Aunque ha llegado a España en 2024 con el nombre de Los niños de Winton, esta película biográfica se estrenó en Reino Unido en 2023 con el nombre de One Life. Cosa rara, el título en castellano me parece más apropiado, dado que se trata de otra película de esas que cuentan cómo un ser humano, con su esfuerzo y el de sus allegados, consiguió rescatar de los horrores de la Segunda Guerra Mundial a montones de refugiados y perseguidos.
Esta película en concreto se centra en el corredor de bolsa Nicholas Winton (Johnny Flynn en 1938, Anthony Hopkins en 1988) quien, durante un viaje a Checoslovaquia poco después de los Acuerdos de Munich, descubre que miles de familias no pueden huir de Praga. Esto le lleva a organizar trenes, visados y familias de acogida londinenses que cuidarán de los niños perseguidos por los nazis.
La calidad interpretativa de Anthony Hopkins está fuera de toda duda haga lo que haga. Sin embargo, sí que existen ciertos estilos que repite en obras como Tierras de Penumbra (1993) o Lo que queda del día (1993) en la que su actuación es contenida. Sus personajes suelen ser reflexivos, introspectivos, responsables y esto trae como consecuencia un patrón. De alguna manera, al repetirlo en Los niños de Winton ya sabemos lo que nos vamos a encontrar.
Menciono esto porque, pese a la presencia de Helena Bonham Carter, Lena Olin o Jonathan Pryce, es sobre Hopkins sobre quien recae el peso de la trama. Ya no sólo por el argumento de la película en sí, sino porque por su trayectoria como actor y su fama, queremos verle en pantalla y esperamos que su interpretación sea la que nos convenza de la historia que, por lo demás, no es gran cosa.
Porque sí, llevamos la última década contando biopics y, a menudo, de gente que posiblemente no se lo merezca y eso, a veces, lleva a que obras como Los niños de Winton pase desapercibida. Demasiado intimista, demasiado poco espectacular. Y claro, no es Tina Turner, ni Freddy Mercury. Es un señor random, como (afortunadamente) tantos durante la Segunda Guerra Mundial, que prestó ayuda humanitaria. ¿Cómo hacer lucir la historia frente a las vidas de Elton John o Elvis Presley si no es con la gigantesca presencia del titán Sir Anthony Hopkins?
El problema es el enfoque de Los niños de Winton. Por más que lo intente, no consigo quitarme de encima la idea de que es una versión edulcorada y hollywoodiense de La Lista de Schindler (1994). Incluso hay frases y escenas de la primera que me transportan inmediatamente a la segunda. Y no me importa demasiado el tema de la realización, tampoco el nivel técnico. Ni siquiera considero comparar a James Hawes con Stephen Spielberg. Lo que me molesta es la idea de que un tributo digno y apropiado como este se convierta, por mor de su guion, en una copia descarada de unas de las mejores cintas de la Historia del Cine.
Y eso pasará. Se la comparará y encima, por culpa de los últimos 10-15 minutos de metraje, saldrá perdiendo estrepitosamente. Uno no puede cambiar los hechos. Si Nicholas Winton sacó a niños de Praga para que huyeran del Holocausto, pues la Historia es esa. Y si años más tarde el quipo de producción del programa amarillista That’s Life! se interesó por la documentación que Winton guardó, pues así hay que contarlo. Pero la interpretación de Hopkins es muy parecida a la que ofreció Liam Neeson en su momento, así que siempre encontraremos al que diga, vista una, vistas todas.
Los niños de Winton es una biografía que pretende sacar a la luz una historia que, de otra manera, habría caído en el olvido. Y, sólo por eso, merece nuestro apoyo tanto por parte de los realizadores como de los espectadores. Si al ver Auschwitz una persona (no hay consenso sobre quién o quiénes dijeron la frase) insistió en la necesidad de documentar todo porque alguien en el futuro negaría los horrores de la guerra, ahora las herramientas que tenemos para llegar al gran público son precisamente las que ofrece el cine. Y si tenemos que echar mano de Anthony Hopkins, pues adelante con ello.
Los niños de Winton
Destaca en:
- La historia es interesante y merecedora de conocerse.
- Las interpretaciones de todos son muy decentes, siendo la de Hopkins sobresaliente.
- Buena factura técnica en general.
Podría mejorar:
- Se parece demasiado a La Lista de Schindler.
- La última parte de la película pega de hollywoodiense en exceso.