956), una joya de la ciencia ficción de la que luego realizaron distintas versiones/adaptaciones).
Y si os hablamos del “Planeta de los Simios” pensareis que es una saga tan americana como el propio protagonista de la primera película (Charlton Heston), pero no, resulta que esta serie se basa en un libro homónimo francés, “Le Planète des Singes”, libro de ciencia ficción de 1963, obra de Pierre Boulle.
Ahora centrémonos en las películas.
“Planeta de los Simios” (Planet of the Apes, 1968):
Bien, cuando nos ponemos con el clásico metraje de Charlton Heston somos testigos del viaje de unos astronautas cuya nave destinada a viajar a años luz de la Tierra, se estrella contra la superficie de un planeta, dejando así a los astronautas aislados en un planeta aparentemente desierto. Según el reloj interno llevaban más de dos mil años en el espacio en sueño suspendido, y ahora están lejos de su hogar en un lugar desconocido e inhóspito. Luego descubrirán que en lo que parece un planeta deshabitado, existen otros seres humanos, pero en un estado de civilización primitivo, y que la raza dominante son los primates.
Tras una cacería en la que sólo sobrevive el astronauta Taylor (interpretado por Charlton Heston) éste descubre que los primates se organizan en una sociedad estructurada en un férreo organigrama de castas: los Gorilas, que ocupan el puesto militar y de defensa por su gran fuerza; los Chimpancés, como civiles, mano de obra e investigación; y los Orangutanes, cabeza pensante y líderes de la sociedad primate.
Los dominios de su imperio están limitados por la Zona Prohibida, a la que no se debe acceder desde hace generaciones, y que es por donde se accidentó la nave de Taylor. Nuestro protagonista, al ser el único humano con capacidad del habla, será ayudado por los doctores Zira y su pareja Cornelius a hacer frente a la sólida creencia de los primates de que el hombre nunca será civilizado, argumento que sostiene también el Doctor Zaius. Así, Taylor buscará un modo de ser libre de las manos de los simios, combatiendo contra los pilares de la razón que ha de defender el Doctor Zaius.
Este metraje aportó un inquietante punto de vista hacia las nociones de la humanidad por su sed de jugar a ser Dios y con un discurso muy interesante sobre el poder que otorga el estar por encima de la pirámide trófica y lo egocentrista que puede llegar a ser la cultura, que por el hecho de ser cultura ya indica que se es el elegido, que la cultura es la fuente de la razón. Así, este lanzamiento en los cines hizo que fuera un referente en el género de la ciencia ficción de futuros distópicos, aparte de generar (por supuesto) polémica con la escena del beso de despedida entre Zira y Tylor, escena clave para la historia del cine, y sobretodo para la 20th Thentury Fox.
(8 / 10)
“Regreso al Planeta de los Simios” (Beneath the Planet of the Apes, 1970):
Comenzamos a estirar la franquicia. Por supuesto perdemos el rastro del astronauta Taylor, saliendo a la palestra un equipo de astronautas que seguían su rastro, y al seguirle los pasos han terminado viajando en el tiempo como sus antecesores.
Así, sufren un aterrizaje forzoso del cual sólo sobrevive Brent (James Franciscus) quién, además de buscar a Taylor, deberá sobrevivir enfrentándose también a los problemas del gobierno de los Simios, que esta vez tienen que ver con sus necesidades expansionistas. Poniendo al ejército gorila liderado por el General Ursus como principal fuerza de la trama, llevando esta necesidad expansionista hacia la Zona Prohibida.
En este metraje aparece un elemento nuevo, una raza de seres humanos evolucionados con poderes psíquicos que se adaptaron a la guerra nuclear y se cobijan en los restos enterrados de la civilización, ocultos del mundo exterior y de los simios. Así, se desatará un conflicto en el que se pone en juego la existencia del planeta ante un nuevo elemento en posesión de los mutantes, su última arma, la Bomba del Juicio Final.
