No había visto la peli. Lo confieso, y eso que es el clásico blockbuster navideño. Mi infancia está llena de versiones infantiles del clásico libro de Dickens Un Cuento de Navidad y una película de imagen real como es Los fantasmas atacan al jefe (1988) o Scrooged en inglés, no entraba en mi lista. Por supuesto, me había leído el cuento de Dickens y me he visto tanto La Navidad de Mickey (1983) que hizo Disney con el Pato Donald como protagonista, como la más reciente Un Cuento de Navidad (2009) protagonizada por Jim Carrey y realizada en 3D. Sin embargo, mis dibujos infantiles preferidos siempre han sido A Christmas Carol de 1982, una ñoña película de dibujos australiana que, en mis recuerdos, siempre es la que refleja a la perfección el espíritu que quería transmitir Dickens.
Sin embargo, y puesto que no todo iban a ser dibujos animados y/o animación hoy traemos a Generación Friki una de las muchas adaptaciones cinematográficas que se han hecho de la famosa historia de Ebenezer Scrooge, un hombre muy tacaño que es avisado por un difunto compañero (que murió de manera ridícula, todo hay que decirlo) de que recibirá durante la Nochebuena la visita de tres fantasmas, el del pasado, el presente y el futuro, a fin de que cambie y se vuelva mejor persona y aproveche el tiempo que le queda.
En Los fantasmas atacan al jefe el viejo Ebenezer es sustituido por un espectacular Bill Murray en el papel de Francis Xavier Cross, un entregado ejecutivo de televisión que vive sólo para conseguir el mayor índice de audiencia aunque para ello tenga que acudir a prácticas poco ortodoxas. Sí, Family Man copia esta esencia en una poco acertada comedia navideña en la que Nicolas Cage vive una hipotética vida paralela a raíz de la visita de un extraño personaje en Nochebuena.
Como no podía ser de otra forma, este moderno cuento de Navidad se desarrolla en clave de humor con David Johansen como frenético taxista y Fantasma de las Navidades Pasadas, Carol Kane como el hada masoca y Fantasma de las Navidades Presentes y una altruista Karen Allen en el papel del gran amor de la juventud de Francis, quién, junto a John Murray (hermano de Bill) en el papel del hermano de Francis, equilibran la actuación de Bill Murray. Todos ellos crean una atmósfera muy creíble para hacer esa comedia de humor negro (aunque no por ello menos navideña) puesto que Bill Murray dota a su personaje de la frialdad y cruel sarcasmo con la que todos asociamos a los poderosos, haciendo una poco sutil crítica a la sociedad capitalista y, por supuesto, al mundo de la caja tonta.
Por ello, no tenemos con Los fantasmas atacan al jefe una brillante reinvención del cuento, sino una adaptación moderna (y por ello más entendible para todos los que la visionamos), de qué es lo que pasa cuando endurecemos el corazón y nos olvidamos de que trabajamos para vivir, pero no vivimos para trabajar. Siempre me ha hecho gracia todas esas personas que viven diciendo “paparruchas” a cosas como por ejemplo el espíritu de la Navidad pero no quieren morirse sin confesarse “por si acaso”. No todos recibiremos la visita de un difunto jefe que vivió exactamente como lo hace Bill Murray en esta película (¡así cualquiera cambia!), pero tenemos a nuestro alrededor los indicadores para saber si estamos viviendo como debemos.
Reviviréis momentos gloriosos con Los fantasmas atacan al jefe en una peli que envejece muy bien, tanto por sus efectos especiales, como por su dinámico ritmo, su puesta en escena, el diseño de personajes (no en vano fue nominada a “Mejor Maquillaje” y, cómo no, por su mensaje de paz, caridad y amor.
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