Me decepcionó mucho la primera película de Los juegos del hambre porque vi que la parte interesante de la trama del libro, (entiéndase, la “diferente”, la política) se veía reducida a un estereotipado toma y daca de peleas donde, con una excusa absurda, ponen a un grupito de chavales a matarse entre ellos.
Sin embargo, en Los Juegos del Hambre: en llamas (esta vez de la mano de Francis Lawrence) vuelven a recuperar, ya que no la “novedad” de la historia, sí la razón de ser del libro: mostrar la lucha por la libertad de los distritos oprimidos por el Capitolio. El lado político se muestra por fin como es, la herramienta para mantener el poder y el orden, ejercido mediante el terror y la violencia controlada. Y se centran en mostrarlo para alejarse un poco de la idea de Battle Royale. La pena es que no supieran hacerlo del todo y vuelvan a explotar, por un lado el dilema moral de matar a otros seres humanos, y por otro la sangrienta batalla dentro de la isla (que ya vimos en la primera parte, y con una vez basta) repitiendo en ambos casos las premisas que ya funcionaron en la obra japonesa: muerte sangrienta a manos de tus semejantes como forma de control social.
De cualquier forma, dado que en Generación Friki evitamos los spoilers pasaremos sucintamente por los hechos de la primera parte de Los juegos del hambre que, por otra parte, resultan más que evidentes: Katniss Everdeen sobrevive y vuelve a casa, se reencuentra con su amiguito del alma (Liam Hemsworth), y nos centraremos en los intereses que se mueven en “Los Juegos del Hambre: en llamas“.
Nuestra protagonista (que sigue siendo una estupenda y convincente Jennifer Lawrence) está llena de remordimientos. Tiene que participar en ese circo y sólo quiere que la dejen en paz. La gira o Tour de la Victoria sólo consigue que aumenten sus remordimientos por las vidas que se apagaron en los 74º Juegos del Hambre, ya fueran o no por su causa. Consigue la película que empatizamos enormemente con su dolor. Es más realista Los Juegos del Hambre: en llamas que su antecesora. Las pesadillas, las visiones, la sensación de estar unidos por los mismos problemas, los discursos vacíos…puede que se esté gestando una rebelión, pero Katniss sólo ve enfado en las caras que la observan y mucha incomprensión. Cada vez que intenta hacer algo por remediarlo sólo consigue que el Capitolio la vea como una amenaza. Es aquí cuando empieza a gestarse la idea de que ella es el “sinsajo“, un símbolo de lucha contra la opresión que hay que exterminar (al estilo de Gladiator: mata la fama para matar a la persona).
Ese “más circo y más pan” que proclamaba al principio es una triple llamada de atención por mi parte. En primer lugar, muestra el evidente choteo que se trae el gobierno de Panem (sí, “panem et circenses”, original ¿eh?) para mantener el orden al más puro estilo de la sociedad romana y sus peleas de gladiadores. Los habitantes del Capitolio viven con una permanente venda en los ojos, ya sea impuesta o de buen grado, para evitar ver la miseria de los demás distritos. Sólo dejando de lado la ética eres capaz de vivir allí. En segundo lugar, aunque más dirigido a la parte de “circo”, tenemos a los desgraciados que viven en los 12 distritos. Si ofreces circo, tendrás pan. ¿Serás egoísta o querrás compartir? ¿Te importa sólo tu supervivencia o quieres ver algo más fuera de ella? Quieras que no, los Juegos son una distracción para que no piensen en los verdaderos problemas. Y en tercer lugar, mi humilde opinión es que con esta película el público de verdad tendrá lo que quiere: “más circo y más pan”. Mete de todo en la coctelera que la gente lo beberá de buen grado. Da la casualidad de que la segunda parte les ha salido decente (pero aburridamente previsible), pero podría haber salido tan mediocre como la primera, y la gente habría seguido alabando como borregos un producto comercial fruto de que a una escritora novel se le ocurriera inspirarse en la Leyenda del Minotauro para hacer su particular “Battle Royale”.
En general la puesta en escena sigue siendo espectacular, con apariciones muy en la línea de los desfiles romanos, y con más parafernalia si cabe que en la película anterior. Hacen más inca-pié en mostrar las personalidades de todos los personajes secundarios (como los tributos Alan Ritchson, Jeffrey Wright, o el estupendo Stanley Tucci, J…), incluyendo una estupenda Elizabeth Banks en el papel de la positiva Effie Trinket, y un siempre convincente Donald Sutherland que me enamoró desde aquella lejana “12 del patíbulo“, haciendo del calculador Presidente Snow. Así pues, la película en general busca la emotividad. Siguen siendo otros juegos del hambre pero con otras dificultades añadidas. Afina en los detalles, pule los errores de la primera, y prepara el camino para Los Juegos del Hambre: Sinsajo.
Un trailer que ahonda en el aspecto político de la trama
Y un trailer más personal pero empeñado también en mostrar el fasto que envuelve la película
LA verdad es que no me llamaba mucho, porque pensaba que sería cosa de “quinceañeras”, xo al final mi hermana me convenció y me leí los libros. Después vi la primera peli y me pareció normalita, como suele pasar con una peli después de leer el libro, pero coincido contigo en que en esta mejora muuucho y se acortan las distancias entre el libro y la película.
A ver qué pasa con Sinsajo, que la estrenan el viernes!!