Hoy presentamos la antítesis de todos esos blockbusters sin corazón ni identidad resultado de refritos, remakes, reboots, secuelas y demás resultados, fruto de la falta de imaginación de la Industria. Estamos ante una película diferente, original, con personalidad y muy divertida. Cómo ser John Malkovich (1999) no se parece a casi nada que hayas visto y cuenta con una trama que seguramente a más de uno le parecerá un chiste demasiado estúpido como para tomárselo en serio. Vamos a ello:
Cómo ser John Malkovich nos cuenta la historia de Craig Schwarzt (John Cusack), un hombre algo peculiar cuya pasión son las marionetas (sí, da bastante mal rollo) y que, motivado por los consejos de Lotte (Cameron Diaz), su mujer, decide buscar un puesto de trabajo estable en un edificio de oficinas aparentemente normal, y es aquí donde las cosas se empiezan a poner raras. Alguno habrá que no la haya visto a estas alturas así que no contaré mucho más de lo que dicen la mayoría de sinopsis de la película: Craig encontrará un pasillo secreto que le “absorbe” y le permite acceder a la mente de John Malkovich, el actor (interpretado por….bueno, por John Malkovich).
En un principio Craig ve en el suceso una forma infalible de ganar dinero, permitiendo a personas de a pie experimentar lo que significa ser John Malkovich por un módico precio. Como es lógico, esta situación se descontrola bastante, y cuando tanto Craig como su mujer se enamoran de la idea de ser Malkovich, las cosas empiezan a ponerse raras de verdad.
El argumento es un “mind fuck” en toda regla, y aunque los fans de directores como Cronenberg o David Lynch ya estarán curados de espanto, es inevitable sorprenderse al comprobar cómo una premisa tan aparentemente ridícula es capaz de dar tanto de sí.
El argumento de #CómoSerJohnMalkovich es un “mind fuck” en toda regla Clic para tuitearCómo ser John Malkovich está dirigida por Spike Jonze, pero la auténtica mente maestra detrás de todo el asunto no es otro que Charlie Kauffman, el guionista. A la mayoría no os sonará de nada pero lo cierto es que el hombre cuenta con una trayectoria que lo posiciona como uno de los guionistas más hábiles a la hora de crear historias muy locas que se salen de los parámetros establecidos; Olvídate de mí es con seguridad su trabajo más conocido, pero yo os recomiendo ver Adaptation: el ladrón de orquídeas, Synecdoche, New York o Anomalisa si queréis ver de lo que la mente de Kauffman es capaz.
La metáfora del titiritero
Las metáforas y los dobles sentidos abundan en el film, cuyo tono tan surrealista y loco consigue distraer lo suficiente al espectador como para que no se fije en lo verdaderamente importante, en lo que Kauffman nos quiere contar (si es que nos quiere contar algo). Los temas que se tratan son variados y resultan interesantes, aunque en todo momento giran en torno al concepto de la identidad. Así, la consciencia, la mente, el deseo de ser otras personas, nuestro lugar en la vida… son algunos de los conceptos que la película nos transmite, tocando todos ellos, pero sin ahondar demasiado en ninguno. Y esto es probablemente uno de los pecados de la película, resultando ser un ejercicio mental muy divertido e interesante, pero también algo vacío. Con esto no quiero decir que la película no tenga “alma” o personalidad, sino que todos estos temas podrían haber dado bastante más de sí si se hubieran trabajado de otra forma en lugar de realizar una aproximación tan tímida a cada uno de ellos para luego pasar al siguiente.
Si bien es cierto que las ideas que nos quiere transmitir el film no resultan claras para los espectadores menos experimentados a la hora de darle vueltas a lo que acaban de ver, resulta un alivio comprobar que los personajes y sus acciones transmiten ideas de forma mucho más evidente que la propia película.