(5,5 / 10)
“La Huida del Planeta de los Simios” (Escape from the Planet of the Apes, 1971):
Vale, la excusa en las películas anteriores de por qué los humanos llegaban a tan inhóspito lugar se solucionaba mediante la teoría de la relatividad, el tiempo en la tierra no es el mismo que surcando el cosmos, etc…Pero en esta ocasión los protagonistas no son humanos, sino los primates que ayudan a los protagonistas humanos de los metrajes anteriores, Zira y Cornelius, acompañados por el Doctor Milo, que llegan a la Tierra. ¿Y cómo han llegado?, pues en los mismos vehículos que utilizaron Taylor y Brent, la conocida como Icarus, pero llegan a la Tierra en los setenta gracias a un agujero de gusano. ¿Raro y demasiado estirar la franquicia? Pues no lo suficiente que aún me quedan dos películas más.
En esta ocasión la trama tiene un enfoque más de humor ya que es un grupo de Simios conviviendo entre humanos, sobretodo al principio. Por supuesto, el que vengan en la nave de Taylor levanta una serie de dudas, y también está la fama que envuelve a los primates por la cobertura mediática, pero el humor no funciona y da paso a la aspereza con las que son recibidos, pues conscientes del futuro de la Humanidad son reservados a decir la verdad.
Lo interesante del guión, sobretodo, es que esta película aprovecha el agujero de gusano acelerando así la paradoja que produce la dominación de la Tierra por parte de los Simios, generando la histeria entre los humanos por evitar su cruel destino.
Desde luego un toque un poco inesperado para la franquicia, a no ser que os vayan los viajes temporales y las paradojas.
(6,5 / 10)
“La Rebelión del Planeta de los Simios” (Conquest of the Planet of the Apes, 1972):
Estamos en 1991, en Estados Unidos, tras una grave pandemia que ha diezmado a los perros y gatos de todo el mundo. Los humanos necesitan animales de compañía, por lo que recurren a utilizar primates amaestrados, que más que mascotas se acercan terriblemente a la servidumbre y esclavitud. Así, en este clima de constante crispación y maltrato, Armando, poseedor de un circo ambulante llega a la gran ciudad, con el hijo de Zira y Aurelio, César; del que se espera que inicie la revolución y haga que los simios tomen el poder sobre sus amos. Para ello deberá vivir entre ellos, como un primate más, escondiendo su capacidad de habla, su inteligencia y su capacidad de hablar con sus semejantes mediante telepatía. El rencor de la represión de sus semejantes hará que el conflicto no tarde en estallar, sabiendo que lo que ocurrirá tendrá una repercusión global.
Viendo esta película no he podido evitar pensar en los paralelismos estéticos que tiene con otros metrajes que tratan los noventa como el “futuro”, esa cosa utópica e inalcanzable, por mucho que ahora nos separen treinta años. Especial atención a la policía Gestapo/nazis, para enfatizar la represión hacia la condición de los primates.
(4,5 / 10)
“La Conquista del Planeta de los Simios” (Battle of the Planet of the Apes, 1973):
Seguimos hablando de guerras con nuestros primos peludos. Ahora, veinte años después, nos encontramos en un mundo de posguerra, tras el conflicto de los humanos y simios que ahora se encuentran en igualdad. No obstante, los primates empiezan a sobresalir como cultura, mientras que los humanos por miedo a respuestas bélicas por parte de ellos, prefieren agachar la cabeza y pasar bajo un comportamiento neutro, mientras intentan convivir en paz. Y entre este Statu Quo, César se mantiene como líder, mientras que el belicista General Aldo pretende ocupar el liderazgo de éste y acabar con el período de paz con los humanos.
Gran constancia de paralelismo e inspiración cristiana para las religiones ficticias de los humanos (mutantes) y los simios, que mientras para los primeros tienen el rol de culpa, para los otros ocupan el rol de herramienta para acabar con la humanidad respondiendo a la voluntad de Dios.
