Hace menos de tres años que leí y reseñé para la web Mickey 7 (2022), la novela de ciencia ficción escrita por Edward Ashton en la que se nos planteaban muchas cuestiones sobre temas como transhumanismo, clonación, el uso de la tecnología, la inmortalidad, la paradoja del teletransporte y un sinfín de ideas tan refrescantes como polémicas. Y en tiempo récord ha llegado Mickey 17 (2025), la película, con algunas diferencias estructurales significativas.
Ante todo, está el cambio de numeración, ya indicando una posible alteración tanto en la trama como en la misma relación que tiene el protagonista consigo mismo. Esto no quiere decir que la esencia de la trama cambie mucho. Aquellos que hemos leído el libro y aquellos que pretendáis hacerlo después de ver la película es posible que no sintáis que estos cambios estructurales sean importantes o significativos, pero aquellos a los que sí les importen los temas por los que la novela era estupenda, echarán en falta el mismo tono en la película.
Os recuerdo la trama, aunque podéis leerla también aquí de una forma un poco más extensa. Al mundo helado de Niflheim llega una nave colonizadora entre cuyos miembros está Mickey Barnes (un muy respetable Robert Pattinson), un hombre conocido por ser el “Prescindible”. Su tarea es enfrentarse el primero a los retos que surgen a la tripulación (desde probar vacunas hasta salir al espacio a arreglar desperfectos) en pos de que el resto de los colonos no muera. Pero Mickey sí muere. Y mucho y normalmente de forma dolorosa. Y es clonado una y otra vez para que cumpla esta función que, lejos de granjearle buena reputación y honor entre sus compañeros, le hace ser poco menos que un apestado.
La cosa es que, mientras la novela consideraba que con 7 veces que muriera ya era suficiente, en la película el director Bong Joon-ho decidió que mejor 17. Más morboso, más innecesario, pero que nos ayudará a diferenciar película de libro.
Pero hablábamos de cambios estructurales, ¿verdad? y a la postre son los que deberían mostrarnos si el film es una buena adaptación y si merece la pena como película de ciencia ficción o se quedará (como suele pasar con el género) en un mero entretenimiento. No estoy hablando del lenguaje cinematográfico. Como adaptación, Mickey 17 utilizará un lenguaje visual y narrativo propio, acentuado por la visión con la que Bong Joon-ho decida dotarlo. Y ya sabemos (Parásitos, Snowpiercer, The Host, Okja…) cómo se las gasta el director para crear escenas truculentas.
Y quizás por esto la segunda diferencia con el libro no me ha gustado nada: el gran protagonismo que se le concede al jefe de Mickey, Kenneth Marshall, interpretado por la estrella de Hollywood Mark Ruffalo. Me parece que la importancia de esta trama y personaje resta interés a Mickey 17 como película de ciencia ficción, para convertirlo en comedia afectada y dramática.
Y es que Marshall es un personaje bastante plano y cliché, con su megalomanía, su prepotencia, su despotismo y su cruzada personal que hará que todo lo que haga esté justificado. Un tirano tarado de manual ayudado por su mujer Yifa (Toni Collette), un histriónico personaje que, unido a Marshall, nos recordará a villanos como Minerva y Darwin Mayflower (El Gran Halcón, 1991).

Siguiendo con los personajes, la película también expande y modifica el papel de Nasha (Naomi Ackie), la novia de Mickey. Al concederle más protagonismo y hacer que su lealtad y amor por Mickey sea incondicional y constantemente demostrado durante toda la película, también cambia la relación que Mickey tiene sobre ella. Así, las sorpresas que se daban durante el libro no tienen lugar puesto que ningún espectador dudará jamás de cuáles serán las acciones que ambos, como novios y como compañeros, llevarán a cabo. Y nada hay más aburrido que saber cómo continuará la siguiente escena de una película. Esto se hace extensible a las tramas que tienen que ver con Kai (Anamaria Vartolomei), la compañera agente de seguridad de Nasha, y con Timo (Steven Yeun), el mejor amigo de Mickey.
Y os estaréis preguntando, ¿y las cuestiones filosóficas? Porque vale, el resto son diferencias que podrían hasta enriquecer la película y a justificar que sí, que queramos verla ya que es diferente del libro. ¡Ah, las cuestiones filosóficas!
Las grandes obras de ciencia ficción siempre tienen ese punto filosófico y es lo que las hace grandes. La adaptación que lo quita (como Ghost in the Shell) acaba convirtiéndose en un film hueco lleno de grandes efectos especiales. Si quitas los temas morales y filosóficos, te queda un cascarón vacío. Mickey 17 ha decidido esta segunda vertiente, sustituyendo los temas clásicos de la ciencia ficción por temas políticos y pasando de forma superficial por cuestiones como la identidad, la mortalidad o la ética de la clonación.

Personalmente, la ausencia del concepto del barco de Teseo (Mickey planteándose si al ser clonado continúa siendo él mismo) es lo que más me ha chirriado. Era una de las ideas más interesantes de la novela (aquella que plantea qué diferencia hay entre mudar el cuerpo poco a poco cada 10 años, o ayudarle y hacerlo todo de golpe con una clonación) y merecía que se le hubiera prestado la debida atención.
Pero cuando pienso en este último detalle, recuerdo que se trata de una película que no es por entero de Corea del Sur. Estados Unidos y su manía de finales felices y perfectos nos ha fastidiado una buena novela de final ambiguo y grandes reflexiones morales y éticas. Si terminé la crítica del libro Mickey 7 recordando que en breve iba a salir su secuela, Antimatter Blues (2023), ahora tengo un poco de miedo de que decidan hacer otra película basada en este mundo creado por Edward Ashton.
Mickey 17
Destaca en:
- Aceptable adaptación.
- Película entretenida.
- Muy decente actuación de Robbert Pattinson
- Interesante recreación del mundo de Niflheim y de sus habitantes nativos.
Podría mejorar:
- Se carga la mayoría de las cuestiones filosóficas, que son la chicha de una buena película de ciencia ficción.
- No todos los cambios estructurales son buenos.
- Los histriónicos personajes de Marshall y Yifa.
- Su final hollywoodiense.
Uuu. Tenía curiosidad por verla. Ahora tengo curiosidad por leer la obra original.
Si con mi artículo te he generado semejante interés, me doy por bien pagada 🙂
Por cierto, tienes el análisis del libro también en la web.
Un saludo y gracias por leerme.