De todo el elenco, Craig es, quizás, el que mayor carga argumental y conceptual representa. Su personalidad es tan extraña con la película, estando rodeado constantemente por un aura de tedio existencial que lo hacen tan divertido como interesante. Su pasión por las marionetas es, probablemente, uno de los aspectos más característicos y recurrentes de la obra. Craig está obsesionado con el control, con decidir el destino de sus títeres y darle un sentido a sus acciones (algo de lo que su vida parece carecer), por lo que cuando encuentra la puerta a la consciencia de John Malkovich lo que descubre va más allá de lo increíble que resulta el hallazgo en sí. Craig ha encontrado el títere perfecto, hecho de carne y hueso y con una posición social envidiable que le permitirá explotar su creatividad como nunca antes había podido, ya que las acciones de Malkovich tienen una repercusión mucho mayor que las de nuestro protagonista.
Pero la metáfora del titiritero no termina aquí y lo que representa no está tan claro; quizás trata de hacer un símil con la consciencia en el que nuestra mente es el titiritero y nuestro cuerpo es una marioneta, ¿o acaso las marionetas somos nosotros mismos, siendo Kauffman una especie de dios que se ríe de nosotros mientras nos cuenta una historia que carece de sentido a propósito?
Como veis es un tema con el que podemos volvernos un poco locos, y la forma tan superficial de tratar algunas cosas, si bien resulta decepcionante, es necesaria para conseguir la sensación de confusión e incredulidad que uno tiene mientras esta viendo la película.
El resto de personajes también tiene bastante chicha, siendo Lotte uno de los más interesantes; sin embargo, creo que es el propio John Malkovich el que más juego da durante las casi dos horas de duración de la cinta.
El actor no sólo se interpreta a sí mismo, algo que a priori no me parece excesivamente complicado, sino que se interpreta a sí mismo siendo controlado por otros personajes, por lo que tiene que interpretar a un personaje que intenta hacerse pasar por John Malkovich pero que no es John Malkovich, aunque sí que está dentro de su cuerpo…o algo así. No es que realice la interpretación de su vida, pero lo cierto es que su actuación (al igual que la de la mayoría de personajes) está a un buen nivel, regalándonos un personaje sorprendentemente creíble dentro del universo tan inverosímil de la película. Os aseguro que ver al actor en cualquiera de sus películas no volverá a ser lo mimo después de ver la escena del restaurante, probablemente la más rara de la cinta, y de la que Malkovich es protagonista absoluto.
Humor, una estética rara y un “no apto para todos”
Una de las características fundamentales de la obra es su estética, surrealista a más no poder, con escenarios “normales” que se alternan con otros que no lo son tanto, como el piso en el que trabaja Craig, el 7,5, que es mucho más pequeño que un piso normal, cosa que a nadie parece resultarle excesivamente raro. Estos detalles ayudan a reforzar la sensación de inverosimilitud del mundo en el que se mueven los personajes, dando al espectador la sensación de que algo no está bien y de que “esto no es normal”.
La película resulta fácil de ver, y consigue mantener nuestro interés (incluso con sus dos horas de duración) gracias a unos personajes fantásticos, a unas situaciones ridículas y unos diálogos con mucho humor. A pesar de esto, hay que decir que no es una película para todo el mundo, y que su ritmo irregular y desarrollo pausado (pero no lento), sumados a lo absurdo de su argumento y al tono surrealista de la obra pueden haceros odiarla con todo vuestro corazón, especialmente si buscáis algo más “normal”, avisados estáis.
Resumiendo, Cómo ser John Malkovich no es una película normal, lleva ya casi 20 años entre nosotros y es prácticamente una película de culto, por lo que las interpretaciones que se le han dado no son pocas. Quizás sea un tratado sobre la consciencia y la identidad como afirman muchos, o quizás solo sea una locura más de Charlie Kauffman que únicamente él podrá entender. Sea cual sea el caso lo cierto es que estamos ante una película muy interesante que disfrutará todo aquel que busque algo diferente, que te obligue a poner algo de tu parte y “darle al coco” si lo que pretendes es enterarte de algo.
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Destaca en:
- La premisa es muy original y resulta muy atractiva
- Los personajes cuentan con personalidades muy divertidas y presentan una buena evolución a lo largo de la trama.
- Su sentido del humor.
Podría mejorar:
- No es una película para todo el mundo
- Ritmo irregular
- Podría profundizar más en algunos de los temas que trata