En esta ocasión se nota que el director J. Lee Thompson (también director de “La Rebelión del Planeta de los Simios“, 1972), empezaba a ver una falta de interés por parte del público, y el guión refleja un popurrí, como quién intenta resolver dudas, sabedor de una saga que llega a su final. Resolviendo elementos mal y pronto, una trama que tiene una línea temporal tan clara y no la saben aprovechar; esto, queridos lectores, es un mal ejemplo de guión; sale algo mediocre, pero no a la altura de la saga. Además es una película con pretensiones, intentando ser el súmmum cuando le falta ritmo y le sobran simios filosofando.
Desde el conflicto nos señalan que, de repente, los simios (todos) han aprendido a hablar, que a pesar de haber ocurrido una guerra los estragos no se terminan de ver en las culturas, etc. Muchas dudas que se podían haber resuelto bien, y no lo han hecho. Otro punto surrealista por ejemplo es que al principio vemos a nuestro General Aldo asistiendo a clase, a un colegio, como alumno… ¡y se considera General! Y otras tantas cagadas…
Por lo tanto, como remedio frente a los estragos que puede ocasionar visionarla, recomiendo verla junto a algún amigo y cerveza, mucha. O no verla.
(2 / 10)
Para los no acostumbrados a los guiones de ciencia ficción de los años 70, esta saga es un poco especial, comienza bien y va perdiendo calidad a medida que su audiencia decae, hasta niveles muy tristes, decadentes, rancios.
Esto se nota sobre todo en los detalles. Por ejemplo, para los que no se hayan hecho una maratón como yo, si os fijáis, se va notando una reducción de material de maquillaje y de calidad de los extras a medida que la franquicia pierde fuerza. Y eso aún con Arthur P. Jacobs, el productor más importante de la saga.
Siempre me ha parecido de los guiones de los 70 más mediocres; hay otros guiones que le han sacado un mejor partido a la concienciación pacifista y en respuesta al super ego de la humanidad y las respuestas que nos puede guardar la naturaleza como guardián del karma, y las hostias bumerán. Siempre me ha parecido “El planeta de los Simios” una franquicia que empezó bien y luego los guionistas no supieron aprovechar lo que tenían entre manos. Para quienes le apetezca hacer un ejercicio fílmico aquí tienen los respectivos guionistas de la saga de los 70: “El Planeta de los Simios“, los guionistas son Rod Serling (“The Twilight Zone“) y Michael Wilson (“Lawrence de Arabia” y “El puente sobre el Río Kwai“). Con “El Regreso al Planeta de los simios“, “Huida del Planeta de los Simios” y “Rebelión del Planeta de los Simios”, tenemos a Paul Dehn (Goldfinger). Y la bomba, aquellos quienes tuvieron que arreglar el “final” de la franquicia son John William Corrington y Joyce Hooper Corrington, un matrimonio conocido por la adaptación de “El Último hombre vivo” (The Omega Man, 1970). Por lo que gracias a estos desgraciados, dejan una saga interesante con muchas dudas mal resueltas y lagunas.
Las revisiones a los géneros, o los reboots, como ya he dicho son fruto de una mala caída para un producto que funciona, bien sea “La Invasión de los Ultracuerpos“, “Ultimátum a la Tierra“, “Superman“, y muchas más a poner como ejemplo. Viendo los últimos remakes del cine de los 70 empezamos a pensar que los engranajes de Hollywood necesitan sangre nueva, por eso se ponen a resucitar muertos sacando del cajón viejos guiones y dándoles un enfoque nuevo. O para satisfacer su sed de dinero prefieren gastar en un producto que no importe, vamos, que esto es una máquina de hacer dinero. Y pese a que hay guiones que son geniales y atemporales, otros guiones tienen una serie de elementos que sólo se pueden ver con los ojos del momento.
(Y esta frase se puede utilizar para hablar de toda la historia del cine, y esta saga bien puede ser un reflejo del mismo, Como un camello que vende droga y la adultera hasta que el consumidor se percata, relaja el pedido y luego vuelve a la carga. Para muchos la relación del cine es una guerra constante contra su criterio).
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